Puntos Clave
• Irán planea deportar hasta 2 millones de migrantes afganos antes de marzo de 2025, con hasta 3,000 expulsiones diarias.
• El Cruce Internacional Dogharoun es el principal punto de expulsión, con denuncias de malos tratos y separación familiar.
• Las deportaciones masivas generan crisis humanitaria y preocupación internacional por posibles violaciones legales y a derechos humanos.
Irán ha intensificado la deportación de migrantes afganos en los últimos meses, marcando un cambio fuerte en su política migratoria y trayendo consecuencias importantes para ambos países. Esta nueva campaña de expulsiones refleja un ambiente que ha ido cambiando en Irán con respecto a la comunidad afgana y ha despertado preocupación en grupos humanitarios, autoridades afganas y los propios migrantes.
¿Qué está pasando y por qué importa?

En el presente, las autoridades iraníes han anunciado que planean deportar hasta 2 millones de migrantes afganos sin papeles antes de marzo de 2025. El Ministerio del Interior considera este objetivo como una de sus máximas prioridades. De acuerdo con funcionarios talibanes, hasta 3,000 afganos están siendo deportados cada día desde Irán. El punto principal para estas expulsiones es el Cruce Internacional Dogharoun, ubicado en el este de Irán, cerca de la frontera con Afganistán.
Durante 2023, más de un millón de afganos fueron expulsados según la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán. Entre 2022 y 2024, la cifra de deportados supera 1.8 millones. Solo en 2024, 750,000 afganos han sido enviados de vuelta a su país involuntariamente. Estas cifras muestran que la escala del fenómeno es muy grande y que afecta a decenas de miles de familias y comunidades enteras.
El Cruce Internacional Dogharoun ha sido el escenario diario para miles de retornos forzados. Las escenas allí muestran multitudes de hombres, mujeres y niños esperando bajo el sol, muchas veces desorientados y sin recursos. Para muchos, su identificación y papeles son revisados rápidamente antes de ser montados en camiones o autobuses de regreso a Afganistán. Algunos vuelven después de años viviendo en Irán, mientras que otros son recién llegados que apenas buscaban cruzar la frontera para huir de la situación en Afganistán.
Tratamiento de los deportados y denuncias de abusos
No solo la cantidad de deportaciones ha llamado la atención, sino también el trato que muchos de los migrantes afganos dicen recibir. Numerosos testimonios de deportados cuentan que han sido humillados y golpeados en estaciones de policía antes de ser expulsados. También afirman que reciben poca comida y agua mientras esperan en campamentos y que sienten que los tratan “como si fueran criminales”.
Estos relatos han comenzado a ser recogidos y denunciados por organizaciones de derechos humanos, que advierten sobre una realidad difícil y desalentadora para quienes enfrentan el regreso a un país con poca infraestructura y empleo. En medio de estas denuncias, se reportan largas horas de espera, malas condiciones higiénicas durante el proceso y ninguna oportunidad real de apelar la decisión de expulsión. Muchos denuncian que no se revisan los casos uno por uno, sino que se hacen expulsiones masivas evitando cualquier análisis individual de necesidades o derechos.
Políticas más severas contra migrantes afganos
Hasta hace poco, Irán era visto como uno de los países vecinos más abiertos a recibir migrantes y refugiados afganos, sobre todo durante las décadas pasadas. Millones llegaron a Irán informados por la promesa de trabajo y estabilidad. Sin embargo, desde 2007 la política iraní comenzó a cambiar. En un principio las autoridades implementaron un modelo de “regulación”, donde en lugar de expulsar masivamente, buscaban controlar y ordenar la presencia de afganos. Hoy la tendencia es claramente expulsiva.
El país ha puesto límites geográficos duros: las autoridades han prohibido de forma oficial la entrada de afganos en 16 provincias del territorio, evitando así su concentración en ciudades importantes. Ahora mismo, los afganos tienen prohibido residir en 19 provincias iraníes en total. No solo eso, incluso afganos con visados y papeles en regla arriesgan ser detenidos y expulsados, según reportes recogidos por VisaVerge.com.
La situación también se ha complicado en otros aspectos. A estudiantes afganos se les ha negado la matrícula en centros escolares y universidades al inicio del año académico. El mensaje de las autoridades es claro: la presencia afgana es cada vez menos bienvenida en Irán.
El contexto internacional y la preocupación humanitaria
Las deportaciones masivas han generado una gran preocupación en la comunidad internacional y dentro de Afganistán. El gobierno talibán ha pedido a Irán que modere el ritmo de las expulsiones y que permita un proceso más organizado y gradual. “Pedimos paciencia y comprensión frente a la situación económica de Afganistán,” han declarado sus portavoces, quienes sostienen que el país no puede absorber de golpe la llegada de tantos migrantes sin causar más crisis.
El 10 de mayo de 2025, migrantes afganos residentes en Irán realizaron una manifestación solicitando el fin de los retornos forzados. Del lado de organismos internacionales de derechos humanos, las críticas se centran en la falta de un proceso justo, la ausencia del derecho de apelación y las malas condiciones de higiene y trato en los cruces fronterizos.
Estas acciones han llevado a que algunos expertos lanzaran una advertencia: las deportaciones de Irán podrían estar violando el principio de “non-refoulement”. Esta norma internacional, reconocida ampliamente, prohíbe enviar refugiados a países donde corren peligro o donde sus vidas están amenazadas. Por lo tanto, el debate no solo es político sino también legal y ético.
Para mayores detalles sobre este principio y la normativa internacional en torno a los refugiados, puede consultarse la sección de protección internacional de la Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU.
Causas detrás de la deportación masiva
Las razones que impulsan este giro en la política iraní son variadas y no se reducen a un único factor:
- Razones económicas: Irán enfrenta dificultades económicas fuertes y autoridades locales sostienen que no pueden seguir recibiendo ni manteniendo a tan alto número de migrantes afganos. La competencia por empleos, sobre todo en el sector informal, se ha vuelto un punto de fricción.
- Sentimientos y tensiones sociales: Desde la llegada del Talibán al poder en Afganistán en 2021, creció el recelo y discrimen hacia los afganos dentro de Irán. Muchos residentes responsabilizan a los migrantes de problemas de seguridad o de tensiones sociales.
- Envidia y resentimiento: Algunos ciudadanos iraníes ven con desconfianza el éxito económico de empresarios afganos en el país, lo que alimenta aún más la presión por restringir su presencia.
- Preocupaciones de seguridad: Autoridades iraníes argumentan que mantener una gran comunidad afgana, en un momento de tensiones regionales y retos internos, representa un riesgo para la seguridad nacional y el control de las fronteras.
Esta balanza desigual entre la necesidad económica de mano de obra barata y los temores sociales y de seguridad deja a los migrantes en una situación “precarizada”, en palabras de varios analistas. Estos migrantes afganos quedan atrapados en una zona gris, nunca plenamente aceptados ni completamente expulsados, dependiendo constantemente de los cambios internos de Irán.
¿Quiénes son los más afectados?
La gran mayoría de los migrantes afganos en Irán han formado comunidades donde niños, mujeres y adultos intentan crear una nueva vida lejos de la violencia o la pobreza. Muchos llevan años o décadas viviendo en Irán, a menudo trabajando en sectores como la construcción, la agricultura o el comercio ambulante.
Con el repunte de las deportaciones, familias enteras son separadas, niños quedan fuera del sistema escolar y trabajadores pierden sus ingresos de golpe. Otros temen regresar a Afganistán, donde el acceso a servicios básicos, empleo y seguridad es muy limitado, especialmente bajo el régimen talibán.
En el Cruce Internacional Dogharoun, reportes del terreno muestran que no solo llegan hombres adultos. Muchas familias llegan con niñas y niños pequeños, algunos desnutridos, otros desorientados y sin familiares en Afganistán que los reciban. La situación es aún más delicada para quienes han crecido toda su vida en Irán y ahora se enfrentan a una patria “desconocida”.
¿Qué dicen las organizaciones internacionales?
Agencias humanitarias y grupos de derechos humanos critican el proceso de expulsión por varios motivos. Primero, alertan que los retornos masivos ocurren sin la oportunidad de un proceso legal justo. No se proporciona tiempo ni opciones a los migrantes para apelar las órdenes de expulsión. Segundo, las condiciones en los campamentos previa a la expulsión, según los testimonios, suelen ser inseguras e insalubres.
La Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán ha pedido a Irán que respete las normas internacionales y que brinde ayuda a los más vulnerables, especialmente niños y mujeres. Existe temor de que el gran volumen de retornados supere la capacidad de Afganistán para recibirlos, lo que puede llevar a mayores crisis humanitarias como la falta de vivienda, enfermedades o confrontaciones sociales.
Demandas y propuestas para el futuro
Ante este panorama, varios actores piden a Irán una política más humanitaria. Entre las principales peticiones están:
- Permitir que el retorno sea voluntario o bajo un proceso organizado y gradual.
- Garantizar el derecho de los migrantes a un proceso legal donde puedan presentar su caso antes de ser deportados.
- Mejorar las condiciones de los campamentos de retención, garantizando agua, comida y atención médica básica.
- Trabajar en conjunto con Afganistán y las organizaciones internacionales para crear rutas seguras de retorno y reintegración.
El gobierno talibán insiste en que no puede hacerse cargo de millones de personas de golpe, ya que la economía afgana está al límite. Por eso, la coordinación se vuelve esencial si se quiere evitar una crisis mayor en la zona fronteriza.
Balance final y mirada a futuro
La deportación masiva de migrantes afganos por parte de Irán, especialmente a través del Cruce Internacional Dogharoun, es uno de los episodios migratorios más grandes y tensos de los últimos años en la región. El ritmo y la escala de las expulsiones han reavivado el debate sobre los derechos humanos, el deber de protección a refugiados y las obligaciones que cada país tiene en materia internacional.
VisaVerge.com informa que la situación actual exige respuestas claras y rápidas tanto de Irán como de la comunidad internacional. No se trata solo de números, sino de personas; familias que cruzan fronteras huyendo de la pobreza, la violencia o la falta de oportunidades. El reto es encontrar soluciones que respeten la dignidad y los derechos de los migrantes, sin perder de vista las limitaciones económicas y de seguridad que atraviesa cada país.
En resumen, el caso expone un dilema que va más allá de Irán y Afganistán. Reclama cooperación regional, el respeto al derecho internacional y políticas que no dejen en el olvido a quienes buscan un futuro mejor. El Cruce Internacional Dogharoun seguirá siendo, por el momento, el símbolo visible de una crisis profunda y que merece atención urgente para evitar más sufrimiento y desarraigo entre los pueblos vecinos.
Aprende Hoy
Cruce Internacional Dogharoun → Punto fronterizo clave en el este de Irán donde se concentran las expulsiones masivas de migrantes afganos.
Non-refoulement → Principio del derecho internacional que prohíbe devolver refugiados a países donde su vida o libertad estén en peligro.
Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán → Organismo encargado de monitorear y denunciar violaciones a los derechos humanos, especialmente en las deportaciones.
Ministerio del Interior de Irán → Autoridad encargada de la seguridad interna, control migratorio y establecimiento de las metas de deportación.
Talibán → Gobierno actual de Afganistán desde 2021, protagonista en las gestiones y protestas por las deportaciones afganas desde Irán.
Este Artículo en Resumen
Irán ejecuta una campaña de deportación masiva de afganos, con hasta 2 millones de expulsados proyectados para marzo de 2025. El Cruce Internacional Dogharoun es el epicentro, donde migrantes enfrentan condiciones duras y familias se separan. La crisis plantea graves desafíos legales y humanitarios para Irán y Afganistán.
— Por VisaVerge.com
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