Puntos Clave
- Un banco de energía de litio estalló en el bolsillo de un pasajero en el Aeropuerto de Melbourne, el 6 de noviembre de 2025.
- Unas 150 personas evacuaron el Qantas International Business Lounge; el salón cerró dos horas para limpieza y descontaminación.
- Ambulancia Victoria trató al hombre, con quemaduras en pierna y dedos; fue trasladado al Alfred Hospital y dado de alta.
(MELBOURNE, AUSTRALIA) Un pasajero sufrió quemaduras cuando una batería de litio alojada en su bolsillo estalló dentro de la Qantas International Business Lounge en el Aeropuerto de Melbourne, desatando un incendio que provocó la evacuación de unas 150 personas y llevó a una revisión de las políticas de dispositivos de energía personal en la aerolínea. El incidente ocurrió alrededor de las 11:00 a.m. del jueves 6 de noviembre de 2025, cuando una batería de repuesto de un banco de energía en el bolsillo del hombre entró en fuga térmica, prendió fuego a su chaqueta y dejó una nube de humo denso que obligó a desalojar el lounge como medida de precaución. Las autoridades indicaron que el área del lounge fue cerrada temporalmente para limpieza y descontaminación, y que el salón reabrió más tarde. Este trágico accidente ocurre en un momento en que la seguridad de baterías portátiles y dispositivos de energía personal ha ganado mayor atención mundial.

Testigos describieron un escenario caótico en una mañana que parecía normal para los pasajeros y el personal del lounge. Un viajero recordó:
“I suddenly heard screaming from the other side of the lounge. Some guy’s phone had blown up in his pocket and sent the battery acid flying everywhere. His jacket caught on fire.”
Estas palabras, que conservan la brutal inmediatez del momento, subrayan la dureza del incidente y la rapidez con que la situación se volvió crítica. La explosión fue tan intensa que aproximadamente 150 personas fueron evacuadas como medida de precaución, según el recuento de autoridades presentes en el lugar. El humo y el olor acre obligaron a activar protocolos de seguridad y evacuación que cualquier instalación de alto tránsito debe tener a mano ante emergencias de este tipo, que se han tornado más comunes a medida que crecen las ventas y el uso de bancos de energía.
En la respuesta de emergencia, la acción rápida de personal del lounge y de un pasajero cercano jugó un papel crucial para contener el foco de la combustión. Los testigos contaron que un pasajero y el personal inmovilizaron la llama y trasladaron al afectado a una ducha para apagar las llamas. Posteriormente, los servicios de ambulancia de Victoria llegaron al lugar y trasladaron al hombre al Alfred Hospital, donde recibió atención y llevó posteriormente a ser dado de alta en condiciones estables. El afectado sufrió quemaduras significativas en la pierna y en los dedos, una evaluación que fue confirmada por los informes de los servicios de emergencia. Este detalle subraya el riesgo inmediato de portar baterías de litio y la necesidad de manejar adecuadamente las medidas de seguridad para evitar incidentes mayores.
El trasfondo inmediato de la respuesta también ofrece un matiz humano que ha llegado a través de las redes sociales y la cobertura de testigos presenciales. Film producer Leanne Tonkes, presente en el lounge, publicó en Instagram:
“When you have just witnessed a mobile phone battery catch fire in the Qantas lounge in Melbourne. Hoping the man who caught fire holding it is ok. Quick thinking from the man who jumped in to help and the staff who got him in the shower and everyone else out of the lounge.”
Sus palabras capturan no solo el susto sino también el reconocimiento al valor de las acciones rápidas de individuos y del personal de servicio. La propia Qantas confirmó la intervención y la necesidad de limpiar la zona para permitir la reapertura del lounge.
En un comunicado oficial, la aerolínea describió la secuencia de hechos con claridad:
“The lounge was evacuated as a precaution and emergency services treated the customer on site. We worked with the Melbourne airport to clean the lounge and it has since reopened.”
Este testimonio, además de confirmar la evacuación, señala la colaboración entre Qantas y la autoridad aeroportuaria para restablecer un servicio que es vital para el flujo de pasajeros en un nodo estratégico como el Aeropuerto de Melbourne. La decisión de reabrir el lounge tras la descontaminación y una revisión de seguridad evidencia la gestión de crisis de una aerolínea que se mantiene bajo escrutinio público por su manejo de incidentes que involucran baterías y dispositivos electrónicos de consumo.
La investigación y la revisión de políticas que promete Qantas llega en un contexto en el que el sector aéreo ha intensificado su vigilancia sobre dispositivos de energía personal, especialmente los bancos de energía y otros componentes que contienen baterías de litio. Este incidente ha reavivado el debate sobre la seguridad en tierra y a bordo, especialmente con el uso y transporte de baterías de repuesto. A falta de un resultado definitivo, la aerolínea indicó que está revisando sus políticas respecto a baterías de litio y dispositivos similares que pueden estar en bodegas, cabinas y zonas de descanso de los aeropuertos o aviones, con una actualización que se espera en las próximas semanas. La magnitud del episodio —con 150 personas evacuadas— ilustra cómo un incidente relativamente pequeño puede acelerar cambios administrativos y operativos en una empresa con presencia internacional.
El caso ha despertado interés en otras aerolíneas y autoridades de aviación de la región, con ejemplos recientes que ya han llevado a tensiones en la gestión de baterías de repuesto. Emirates, por ejemplo, prohibió las power banks a bordo de sus aviones, una medida que subraya la creciente cautela que emite la industria ante incidentes de fuga térmica asociadas a baterías de litio. Virgin Australia, por su parte, actualizó su política para pedir a los pasajeros que mantengan estas baterías dentro de un alcance inmediato, una instrucción que pretende reducir el riesgo de exposición a condiciones que podrían traducirse en incendios en el interior de la cabina. En Melbourne, lo sucedido abre un frente de revisión para las políticas internas de manejo de baterías y la necesidad de formación adicional para el personal de seguridad y operaciones de lounge ante un fenómeno que, aunque poco común, presenta riesgos significativos para la seguridad de los pasajeros y el personal.
En términos técnicos, la situación se describe como una fuga térmica dentro de una batería de banco de energía, un fenómeno que ocurre cuando una batería de litio entra en un estado inestable que provoca una liberación de calor extremo, a veces acompañada de incendios y emisiones químicas. Este suceso, que comenzó en el bolsillo del pasajero, se convirtió en una emergencia que expuso tanto la vulnerabilidad de las personas que portan dispositivos de este tipo como la capacidad de los equipos de seguridad para responder con rapidez. En la sala, el humo que se generó se convirtió en una señal inconfundible para activar protocolos de evacuación, y la respuesta inmediata de los empleados del lounge, que ayudaron a trasladar al afectado a una ducha en un intento por sofocar las llamas, fue la diferencia entre una pérdida mayor y un incidente contenido.
El Aeropuerto de Melbourne, que actúa como un nodo crucial para los viajes transfronterizos en Australia y para la conectividad regional, quedó expuesto a un evento que subraya la necesidad de medidas de seguridad más estrictas en zonas de descanso y en áreas de lounge que, en general, deben ser espacios de descanso y conveniencia para los viajeros que esperan conectar con vuelos de larga distancia. Más allá de la experiencia vivida por el hombre que portaba la batería y que sufrió quemaduras en la pierna y en los dedos, la reacción de la gente alrededor muestra el peso de la responsabilidad compartida para cada viajero y cada miembro del personal que se encuentra en un entorno de alto tránsito. La experiencia también subraya la importancia de la disponibilidad de equipos de seguridad básicos en lugares como lounges de aeropuertos, donde un banco de energía o una fuga térmica pueden transformarse en una emergencia que requiera evacuación rápida, atención médica y, a veces, una reconfiguración del día para decenas, o incluso centenas, de pasajeros.
La atención pública y la cobertura de los medios han seguido de cerca el desarrollo de la historia, con un énfasis continuo en los detalles observables y en el relato humano de quienes estuvieron en la escena. En declaraciones de quienes estaban presentes y en los comunicados oficiales, se ha destacado la rapidez de la respuesta y la necesidad constante de revisar y, cuando sea necesario, reforzar las políticas de seguridad que rigen el uso y el transporte de baterías de repuesto y bancos de energía en zonas de espera y en aeronaves. En el contexto más amplio, el incidente en Melbourne podría acelerar cambios operativos que ya estaban en la agenda de la industria, obligando a mayor claridad en las directrices para viajeros que portan baterías y a una mayor responsabilidad de los operadores de lounges en la gestión de incidentes cuando ocurren.
Para los pasajeros que dependían del lounge como punto de reposo o de conexión para sus vuelos, la experiencia dejó una lección dolorosa: la seguridad es tan buena como la capacidad de respuesta ante lo inesperado. En un mundo donde los bancos de energía se han convertido en una herramienta cotidiana para garantizar que los dispositivos móviles y otros gadgets permanezcan operativos durante los largos viajes, la necesidad de manejo cuidadoso y de cumplimiento estricto de normas parece haber quedado más clara que nunca. En Melbourne, el Aeropuerto de Melbourne y la red de aerolíneas que opera desde allí seguirán evaluando y ajustando sus políticas para garantizar que lo que para muchos viajeros es una fuente de conveniencia no se convierta en una fuente de riesgo. Y mientras Qantas revisa sus políticas sobre baterías de litio y dispositivos similares, la historia de esta mañana de noviembre quedará como un recordatorio contundente de que, en los aeropuertos globales, cada bolsillo puede contener una chispa que cambia el curso de un día entero.
Para quienes siguen la seguridad de los viajeros, el incidente refuerza una vez más la necesidad de mantener a mano prácticas simples y eficaces: evitar guardar baterías portátiles en lugares donde puedan entrar en contacto con el calor, seguir las pautas de manejo de baterías, y estar preparados para actuar con rapidez ante signos de sobrecalentamiento. En ese sentido, el caso de Melbourne se suma a un conjunto de experiencias que han llevado a cambios operativos en múltiples aerolíneas y a un debate público sobre el alcance de la responsabilidad de los viajeros y de las instituciones que atienden a millones de pasajeros cada año.
El Aeropuerto de Melbourne, junto con la compañía aérea y las autoridades de seguridad, deberá ahora sopesar la necesidad de educar a los viajeros sobre los riesgos asociados con las baterías de litio y los bancos de energía. A medida que la industria mira hacia el futuro, las políticas de seguridad y manejo de baterías serán sin duda una parte central de cualquier plan para hacer frente a incidentes similares, y la experiencia de este jueves en Melbourne podría convertirse, con el tiempo, en un caso de estudio sobre prevención y respuesta. Si bien el foco inmediato está en la seguridad de los passageiros y el personal, la historia también subraya la realidad de un mundo donde la tecnología que usamos para mantenernos conectados puede, en un instante, convertirse en un factor de riesgo que requiere vigilancia constante, protocolos claros y una respuesta rápida y coordinada.
Para ampliar la seguridad, la autoridad aeronáutica podría considerar guías más explícitas sobre el transporte de baterías de repuesto y dispositivos de energía personal, especialmente en áreas de descanso y lounges. En todo momento, la prioridad es reducir el riesgo sin afectar la comodidad de los viajeros. En medio de la incertidumbre y la admiración por la rápida intervención de los presentes, la historia de este incidente en el Aeropuerto de Melbourne ofrece una advertencia clara: en la era de los bancos de energía y las fugas térmicas, la prudencia no es una opción, es una necesidad.
[Para más información sobre seguridad de baterías y dispositivos electrónicos en vuelos, consulte la página oficial de seguridad de baterías de litio de la aviación en Australia: lithium battery safety on aircraft.]
Aprende Hoy
Banco de energía → Batería portátil usada para cargar dispositivos; contiene celdas de litio que pueden sobrecalentarse si están dañadas.
Fuga térmica → Reacción en cadena en una batería de litio que produce calor extremo, posible incendio y emisiones químicas.
Descontaminación → Proceso de limpieza para eliminar residuos y subproductos peligrosos tras un incendio de batería.
Ambulancia Victoria → Servicio médico de emergencia principal del estado de Victoria, Australia.
Este Artículo en Resumen
Un banco de energía de litio estalló en el bolsillo de un pasajero en el Qantas International Business Lounge del Aeropuerto de Melbourne el 6 de noviembre de 2025, incendiando su chaqueta y generando humo denso. Un pasajero y el personal usaron una ducha para sofocar las llamas; Ambulancia Victoria trató al hombre y lo trasladó al Alfred Hospital, donde fue dado de alta con quemaduras en pierna y dedos. Unas 150 personas evacuaron y el lounge cerró dos horas para limpieza y descontaminación. Qantas anuncia una revisión de políticas sobre baterías.
— Por VisaVerge.com
