Puntos Clave
- Marco Rubio anunció una nueva vía independiente para visas de trabajadores religiosos que iniciará en enero de 2026.
- El plan busca separar a trabajadores religiosos de la categoría EB-4 para resolver retrasos y evitar fraudes.
- Las extensiones para trabajadores no ministeriales vencen el 30 de enero de 2026, requiriendo una implementación rápida.
( WASHINGTON, D.C. ) — El Departamento de Estado anunció que planea poner en marcha un nuevo proceso de visa para trabajadores religiosos a principios de enero de 2026, consolidando una vía independiente que se separa de los solicitantes EB-4, como los del programa de menores no acompañados. El secretario de Estado, Marco Rubio, informó este viernes, 19 de diciembre de 2025, durante una conferencia de prensa en Washington, D.C., que la agencia trabajará con autoridades religiosas de distintas denominaciones para asegurar que no exista preferencia entre ellas.

Rubio subrayó que
“no estamos discriminando a favor de una u otra. Algunas denominaciones están más profesionalizadas en términos de lo que pueden proporcionarnos y de la información frente a otras”.
La atribución a Rubio se mantiene fuera del bloque citado. El plan incorporará requisitos específicos por país y por denominación, dijo el funcionario, quien añadió:
“Tenemos requisitos específicos por país dependiendo del país del que provienen. Pero creo que tenemos un buen plan para poner eso en efecto.”
En cuanto al avance, concluyó:
“Creo que vamos a llegar a un buen lugar. No lo tenemos listo todavía. Todo esto lleva tiempo, pero estamos avanzando rápidamente. Espero que tengamos algo positivo sobre eso en algún momento del próximo mes, ojalá en la parte temprana del mes próximo.”
Las atribuciones de estas citas corresponden al secretario Marco Rubio.
La Casa Blanca ha enfatizado la necesidad de un proceso claro y separado para este tipo de solicitantes, y el Departamento de Estado ha señalado la colaboración con entidades religiosas para evitar cualquier sesgo. Rubio añadió que el objetivo es “un proceso independiente” que funcione sin interferir con otros sistemas de inmigración, y señaló que la iniciativa busca facilitar la labor pastoral de las comunidades religiosas mientras se protege la integridad del sistema migratorio.
La colaboración entre el Departamento de Estado y agencias e instituciones religiosas se basó en un diálogo con varias organizaciones, incluida la Iglesia Católica y la USCCB, la United States Conference of Catholic Bishops. Un portavoz de USCCB comentó a Catholic News Agency:
“We are grateful for the administration’s attention to this important issue for the Church and value the opportunity for ongoing dialogue to address these challenges so the faithful can have access to the sacraments and other essential ministries.”
La atribución de esta cita se mantiene fuera del bloque citado.
La información sobre el encabezado de la iniciativa y su alcance llega en un momento en que persiste la compleja discusión sobre los visados para trabajadores religiosos dentro de un marco mayor de políticas migratorias. En este contexto, los trabajadores religiosos suelen requerir visados temporales R-1 o, en su dimensión de residencia, el estatus EB-4 para personas que pertenecen a determinadas confesiones y buscan servir en organizaciones sin fines de lucro religiosas.
En el marco de este debate, se ha resaltado que el proceso actual está marcado por tensiones y dudas sobre la elegibilidad, las obligaciones y el cumplimiento normativo que rigen las credenciales y las funciones de estos trabajadores.
El contexto llega además en un periodo en el que el programa de residencia permanente EB-4 ha sido objeto de revisión y cambios. En particular, la discusión reciente ha estado centrada en la subcategoría SR (Certain Religious Workers) que, si bien incluye ministros con acceso permanente, también abarca a otros trabajadores religiosos sin ministerio.
En noviembre de 2025, la legislación aprobada por el Congreso, H.R. 5371, extendió temporalmente este estatus hasta el 30 de enero de 2026. No se pueden emitir visados SR al extranjero ni ajustarlos después de la medianoche del 29 de enero de 2026; las visas anteriores expiran en esa fecha y la admisión debe ocurrir antes de esa fecha.
Estas condiciones se reflejan en los boletines de visa de diciembre de 2025 y enero de 2026, donde la fecha de acción final para SR se ubica en 01SEP20 para todas las nacionalidades, y en 01JAN21 (o 15MAR21 en algunos gráficos) para el mes siguiente, según corresponda.
La extensión temporal de las disposiciones SR busca responder a la elevada demanda y a preocupaciones de fraude dentro del programa de residencia permanente para trabajadores religiosos no ministeriales, un tema que ha estado en el centro de debates entre agencias, congregaciones y representantes de parroquias.
Sin embargo, esa prórroga complica la planificación para roles no ministeriales como docentes religiosos, misioneros y trabajadores litúrgicos, al tiempo que los ministros siguen teniendo acceso permanente al EB-4. En conjunto, el sistema de cuotas, que se reparte entre diversas categorías, ha contribuido a situaciones de retroceso de fechas y a un escrutinio cada vez mayor sobre las cualificaciones, la situación financiera y las funciones laborales de estos trabajadores.
El anuncio de Rubio llega tras años de promesas de un “proceso independiente” para los trabajadores religiosos dentro del EB-4, una promesa que, según el funcionario, se materializaría con un mecanismo específico para este grupo que permita una ruta más clara y directa para su entrada y permanencia en el país, sin interferir de forma excesiva con otros flujos de inmigración.
En el entorno de la diplomacia pública, la administración ha insistido en que el plan no favorece a una confesión sobre otra, sino que atiende las necesidades administrativas y pastorales de las comunidades religiosas que operan en Estados Unidos.
El plan nuevo contempla criterios por país y por denominación, un enfoque que, según Rubio, permitirá adecuar la estructura de requisitos a las realidades diversas de estas comunidades de fe.
“Tenemos country-specific requirements depending on the country they’re coming from. But I think we have a good plan in place to put that into effect,” dijo el secretario.
En su evaluación, añadió:
“We’re not ready yet. All this takes time to put together, but we’re moving quickly. I think we’ll have something positive about that at some point next month, hopefully in the early part of next month.”
Estas afirmaciones, hechas durante la conferencia en la capital, buscan subrayar la inmediatez de la iniciativa sin sacrificar la rigurosidad de los criterios de elegibilidad.
La coordinación con autoridades eclesiásticas ha sido un pilar central. Un portavoz de la USCCB recabó su apoyo a través de un medio periodístico católico, destacando que
“We are grateful for the administration’s attention to this important issue for the Church and value the opportunity for ongoing dialogue to address these challenges so the faithful can have access to the sacraments and other essential ministries.”
Este tipo de comentarios subraya la importancia de un diálogo continuo entre el gobierno y las autoridades religiosas para asegurar que la vía propuesta sirva a las comunidades sin crear vacíos de servicios pastorales.
En el análisis de impacto, estas medidas se inscriben en un marco general que ha visto sufrir a los sacerdotes y otros trabajadores religiosos debido a atrasos y cambios reguladores. Un informe de USCIS de julio de 2025 citó irregularidades generalizadas en el programa de residencia para menores no acompañados, lo que ha contribuido a atrasos en el procesamiento de visados para sacerdotes y trabajadores religiosos, y, por ende, ha alimentado tensiones en las instalaciones eclesiásticas que dependen de la llegada de estos trabajadores para sostener sus ministerios.
En paralelo, la USCCB comentó a principios de 2025 que “1 in 12 Christians” y “1 in 5 Catholics” en Estados Unidos enfrentan riesgo de deportación o viven con alguien que podría estar en esa situación, una estadística que ha intensificado el debate sobre la necesidad de un canal más estable para la llegada de personal religioso.
Entre las pruebas de impacto directo, se mencionan casos específicos como los enviados a la Arquidiócesis de Boston, donde se recomendó evitar viajes internacionales ante riesgos de deportación; un ejemplo que refleja cómo las políticas migratorias pueden afectar directamente las operaciones pastorales y la movilidad de líderes religiosos.
En Nueva Jersey, una diócesis católica presentó (y luego retiró) una demanda en noviembre de 2025 relacionada con cambios en las normas del EB-4 que afectaban a sacerdotes nacidos en otros países, un episodio que evidencia las tensiones entre las prácticas pastorales y la regulación migratoria.
A la hora de evaluar la concepción de un plan de visa para trabajadores religiosos, el Departamento de Estado ha insistido en que la propuesta busca aclarar y agilizar la vía para quienes cumplen criterios de dedicación y servicio a comunidades religiosas, preservando la integridad de los procesos de revisión y verificación de antecedentes.
No se proporcionaron más detalles sobre la fecha exacta de entrada en vigor, el número de visas implicadas o los mecanismos de implementación en el momento de la conferencia del 19 de diciembre de 2025; la información, adelantaron funcionarios, se dará a conocer a su debido tiempo, con un anuncio formal cuando esté listo para su adopción pública.
La historia de este esfuerzo no llega aislada. Se enmarca en una dinámica de cambio y revisión de políticas migratorias que ha influido en categorías diversas, desde el EB-4 en particular hasta los procesos de revisión de antecedentes y las prácticas de admisión para trabajadores extranjeros que operan en instituciones religiosas.
En ese marco, el plan de visa para trabajadores religiosos podría convertirse en un elemento clave para la continuidad de ministerios y servicios sacramentales si se implementa de forma adecuada, con salvaguardas que eviten abusos y garanticen transparencia en la selección y en la verificación de credenciales.
Con el calendario publicado, la expectativa reside en ver cómo el Departamento de Estado traducirá las declaraciones en procedimientos operativos concretos para enero de 2026. En enero de 2026, el inicio de la implementación de la vía independiente para trabajadores religiosos dentro del esquema de EB-4 podría representar un cambio significativo para las parroquias, las diócesis y las agencias misionales que trabajan a nivel nacional e internacional.
Al cierre de este reporte, el detalle de cuántas visas podrían emitirse, cuáles serán los criterios finales y qué órganos supervisarán la ejecución permanecen en el terreno de la anticipación, sin una cifra oficial confirmada ni un conjunto de reglas definitivo para el mes siguiente.
En la comunidad eclesiástica, la alarma y la esperanza coexisten. Las parroquias y las congregaciones dependen de personal capacitado para sostener servicios litúrgicos, catequesis, misiones y programas de caridad que atraviesan fronteras.
Si la vía independiente del EB-4 para trabajadores religiosos se materializa de forma eficiente, podría reducir la incertidumbre que ha marcado a estas comunidades ante cambios regulatorios y mejorar la planificación de sus necesidades pastorales a corto y mediano plazo. Al mismo tiempo, las autoridades migratorias advierten sobre la necesidad de mantener estándares y salvaguardas que eviten desviaciones y abusos, un equilibrio que solo podrá alcanzarse con reglas claras, supervisión estricta y un marco de revisión riguroso.
Para los observadores, la pregunta central es si el plan propuesto logrará evitar los cuellos de botella que han caracterizado la ruta EB-4 y si permitirá una mayor estabilidad para los trabajadores religiosos que, en muchos casos, han dedicado años a sostener comunidades de fe bajo condiciones de incertidumbre. Rubio insistió en que el enfoque es trabajar de forma colaborativa y pragmática con las autoridades eclesiásticas para garantizar que el sistema sirva a quienes necesitan acceso a servicios sacramentales y ministerios esenciales, sin sacrificar la integridad del proceso.
En esa línea, la expectativa para enero de 2026 se mantiene alta, y los actores involucrados señalan que la transparencia y la comunicación serán claves para que la implementación cumpla con las metas planteadas.
En última instancia, la nación observa cómo estos esfuerzos de política migratoria confluyen con las realidades de las comunidades religiosas que llaman a las puertas de las iglesias y templos. Si el plan de visa para trabajadores religiosos logra articular una vía clara, específica y confiable, podría marcar un punto de inflexión en la relación entre la administración estadounidense y las comunidades de fe, permitiendo que el país siga siendo refugio y hogar para quienes brindan servicios espirituales y comunitarios esenciales.
Con el calendario aún por definir y los detalles técnicos por afinar, la próxima fase será clave para determinar si enero de 2026 traerá, finalmente, una vía estable y rigurosa para quienes, desde la fe, ofrecen un servicio público de gran magnitud.
Aprende Hoy
EB-4 → Una categoría de residencia permanente basada en el empleo para ‘inmigrantes especiales’, que incluye a trabajadores religiosos y ciertos jóvenes.
Subcategoría SR → Clasificación específica dentro de EB-4 para ciertos trabajadores religiosos que no son ministros, como misioneros o docentes.
Boletín de Visas → Publicación mensual del Departamento de Estado que indica cuándo los solicitantes pueden proceder con sus pasos finales de residencia.
USCCB → La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, organización clave que colabora con el gobierno en estas reformas migratorias.
Este Artículo en Resumen
El Secretario de Estado, Marco Rubio, anunció un nuevo proceso independiente para visas de trabajadores religiosos que comenzará en enero de 2026. Esta iniciativa busca separar a estos solicitantes de la categoría EB-4, actualmente congestionada. El objetivo es agilizar los trámites para clérigos y personal pastoral, garantizando la continuidad de los servicios religiosos y sacramentales ante los recientes retrasos y preocupaciones por fraude en el sistema.
— Por VisaVerge.com
