Puntos Clave
• El gobierno de Trump busca deportar a 1 millón de personas anualmente, superando cualquier registro histórico anterior.
• Establecen acuerdos de deportación con países como Ruanda, Costa Rica y El Salvador para recibir migrantes de terceros países.
• Expandir centros de detención podría costar casi $27,000 millones; incluso utilizan bases militares para alojar migrantes.
Desde que comenzó su segundo mandato en 2025, la administración Trump ha intensificado notablemente sus políticas migratorias, centrándose en deportaciones masivas y en la búsqueda activa de acuerdos de deportación con países que antes no figuraban en este tipo de pactos. Esta nueva estrategia va mucho más allá de las políticas utilizadas durante su primer mandato y está teniendo repercusiones tanto en Estados Unidos 🇺🇸 como en el resto del mundo.
Expansión global de los acuerdos de deportación

Uno de los cambios más notables que ha realizado la administración Trump es su esfuerzo diplomático por alcanzar acuerdos de deportación con países muy distantes y, en muchos casos, con muy poca relación previa en asuntos migratorios. No solo buscan enviar de regreso a personas a sus países de origen, sino que también intentan convencer a países extranjeros para que reciban migrantes aunque no sean ciudadanos suyos.
De acuerdo con documentos internos del gobierno federal obtenidos recientemente, la administración Trump ha estado abordando a países como Angola 🇦🇴 y Guinea Ecuatorial 🇬🇶 para que colaboren en estas deportaciones masivas. Además, otros países han sido considerados como posibles socios para estos acuerdos de deportación, incluyendo Benín 🇧🇯, Eswatini 🇸🇿, Libia 🇱🇾, Moldavia 🇲🇩 y Ruanda 🇷🇼. Si bien los diálogos con muchos de estos países aún están en las primeras fases, el Ministro de Asuntos Exteriores de Ruanda, Olivier Nduhungirehe, confirmó a la agencia Associated Press que su gobierno está en conversaciones con Estados Unidos 🇺🇸 para acoger a inmigrantes y refugiados exiliados. Por el contrario, Angola emitió una declaración negando que aceptaría en su territorio a personas deportadas de otras nacionalidades.
Este esfuerzo no está limitado a África. Ya existen acuerdos con varios países de América Latina para recibir migrantes que no son ciudadanos suyos. Por ejemplo:
- En febrero de 2025, Estados Unidos deportó a cientos de migrantes africanos y asiáticos a Costa Rica 🇨🇷 y Panamá 🇵🇦.
- En marzo del mismo año, casi 300 venezolanos acusados de ser miembros de bandas criminales fueron enviados a El Salvador 🇸🇻, donde fueron encarcelados en una prisión de alta seguridad muy conocida por sus duras condiciones.
- Guatemala 🇬🇹 ha aceptado recibir personas deportadas de terceros países.
- México 🇲🇽 también ha recibido migrantes procedentes de otros países latinoamericanos como resultado de acuerdos establecidos antes del inicio del segundo mandato de Trump.
Este enfoque crea nuevas rutas de deportación y complica el regreso seguro de muchas personas, ya que se les envía a lugares donde no tienen vínculos familiares ni apoyo.
Más allá de las cifras: cuotas y metas para las deportaciones masivas
La meta de la administración Trump va mucho más allá de lo visto en gobiernos anteriores. El objetivo declarado es deportar a 1 millón de personas por año, una cifra que supera ampliamente los registros históricos. Para acercarse a esta meta, los agentes federales recibieron la instrucción clara de realizar al menos 1,200 arrestos diarios de inmigrantes indocumentados. Esto representa más del doble del promedio diario más alto registrado previamente, que era de 500 arrestos en 2014.
A inicios de febrero de 2025, la propia administración reportó la detención de 11,000 personas sin documentos, lo que equivale a un promedio de 600 arrestos por día. Aunque este número es elevado, está por debajo de la cuota diaria que el gobierno busca alcanzar, lo que deja en evidencia la dificultad de concretar las deportaciones masivas al ritmo prometido.
Para hacer posible esa aceleración, la Casa Blanca ha tomado medidas poco habituales, entre las que destacan:
- Involucrar a agencias federales como el IRS (Servicio de Impuestos Internos), la DEA (Administración para el Control de Drogas) y la ATF (Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos), que usualmente no participan en labores migratorias.
- Dar máxima prioridad a las deportaciones dentro de las tareas de las fuerzas federales de seguridad.
- Aumentar el uso de las fuerzas armadas en operaciones de deportación dentro del territorio estadounidense.
- Ampliar la “remoción expedita”, que permite la deportación rápida de personas sin necesidad de pasar por un juez, aplicándola ahora a quienes llevan menos de dos años en el país y pueden ser encontrados en cualquier parte del territorio.
- Utilizar instalaciones militares para la detención de un gran número de inmigrantes, como Fort Bliss en Texas y la Base Naval de Guantánamo en Cuba 🇨🇺.
VisaVerge.com reporta que estos cambios demuestran la determinación de la administración Trump para cumplir su ambicioso plan de deportaciones masivas, aunque eso implique modificar el papel de varias agencias federales y adaptar instalaciones a gran escala.
Retos logísticos y costos de la detención
Implementar estos planes implica enormes desafíos logísticos y un costo económico muy alto. Actualmente, ICE (la agencia federal encargada de la inmigración) puede mantener detenidos a casi 40,000 inmigrantes. Cada día, eso cuesta aproximadamente $165 dólares por persona. Si el gobierno realmente quiere aumentar la capacidad en 110,000 camas para detención, el Departamento de Seguridad Nacional calcula que costaría casi $27,000 millones de dólares.
Para apoyar este esfuerzo, algunos estados han ofrecido ayuda directa. En Texas, la comisionada de Tierras, Dawn Buckingham, puso a disposición un rancho de 1,400 acres en el condado de Starr como sitio para un nuevo centro de detención. El gobernador, Greg Abbott, ofreció 4,000 celdas en cárceles estatales para albergar a inmigrantes detenidos. Además, el estado construyó una base militar en Eagle Pass para alojar a 1,800 soldados de la Guardia Nacional desplegados en la frontera.
Estos esfuerzos crean una red de colaboración entre autoridades federales y estatales que busca incrementar la rapidez y capacidad de las deportaciones masivas. Sin embargo, los altos costos y la logística compleja siguen siendo grandes obstáculos para lograr la meta propuesta.
Preocupaciones legales y humanitarias en la implementación
Hay una creciente preocupación en círculos legales y organizaciones humanitarias sobre los métodos adoptados por la administración Trump. En varios casos, las nuevas medidas han desafiado órdenes de jueces federales. Por ejemplo, cuando el gobierno expulsó a más de 100 venezolanos acusados de pertenecer a la banda “Tren de Aragua” bajo la antigua Ley de Extranjeros Enemigos de 1798, lo hizo pese a que un juez había ordenado detener esos vuelos de deportación.
Organizaciones de derechos humanos han manifestado su alarma por el trato que reciben los deportados en los países a los que llegan. Según informes, algunas naciones como Colombia 🇨🇴 y Panamá 🇵🇦 dicen que proporcionan comida, agua, atención médica y ayuda para solicitar asilo a los migrantes deportados. Sin embargo, en otros casos, como en El Salvador, los deportados son trasladados directamente a prisiones conocidas por sus campañas contra las pandillas, donde las condiciones suelen ser inhumanas.
El debate se intensifica, ya que el proceso de deportaciones masivas bajo la administración Trump puede afectar a personas con distintos estatus migratorios, incluidos aquellos con algún tipo de residencia legal o incluso familiares de ciudadanos estadounidenses, lo que genera preocupación y miedo en muchas comunidades.
¿Qué implica para el futuro de las políticas migratorias?
Las políticas actuales marcan un cambio importante respecto a lo que antes era costumbre en temas de inmigración. El hecho de que Estados Unidos 🇺🇸 busque acuerdos con países tan lejanos y diversos, sumado a sus esfuerzos por cumplir cuotas muy altas de deportaciones, está creando nuevos dilemas tanto para las personas migrantes como para las relaciones internacionales del país.
El uso de instalaciones militares y la ampliación de la remoción expedita probablemente seguirán siendo cuestionados en tribunales y por defensores de los derechos humanos. Además, el costo financiero y el impacto social de las deportaciones masivas son temas de preocupación para muchos actores dentro y fuera del país.
Las operaciones amparadas en acuerdos de deportación con países sin conexión directa con los deportados plantean preguntas sobre la seguridad y las condiciones humanitarias de las personas migrantes una vez que llegan a esos destinos. Hay casos documentados de personas que terminan en prisiones consideradas de las más peligrosas o, en el mejor de los casos, llegan a comunidades donde enfrentan discriminación y serias dificultades para rehacer su vida.
Documentación, fuentes y recursos adicionales
Las fuentes oficiales confirman y detallan estos datos y medidas. Para obtener información actualizada sobre leyes y procesos migratorios en los Estados Unidos, puedes consultar directamente la página de U.S. Citizenship and Immigration Services (USCIS), que ofrece recursos en varios idiomas y explica los procedimientos vinculados a la inmigración y deportaciones.
Las cifras y detalles sobre las metas de deportación, los acuerdos con otros países y el costo de los centros de detención provienen de reportes federales y de investigaciones de entidades reconocidas como el Migration Policy Institute, la ACLU y medios como The Texas Tribune.
El futuro de las políticas migratorias dependerá de muchos factores: los recursos dispuestos, la colaboración internacional, las decisiones judiciales y la presión de la opinión pública. Cabe destacar que, aunque la administración Trump busca acelerar las deportaciones masivas y ampliar los acuerdos de deportación, los desafíos legales y el costo humano de estas políticas pueden definir si el plan logra sostenerse o si será necesario revisar la estrategia.
Para los inmigrantes, abogados y comunidades, es importante mantenerse informados y buscar ayuda legal en caso de enfrentar procesos de deportación. Estos cambios radicales en la política migratoria hacen que la preparación y la información confiable sean esenciales para afrontar los retos presentes y futuros.
En conclusión, la administración Trump ha transformado el enfoque de Estados Unidos 🇺🇸 en su trato a la inmigración, priorizando deportaciones masivas y el establecimiento de acuerdos de deportación con países lejanos y diversos, todo a costa de grandes recursos y en medio de debates legales y humanos que aún están en pleno desarrollo.
Aprende Hoy
Remoción expedita → Procedimiento que permite deportar rápidamente a inmigrantes sin documentos y sin pasar por un juez de inmigración.
Acuerdos de deportación con terceros países → Pactos para enviar migrantes a naciones donde no son ciudadanos ni tienen vínculos familiares.
ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) → Agencia federal encargada de localizar, detener y deportar inmigrantes sin estatus legal.
Ley de Extranjeros Enemigos de 1798 → Norma histórica que permite expulsar extranjeros considerados peligrosos, usada en recientes deportaciones polémicas.
Prisión de máxima seguridad → Cárcel de gran tamaño y estrictas medidas, como la utilizada en El Salvador para migrantes deportados.
Este Artículo en Resumen
La administración Trump prioriza las deportaciones masivas y la firma de acuerdos inéditos con países lejanos para recibir migrantes. Apunta a un millón de deportaciones anuales, utilizando nuevos recursos, instalaciones y la colaboración militar, lo que genera un intenso debate legal, humanitario y financiero dentro y fuera de Estados Unidos.
— Por VisaVerge.com
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