Puntos Clave
- Casi 400 miembros del Sindicato Culinario Local 226 hicieron piquete en el Aeropuerto Harry Reid el 5 de noviembre de 2025.
- El sindicato fijó el 14 de noviembre de 2025 como fecha límite y advierte huelgas cortas, largas o escalonadas.
- Exigen aumentos salariales, protección de salud y pensiones, y cierre de una brecha salarial de $3–$4 por hora.
(HARRY REID INTERNATIONAL AIRPORT) Las labores de picket se intensificaron este miércoles 5 de noviembre de 2025 cuando casi 400 trabajadores afiliados al Sindicato de Trabajadores Culinarios Local 226 llevaron a cabo una protesta frente al Aeropuerto Internacional Harry Reid, exigiendo un nuevo convenio laboral con varias empresas de servicio de alimentos y bebidas que operan dentro de la infraestructura. La jornada de piquete, que se desarrolló de 11:00 am a 3:00 pm y se concentró en las Terminales 1 y 2, tenía como blanco a las empresas de empresas de desarrollo económico Disadvantaged Business Enterprises (DBEs) que gestionan puestos de comida y servicio en el aeropuerto, entre ellas American Bagel, Bagelmania, Coffee Bean & Tea Leaf, Jamba Juice, Jersey Mike’s, Nathan’s, Port O’ Subs y Wendy’s. El objetivo del sindicato es cerrar un acuerdo que eleve salarios, garantice beneficios de salud y pensiones, y fortalezca los derechos de recolocación de trabajadores ante eventualidades.

El clima de negociación ha estado tenso durante casi cuatro años, periodo en el que, según el sindicato, los trabajadores no han recibido aumentos y las propuestas de las empresas podrían terminar por mermar aún más sus beneficios. En la víspera del piquete público, Ted Pappageorge, Secretario-Tesorero del Sindicato de Trabajadores Culinarios Local 226, habló ante la Comisión del Condado de Clark para enfatizar la urgencia de un acuerdo que reduzca las diferencias salariales con otros trabajadores del aeropuerto.
“The cooks and servers there are about $3 or $4 an hour behind the rest of the workers at the airport. The latest proposal is to have no wage increases until next year and it’s $0.25 where we are at with a wage increase. Not paying the proper amount for a health plan or pension plans, so those are in danger too.”
Las cifras de la disputa son contundentes: el colectivo denuncia que la mayoría de los empleados de cocina y servicios ganan entre tres y cuatro dólares por hora menos que otros trabajadores del aeropuerto en puestos similares, una brecha que, afirman, se ha mantenido sin resolver durante años. A la vez, señalan que las compañías que operan en el recinto han presentado propuestas que, si se traducen en una ratificación, “pondrían en riesgo” la cobertura de salud y los planes de pensiones, además de recortar derechos de recolocación en caso de cambios operativos o recortes de personal. En ese marco, la fecha límite para alcanzar un acuerdo se fijó para el 14 de noviembre de 2025, y el sindicato ha dejado claro que, de no lograrse avancess, podría deployment de medidas de huelga estratégicas que incluyan acciones cortas, de larga duración o en turnos escalonados, con el potencial de afectar el flujo de operaciones del aeropuerto durante la temporada alta de diciembre.
Entre las preocupaciones del sindicato también figura la revisión de la recertificación federal de los DBEs. Pappageorge advirtió sobre posibles pérdidas de estatus de ciertas empresas ante nuevas reglas del Department of Transportation que prohíben que las contrataciones se basen en criterios de raza y propiedad de género. En su intervención ante la comisión, subrayó:
“The Clark County Commission should protect itself by ensuring that the re-certification process is fast-tracked and that non-compliant operators are not allowed to operate at the Harry Reid International Airport.”
Sus palabras insistían en que la Comisión del Condado de Clark desempeñe un papel ágil y escrupuloso para garantizar que el proceso de recertificación sea expedito y que las empresas incumplidoras no operen en el aeropuerto.
La diversidad de la plantilla del sindicato añade una capa adicional al conflicto. Según el propio gremio, la organización representa a una fuerza laboral diversa: el 55% son mujeres y el 60% son inmigrantes, con trabajadores provenientes de 178 países y que se comunican en más de 40 idiomas. En Nevada, el sindicato se autodefine como la mayor organización latina/o, negra, AAPI e inmigrante de la región, un dato que el propio liderazgo ha utilizado para subrayar la complejidad de las dinámicas laborales en un megapuerto que atrae a viajeros de todo el mundo.
En términos prácticos, el conflicto involucra a diez empleadores que operan 20 outlets dentro del aeropuerto, una red de servicios alimentarios que ha mantenido negociaciones disputadas durante casi cuatro años sin resolución. Los trabajadores exigen aumentos de salario, protección continua de beneficios de salud y pensiones y, sobre todo, un marco de negociación que reconozca el valor de su labor en un entorno de alto tráfico y demanda estacional. La dirección sindical ha insistido en que las mejoras salariales deben ajustarse a las realidades del costo de vida de la región y a las condiciones de empleo de un aeropuerto que, en vísperas de la temporada navideña, se prepara para un incremento de pasajeros y de operaciones.
Desde el punto de vista de la empresa, hay argumentos centrados en la sostenibilidad de costos y en la necesidad de un equilibrio entre competitividad y beneficios laborales. La negociación, que ha sido descrita por el sindicato como “negociación de contratos” difícil, se ha visto obstaculizada por la complejidad de coordinar a múltiples empleadores y por la necesidad de alinear las ofertas salariales con las condiciones financieras de cada empresa que opera en el recinto. En este escenario, el liderazgo del sindicato ha buscado apoyo ante la autoridad local y ha resaltado la importancia de un proceso de recertificación de DBEs que, según sostienen, podría afectar el acceso de empresas a contratos en el aeropuerto si no se maneja con transparencia y rapidez.
El enfoque humano de la historia es claro: cientos de trabajadores que mantienen servicios esenciales para millones de viajeros cada año se ven atrapados en una negociación que no ha logrado cerrar tras años de tensiones. Los testimonios recogidos por el sindicato en sus actos públicos y ante la comisión reflejan el peso de cada decisión en las familias que dependen de estos empleos. En un entorno donde la economía local y el turismo están entrelazados con el funcionamiento del aeropuerto, cada dólar de diferencia salarial tiene un impacto directo en la vida cotidiana de las personas, desde la capacidad de cubrir servicios básicos hasta la seguridad de contar con una cobertura de salud adecuada para sí mismos y sus dependientes.
La protesta de este miércoles, que fue bien visible en las áreas públicas de las terminales, no solo buscó llamar la atención de los usuarios y de la dirección del aeropuerto, sino también presionar para que las autoridades locales y las empresas aceleren las negociaciones. El mensaje del sindicato ha sido claro: no se trata de un enfrentamiento aislado entre trabajadores y empleadores, sino de una discusión que tendrá consecuencias directas sobre la experiencia de los pasajeros, los horarios de operación de los comercios y la estabilidad de muchos hogares que dependen de estos empleos. En el terreno de la comunicación oficial, el sindicato ha ofrecido un canal para consultas y aclaraciones, con la coordinadora de prensa Bethany Khan listada como contacto para medios, con correo [email protected] y teléfono (702) 387-7088, señal de que, más allá de la confrontación, hay un intento de mantener una vía de diálogo abierta durante un periodo crítico.
Los representantes de las empresas argumentan que sin un equilibrio entre costos y beneficios, la continuidad de servicios podría estar en riesgo. A la vez, el sindicato destaca que sus demandas no buscan desestabilizar el servicio, sino garantizar condiciones de trabajo justas que, a su juicio, se traduzcan en una mejor experiencia para los viajeros y en una mayor seguridad laboral para los empleados. El Aeropuerto Internacional Harry Reid, como escenario de una de las infraestructuras más transitadas de la región, se encuentra en una encrucijada de gestión contractual en la que cada parte mira hacia la temporada de mayores movimientos y hacia la necesidad de mantener la operación eficiente sin sacrificar los derechos y la dignidad de los trabajadores que, cada día, sostienen las puertas de entrada a la ciudad.
En la conversación pública que ha seguido a las marchas, la atención se ha centrado en los próximos pasos: el plazo del 14 de noviembre para un acuerdo y las posibles acciones de huelga que podrían desplegarse de forma escalonada si no hay compromisos claros. El sindicato ha mantenido su posición pública de que no cederán en aspectos fundamentales como el aumento salarial, la protección de beneficios y la seguridad de las condiciones de trabajo, mientras las empresas han insistido en que cualquier incremento debe equilibrarse con la viabilidad y la sostenibilidad de las operaciones de comida y bebida en un complejo de alta demanda.
Para aquellos que buscan entender el alcance de la situación, los datos disponibles señalan que casi 400 trabajadores están involucrados en la acción de hoy y que un amplio conjunto de outlets, que van desde panaderías y cafeterías hasta comida rápida, se ven implicados en el conflicto. Aunque la recaudación de la opinión pública y la respuesta de los pasajeros pueden variar, la historia subraya un punto central: cuando las estructuras laborales de grandes instalaciones de transporte convergen con la economía de servicios, el resultado puede influir tanto en la experiencia de viaje como en la vida cotidiana de miles de personas. En ese marco, la negociación de contratos, la seguridad de beneficios y el respeto en las negociaciones emergen como temas que no solo definen una disputa laboral, sino que sientan un precedente sobre cómo se gestionan las relaciones entre empleadores y trabajadores en un punto neurálgico de la movilidad regional.
El propio Laboratorio de la unidad —desde su liderazgo hasta las descripciones de los puestos— recuerda que la población de trabajadores incluye organismos que hablan más de cuarenta lenguas, resaltando la necesidad de una comunicación clara y accesible entre las empresas, el sindicato y las autoridades. El impacto de la situación va más allá de la sala de juntas o de la sala de reuniones de la Comisión del Condado de Clark: afecta a los usuarios que esperan servicios eficientes y a las familias que confían sus ingresos a estos empleos. En este contexto, la discusión sobre el Aeropuerto Internacional Harry Reid y la negociación de contratos entre el Sindicato de Trabajadores Culinarios Local 226 y los operadores DBE cobra un significado mayor: es una prueba de cómo una economía regional puede equilibrar crecimiento, competitividad y justicia laboral en un entorno tan dinámico como un hub de transporte internacional.
Para quienes deseen seguir las novedades oficiales sobre este tema, los canales de la negociación y las declaraciones públicas de las próximas horas serán decisivos. En particular, la importancia de la recertificación de DBEs y la durabilidad de las condiciones de empleo en torno al Aeropuerto Internacional Harry Reid se ha colocado en el centro del debate público, con la expectativa de que las autoridades locales, las empresas y el sindicato lleguen a una solución que pueda evitar una interrupción mayor de servicios durante la temporada festiva. En cualquier caso, la historia que se desarrolla en este aeropuerto no es solo una disputa laboral; es una ventana a las realidades de una fuerza laboral diversa y fundamental para una infraestructura que recibe a millones de pasajeros cada año, y cuyo futuro dependerá de un acuerdo que reconozca la dignidad y el valor de cada trabajador que mantiene en marcha las operaciones diarias. Para más información, los lectores pueden consultar el marco de políticas de equidad y oportunidades del Department of Transportation a través del programa de Disadvantaged Business Enterprises (DBE). Disadvantaged Business Enterprises (DBE) Program.
Aprende Hoy
DBE → Disadvantaged Business Enterprise — designación federal para empresas con apoyo especial en adjudicaciones según reglas del DOT.
Huelga escalonada → Acción sindical en la que distintos grupos se van turnando para interrumpir el trabajo y causar disrupciones parciales.
Derechos de recolocación → Condiciones contractuales que determinan cómo y cuándo los trabajadores despedidos o temporales son llamados de regreso al trabajo.
Sindicato Culinario Local 226 → Organización laboral que representa a trabajadores de hostelería y servicios de alimentos en Nevada, defendiendo salarios y beneficios.
Este Artículo en Resumen
El 5 de noviembre de 2025, cerca de 400 miembros del Sindicato Culinario Local 226 protestaron en el Aeropuerto Harry Reid, apuntando a locales gestionados por DBEs en Terminales 1 y 2. Tras cuatro años sin aumentos, exigen incrementos salariales, protección de salud y pensiones y mejores derechos de recolocación. El sindicato fijó como plazo el 14 de noviembre y advirtió sobre huelgas estratégicas. Además pidió que la Comisión del Condado de Clark agilice la recertificación de DBEs y vigile el cumplimiento.
— Por VisaVerge.com
