Puntos Clave
• El 12 de mayo de 2025, solo un controlador certificado y un aprendiz manejaron Newark Liberty durante tres horas críticas.
• Normalmente se requieren entre 14 y 15 controladores; ese día solo dos personas supervisaron hasta 180 operaciones aéreas.
• La escasez nacional de controladores compromete la seguridad y provoca retrasos, afectando inmigración, vuelos y la economía local.
El pasado lunes 12 de mayo de 2025, el Aeropuerto Internacional Newark Liberty 🇺🇸 vivió una de las situaciones más alarmantes para la seguridad aérea en la historia reciente de Estados Unidos 🇺🇸. Durante tres intensas horas, desde las 6:30 p.m. hasta las 9:30 p.m., solo un controlador de tráfico aéreo certificado, junto a un aprendiz, estuvo a cargo de todos los vuelos que salían y llegaban a este importante aeropuerto. Varias fuentes del sector y medios nacionales describieron lo sucedido como una verdadera “locura”. Este episodio ha lanzado una luz fuerte sobre los graves problemas de falta de personal y recursos que afectan hoy al control de tráfico aéreo en el país.
¿Qué ocurrió durante esas tres horas en Newark?

Siempre se espera que el Aeropuerto Internacional Newark Liberty 🇺🇸, uno de los más activos de la nación, cuente entre 14 y 15 personas en el equipo de control de tráfico aéreo por turno. Este grupo se encarga de coordinar de manera segura los despegues, aterrizajes y el movimiento de aviones mientras están en el espacio aéreo cercano o en las pistas. Sin embargo, relatos confirmados por expertos y reportados por el New York Post revelan que en esas tres horas críticas, la supervisión quedó en manos de apenas un controlador certificado —el único responsable legal y capacitado— apoyado por un aprendiz.
A pesar de que las autoridades de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) afirmaron que, como mínimo, siempre están programados tres controladores por hora, el testimonio de varios empleados y denunciantes muestra otra realidad: solo hubo un profesional plenamente certificado en ese momento y se evitó por muy poco que el aeropuerto quedara sin personal calificado. De hecho, otro controlador aceptó ir a trabajar en su día libre solo para impedir que por primera vez en la historia el importante centro aéreo quedara literalmente sin nadie a cargo.
Durante ese periodo, entre 168 y 180 vuelos despegaron o aterrizaron en Newark. Normalmente, esta cantidad de tareas se reparte entre al menos una docena de controladores experimentados, cada uno con puestos y responsabilidades claras. Esta vez, todas esas funciones cruciales recayeron, en la práctica, sobre una sola persona adulta con el conocimiento y la autorización legal suficiente.
Falta de personal en el control de tráfico aéreo: un problema en aumento
Este evento no es un hecho aislado. Más bien, representa la punta del iceberg de una crisis nacional en el control de tráfico aéreo de Estados Unidos 🇺🇸:
- Faltan controladores: Hay una escasez que afecta a la mayoría de los aeropuertos grandes y pequeños del país. Esto obliga a trabajar con equipos muy por debajo de lo recomendado, lo que pone presión y riesgos adicionales sobre quienes sí están trabajando.
- Formación lenta: Convertirse en controlador de tráfico aéreo completamente certificado lleva aproximadamente dos años y medio. Incluso controladores con experiencia de otros aeropuertos deben cumplir etapas largas de readiestramiento para adaptarse a las condiciones específicas de Newark o cualquier otro centro principal.
- Problemas tecnológicos: Newark arrastra deficiencias en sus sistemas de comunicación, que dificultan su gestión remota o el respaldo desde otros aeropuertos en caso de emergencia.
Cuando la cantidad de controladores baja de la mitad de lo “normal” (es decir, siete personas o menos), los riesgos para la seguridad aérea crecen de forma preocupante. La norma, entonces, es frenar despegues o autorizar menos aterrizajes para evitar sobrecargar a los pocos profesionales que quedan.
El papel del controlador de tráfico aéreo y por qué su trabajo es tan vital
Un controlador de tráfico aéreo es la persona que vigila desde una torre o una sala de radares cómo y cuándo se mueven los aviones. Su tarea es asegurarse de que mantengan la distancia justa entre ellos, evitar colisiones e indicarle a cada piloto exactamente cómo proceder, especialmente en momentos complicados como el despegue o el aterrizaje. El trabajo requiere decisiones rápidas y claras a cada minuto, y cualquier error puede tener consecuencias graves para las vidas de cientos de pasajeros y tripulación.
En el caso del Aeropuerto Internacional Newark Liberty 🇺🇸, el escenario fue incluso más complejo ya que cinco puestos de supervisión de radares —que habitualmente requieren cinco personas diferentes— fueron cubiertos entre solo dos (el controlador certificado y su aprendiz). Esto va contra toda norma de seguridad y sentido común en la industria, según controles y expertos.
Reacciones dentro y fuera de la industria aeronáutica
La noticia generó preocupación inmediata entre los profesionales que mejor conocen estos riesgos. Un controlador de tráfico aéreo con años de experiencia fue citado por el New York Post diciendo:
“Si bajas de la mitad del personal habitual, tu seguridad ya está en peligro… entonces empiezan los retrasos o paradas temporales, y eso es lo que estamos viendo a lo largo del país”.
No solo los controladores sienten esa presión. Líderes de aerolíneas, incluyendo United Airlines, además de pasajeros afectados y legisladores, están preocupados por el impacto de la falta de controladores en los horarios y la seguridad. Muchos pasajeros sufrieron retrasos esa noche e incluso tuvieron que esperar dentro de los aviones durante horas, según reportes en redes sociales y medios especializados.
Las respuestas de la FAA y la urgencia de encontrar soluciones
Mientras que un portavoz de la FAA insistía en que nunca habría “cero” controladores a cargo, especialistas han señalado que solo gracias a cambios de último minuto en los turnos o favores personales entre colegas se logró evitar un escenario aún más peligroso. El propio sindicato de controladores ha advertido durante años que el ritmo de contratación y entrenamiento de nuevos operadores es demasiado lento para cubrir las necesidades actuales.
La falta de suficiente personal no solo genera estrés y cansancio extremo en quienes sí están presentes, sino que también aumenta el margen de error. En un aeropuerto tan transitado como Newark, esto puede afectar el bienestar de miles de personas al día, además de causar pérdidas económicas tanto a las aerolíneas como a la región por retrasos y cancelaciones constantes.
Medidas de emergencia y soluciones temporales
Cuando los equipos quedan reducidos a la mínima expresión, una de las medidas que las autoridades del control de tráfico aéreo pueden tomar es declarar una “parada en tierra”, lo que significa prohibir temporalmente todos los despegues o aterrizajes nuevos hasta que la situación sea más segura. También pueden reducir la cantidad de vuelos que pueden operar por hora, lo que termina provocando retrasos que se extienden por todo el país.
Otras estrategias de emergencia incluyen:
- Reorganizar a los pocos controladores entre distintas áreas de control, aunque esto incrementa su carga laboral.
- Confiar en aprendices o controladores recién llegados, lo que conlleva sus propios riesgos si no hay supervisión adecuada.
- Pedir a personal fuera de turno o en sus días libres que acuda de urgencia, como quedó demostrado en Newark Liberty.
Ninguna de estas salidas es suficiente ni sostenible. Por eso, desde sindicatos hasta senadores y expertos piden una revisión inmediata de los procesos de contratación, entrenamiento y retención de controladores de tráfico aéreo.
¿Por qué toma tanto tiempo formar a un nuevo controlador?
La capacitación para un controlador de tráfico aéreo no es sencilla, pero es completamente necesaria por la enorme responsabilidad del trabajo. Primero, deben pasar por una formación teórica que abarca desde procedimientos de emergencia hasta comunicaciones radioeléctricas. Después, reciben entrenamiento supervisado en simuladores, para luego pasar a un periodo de práctica en escenarios reales bajo la tutela de un instructor. Solo cuando superan todas las pruebas y demuestran manejo de situaciones de alta presión se les considera aptos.
Según análisis del sector, el proceso generalmente dura unos dos años y medio. Si un controlador experimentado se traslada desde otro aeropuerto, igual debe superar exámenes y aprender procedimientos específicos del nuevo centro antes de ser autorizado a trabajar solo. Por eso no basta con anunciar más contrataciones: el resultado se verá solo a mediano o largo plazo.
Reto tecnológico e infraestructura: otro gran pendiente
Además del factor humano, existe otro problema: el equipamiento. En Newark, los sistemas que comunican la torre local con los centros de control remotos sufren repetidas fallas. Esto afecta la capacidad de asistir desde otros sitios del país en tiempo real o de reemplazar a personal ausente con expertos conectados por medios digitales. Los sindicatos han insistido en que se invierta cuanto antes en nueva infraestructura de telecomunicaciones para reducir estos riesgos.
Impacto para los viajeros y la economía local
Los retrasos y cancelaciones durante las horas críticas del lunes afectaron a miles de pasajeros. Muchas personas perdieron sus conexiones o debieron quedarse más tiempo del previsto en el aeropuerto o dentro de los aviones. Las aerolíneas afrontaron reclamaciones y gastos inesperados. Además, la imagen de Newark como punto de entrada internacional también se vio dañada, lo que puede hacer que otros viajeros y empresas reconsideren sus operaciones o itinerarios futuros.
El impacto de estos eventos va más allá de una sola noche: cada retraso genera efectos en cadena en todo el país y puede influir en las decisiones de inversión y planificación de las aerolíneas y empresas de transporte.
Mirando hacia el futuro: ¿qué debe cambiar?
Tanto especialistas como legisladores, y ni qué decir los propios controladores, coinciden en que la solución real pasa por invertir en tres áreas principales:
- Contratación masiva y efectiva: Se necesitan más personas interesadas y capacitadas lo antes posible, extendiendo los sistemas de becas, campañas de promoción y facilitando el acceso a la profesión.
- Aceleración de la formación: Hacer el proceso más ágil pero sin sacrificar la calidad ni los estándares de seguridad.
- Mejora de la tecnología: Actualizar todos los sistemas críticos dentro del área del control de tráfico aéreo, asegurando comunicación fluida y respaldo en caso de emergencias.
Sin cambios reales, es muy probable que episodios como el de Newark Liberty se repitan —no solo allí sino en otros aeropuertos con alta demanda en Estados Unidos 🇺🇸.
Como lo reveló VisaVerge.com en su investigación, las consecuencias de una mala gestión en el control de tráfico aéreo afectan a todos: trabajadores, pasajeros y empresas. Para quienes viajan o planean hacerlo a través de los aeropuertos del país, es recomendable consultar siempre información oficial y actualizada sobre los procedimientos de seguridad y funcionamiento. Puedes encontrar más detalles y recursos en la página de la Administración Federal de Aviación (FAA).
Conclusión: una señal de advertencia para toda la industria
El caso del Aeropuerto Internacional Newark Liberty 🇺🇸 es claro ejemplo de cómo la falta de recursos humanos y técnicos puede desbordar incluso a los equipos más profesionales. La labor del controlador de tráfico aéreo es esencial y delicada; confiar la gestión de cientos de vuelos a una sola persona no debería repetirse jamás.
La seguridad debe ser siempre el centro de cualquier sistema de transporte. Este evento debe servir como llamado de atención urgente para modernizar, invertir y cuidar tanto a quienes dirigen los cielos como a todas las personas que se desplazan día a día por ellos. Solo así se podrá garantizar un futuro más seguro y confiable para el control de tráfico aéreo en Estados Unidos 🇺🇸 y el mundo.
Aprende Hoy
Controlador de tráfico aéreo → Profesional encargado de coordinar despegues, aterrizajes y movimientos de aviones, previniendo colisiones y garantizando seguridad.
FAA (Administración Federal de Aviación) → Agencia estadounidense que supervisa la seguridad aérea, el espacio aéreo, la infraestructura y la gestión del tráfico aéreo.
Parada en tierra → Medida que prohíbe temporalmente despegues y aterrizajes para evitar riesgos, utilizada ante emergencias o falta de personal.
Certificación → Reconocimiento oficial que acredita a un controlador como apto para dirigir operaciones de tráfico aéreo de forma autónoma.
Puesto de supervisión de radares → Estación en la torre o sala de control responsable de vigilar y coordinar los movimientos de aeronaves mediante radares.
Este Artículo en Resumen
El 12 de mayo de 2025, Newark Liberty solo tuvo un controlador certificado y un aprendiz para todas sus operaciones durante tres horas. La falta de personal, tecnología obsoleta y procesos de formación lentos amenazan la seguridad aérea y afectan gravemente a viajeros, empresas y a la comunidad inmigrante en Estados Unidos.
— Por VisaVerge.com
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