Puntos Clave
- Tom Suozzi convocó una mesa redonda bipartidista en Manhasset el 24 de octubre de 2025 con unas doce personas.
- El grupo propuso agilizar el asilo, añadir asistencia legal, reforzar capacidad fronteriza y una vía a la ciudadanía tras cinco años.
- Braver Angels organizará 435 reuniones distritales y presentará recomendaciones ciudadanas consolidadas al Congreso a principios de 2027.
(MANHASSET, NEW YORK) Un encuentro inédito a nivel nacional elevó este viernes la conversación sobre inmigración a un plano de conversación cívica y bipartidista: tomadores de decisiones, residentes y quienes viven en la frontera entre dos mundos se reunieron en Manhasset, en la casa de reuniones de los Quákeres, para participar en la primera mesa redonda migratoria de su tipo organizada por un representante con aspiraciones de consolidar un nuevo caudal de ideas. El acto, celebrado el viernes 24 de octubre de 2025, reunió a unas doce personas, de diferentes filias políticas y perfiles migratorios, con el objetivo de explorar propuestas que podrían abrirse camino en un consenso que aún parece esquivo en el clima político actual. La iniciativa fue organizada por Braver Angels, una organización sin fines de lucro que se especializa en reducir la polarización política, y se modeló a partir de asambleas de ciudadanos que, sin ser representantes electos, discuten políticas y elaboran recomendaciones factibles para la agenda pública.

La reunión marcó la primera de 435 encuentros planificados por Braver Angels, uno en cada distrito congressional, con la meta de consolidar recomendaciones de política migratoria en una lista nacional que se presentará al Congreso a principios de 2027. En ese marco, el congresista demócrata Tom Suozzi, quien encabeza el grupo bipartidista conocido como el Problem Solvers Caucus, presentó la iniciativa como un esfuerzo para traducir el crecimiento de la conversación civil en propuestas concretas que trasciendan la polarización que ha marcado a Washington en los últimos años. Suozzi reiteró que la importancia de la experiencia compartida radica en la posibilidad de traducir la diversidad de perspectivas en medidas que, de ser aceptadas, podrían avanzar en un terreno que históricamente ha sido áspero y difícil de conciliar.
Entre los asistentes había inmigrantes, residentes de larga data y personas con visiones distintas sobre la inmigración; todos expresaron la necesidad de un sistema más humano y eficaz, que proteja a quienes buscan refugio y, al mismo tiempo, garantice una frontera segura y un marco legal claro para trabajadores temporales y estados de residencia. Los participantes trabajaron para delinear un conjunto de ideas bipartidistas que buscan, en primer lugar, simplificar y acortar el proceso de asilo, reforzar la seguridad fronteriza de forma ordenada y garantista, otorgar amnistía y una vía de ciudadanía para personas que llevan al menos cinco años residiendo en Estados Unidos, y establecer un marco claro para trabajadores temporales que respondan a las necesidades del mercado laboral. También se contempló la necesidad de proporcionar más recursos y asistencia legal para el proceso migratorio, como parte de una reforma que no deje a nadie atrás en medio de procesos complejos y prolongados.
La conversación, sin embargo, no se limitó a las propuestas; también abordó preocupaciones concretas sobre el funcionamiento de las agencias, como la actuación de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). En la conversación quedó claro que, para muchos participantes, las políticas y prácticas actuales de ICE pueden crear un ambiente de miedo que disuade a inmigrantes y a quienes conviven con ellos de denunciar crímenes, reportar delitos o participar plenamente en la vida cotidiana. En el marco de la discusión, la crítica al ICE fue explícita: una parte de los participantes, a pesar de sus diferencias, coincidió en que prácticas consideradas por demócratas y republicanos como “crueles” y “disruptivas” deben ser reformadas para evitar que la respuesta migratoria socave los fundamentos de la seguridad y cohesión social.
En el centro de la mesa estuvieron también las experiencias personales que ampliaron la conversación y la dotaron de humanidad. Swati Srivastava, una inmigrante de India que lleva más de 25 años viviendo en los Estados Unidos, compartió su visión de una situación que, para ella, es motivo de inquietud y miedo:
“There is an unease that we are all living with at this point…What’s going on is also totally putting fear in people who’ve been living here for a long time.”
Sus palabras, seguidas de una segunda reflexión que dejó en claro la carga emocional de vivir con una ansiedad que trasciende las fronteras de la experiencia migratoria, resonaron entre los presentes.
“I share these stories, and I find that a lot of people who were actually quite extreme before think, ‘Oh no, I didn’t want you to feel that way.’ There’s a general sense that we are just not wanted, and now we’re all feeling that unease.”
Estas frases, citadas textualmente, capturaron el tono humano de la jornada y subrayaron la necesidad de que las políticas migratorias respondan no solo a criterios de seguridad o de economía, sino también a realidades cotidianas que afectan la vida de familias enteras.
A lo largo del intercambio, Suozzi respondió con énfasis a la necesidad de convertir el diálogo en acción.
“Those are all things I’m currently doing now in my immigration work.”
Su tono dejó claro que la búsqueda de soluciones debe ser un proceso continuo, y que el objetivo no es emitir promesas vacías, sino avanzar con medidas que cuenten con la aceptación suficiente para ser implementadas. Además, el congresista dejó explícito que la búsqueda de acuerdos entre distintos puntos de vista es fundamental para la propia esencia de la democracia.
“The most important thing is that it was very encouraging that a lot of people from different perspectives agreed with each other.”
Estas palabras resonaron como un recordatorio de que, aunque las diferencias abundan, existen terreno común y voluntad de avanzar cuando se abren espacios para el diálogo.
La crítica a las prácticas de ICE generó un contraste entre la aspiración bipartidista y la realidad cotidiana de muchos trabajadores migrantes que, por miedo a posibles acciones de deportación, podrían verse en la disyuntiva de abandonar lugares de reporte de delitos o de participación cívica.
“If immigrants are afraid to report crimes or participate in daily life due to fear of deportation, it would weaken American society,”
advirtió Suozzi, subrayando una preocupación que muchos ven como un factor de debilitamiento de la cohesión social y la seguridad en comunidades enteras. Este tipo de intervención dio lugar a una conversación más amplia sobre la necesidad de reformar enfoques de seguridad y de migración que, según los participantes, deben priorizar la protección de derechos y la dignidad humana sin renunciar a la seguridad nacional.
El tema de la seguridad en las fronteras dominó una parte de la discusión, con voces que defendían enfoques variados: algunos abogaron por la construcción de una barrera física en la frontera entre Estados Unidos y México, mientras otros concentraron su defensa en una mayor provisión de apoyo legal y recursos para los inmigrantes y para los sistemas de procesamiento. Aun cuando las propuestas divergían en algunos puntos, la conversación mostró una convergencia en la necesidad de un marco migratorio más claro y humano, acompañado de una estrategia que reduzca la burocracia y trabaje para un sistema más eficiente que no sacrifique la dignidad de las personas en busca de una vida mejor.
El formato de Braver Angels fue clave para el desenlace de la jornada: la idea de organizar un ciclo de estas mesas redonda migratoria en cada distrito no solo facilita un intercambio de ideas más amplio, sino que crea un registro de propuestas que, en palabras de Suozzi, podrían convertirse en un conjunto de recomendaciones que el Congreso, y especialmente el Problem Solvers Caucus, pueda discutir con seriedad. En su propia evaluación, Suozzi enfatizó que el propósito no es un simple ejercicio de teoría:
“La única manera de que los políticos presten atención es que haya más gente interesada y prestando atención. Necesitamos más conversaciones como esta, donde demócratas y republicanos se unan y vayan a sus funcionarios electos y digan, ‘Queremos que trabajen juntos’.”
Sus palabras, cargadas de un llamado a la acción, destacaron la función de estas mesas redondas como un puente entre la ciudadanía y la política.
El encuentro también dejó claro que la participación no fue meramente simbólica. Cada participante tuvo la posibilidad de presentar preocupaciones y propuestas concretas que podrían formar parte de un marco legislativo más amplio, sin perder de vista la realidad de las vidas que se cruzan con la inmigración todos los días. Entre las ideas surgidas, se mencionó explícitamente la necesidad de agilizar y acortar los procesos de asilo, al tiempo que se fortalecen las vías legales para trabajadores extranjeros y se clarifica la ruta hacia la ciudadanía para quienes han vivido en el país durante un periodo prolongado. Se discutió también la necesidad de ampliar recursos y asesoramiento legal para quienes están inmersos en el proceso migratorio, una cuestión que, según los participantes, no puede depender solo de la buena voluntad de las autoridades, sino de una inversión sostenida para garantizar un proceso justo y transparente.
La dinámica de la jornada sirvió para subrayar que la migración no es simplemente una cuestión de estadísticas: cada persona representa una historia con un tejido de esperanzas, temores y desafíos. En ese sentido, la presencia de Swati Srivastava y de otros participantes que, pese a sus orígenes diferentes, comparten un objetivo común, dio a entender que una plataforma de diálogo como la mesa redonda migratoria puede ser, de hecho, un primer paso para construir políticas que respondan a necesidades reales y diversas. El proyecto de Braver Angels, que contempla la continuidad de estas reuniones en cada distrito, apunta a convertir una conversación local en una influencia nacional: la idea de que la polarización puede ser combatida no solo con palabras sino también con soluciones tangibles, con la capacidad de cambiar la forma en que los legisladores entienden y abordan la inmigración.
En términos de resultados tangibles, la jornada culminó con una lista de propuestas bipartidistas que Suozzi dijo que “voy a avanzar en el Congreso” y que, según los organizadores, podrían nutrir un marco de políticas factibles que no dependan de la aprobación de una agenda de un solo color político. Braver Angels, al fomentar estas reuniones en cada distrito, busca generar un corpus de recomendaciones que pueda presentarse ante el Congreso a principios de 2027, con la esperanza de que esos insumos ciudadanos sirvan para avanzar en una discusión que durante años ha sido dominada por discursos enfrentados y, a veces, por la inacción. La idea de una mesa redonda migratoria, en tanto, se posiciona como una vía para que los distintos actores, desde la ciudadanía común hasta los legisladores, puedan trazar rutas prácticas hacia un sistema migratorio más humano, más eficiente y más justo.
Entre las personas y entidades involucradas, figuran el congresista Tom Suozzi, demócrata de Nueva York y presidente del Problem Solvers Caucus, Braver Angels como organizador, Swati Srivastava, inmigrante de India y participante, y el propio caucus bipartidista que ha buscado abrir espacios de encuentro entre ambas bancadas para tratar de generar soluciones reales. Aunque por ahora los detalles de los demás participantes no han sido revelados al público, la postura pública de Suozzi deja entrever un esfuerzo sostenido por convertir este tipo de encuentros en una herramienta de gobernanza que trascienda las diferencias ideológicas. Es, en definitiva, un esfuerzo por humanizar la política migratoria y por demostrar que, cuando se escucha a la gente y se atienden sus preocupaciones con seriedad, hay terreno común incluso en asuntos que han sido profundamente controversiales durante años.
La noticia llega en un momento en que la conversación nacional sobre migración continúa resonando en distintos frentes, desde los debates sobre seguridad fronteriza hasta las reformas administrativas que pueden acelerar procesos y aportar mayor claridad para familias que buscan regularizar su estatus. Aunque este primer encuentro en Manhasset no promete una revolución de inmediato en las políticas federales, sí representa una señal de que hay voluntad de construir puentes entre quienes, a pesar de sus diferencias, comparten la idea de un sistema migratorio más humano y eficiente. La experiencia de Braver Angels y la participación de Suozzi, que ya ha mostrado interés en ampliar estas conversaciones, podrían convertirse, si se mantienen y se amplían, en un modelo para replicar en futuros encuentros y, con el tiempo, en un conjunto de propuestas viables que puedan, de hecho, convertirse en ley.
La historia de este viernes en el Quaker Meeting House de Manhasset —con la presencia de una decena de voces diversas, el testimonio directo de Swati Srivastava y la promesa de Suozzi de trasladar las ideas al debate público— ofrece un marco para entender que la migración, cuando se aborda con transparencia y paciencia, puede convertirse en un tema de consenso, no de conflicto. En este tipo de encuentros, las palabras de los participantes se convierten en eje de una conversación que pretende convertirse en acción pública, en un proceso deliberativo que, si se mantiene, podría influir en el modo en que el Congreso aborda cambios estructurales que afectan a millones de personas que viven, trabajan y sueñan en Estados Unidos. Y mientras la mesa redonda migratoria continúa su camino a través de cada distrito, la pregunta permanece abierta: ¿cuánto peso puede tener el impulso ciudadano cuando se acompaña de una voluntad real de dialogar y de cambiar las reglas del juego? En la historia que comenzó en Manhasset, la respuesta parece estar aún por escribirse, pero la semilla de un enfoque más humano y colaborativo ya ha sido plantada.
Aprende Hoy
Braver Angels → Organización sin fines de lucro que organiza deliberaciones ciudadanas para disminuir la polarización política y buscar consenso.
Asilo → Procedimiento legal para que una persona solicite protección en EE. UU. ante persecución en su país de origen.
Problem Solvers Caucus → Grupo bipartidista en la Cámara de Representantes que busca soluciones pragmáticas entre demócratas y republicanos.
ICE (Oficina de Inmigración y Aduanas) → Agencia federal responsable de hacer cumplir leyes migratorias, mencionada por sus tácticas criticadas en la reunión.
Este Artículo en Resumen
El 24 de octubre de 2025, Tom Suozzi presidió una mesa redonda bipartidista en Manhasset organizada por Braver Angels. Una docena de participantes acordó propuestas centradas en acelerar el asilo, aumentar asistencia legal y capacidad en la frontera, establecer una vía a la ciudadanía tras cinco años y proteger a quienes llegaron de niños. Asistentes de ambos partidos calificaron prácticas de ICE como ‘crueles’ y pidieron medidas que preserven la confianza comunitaria. Braver Angels realizará 435 reuniones y presentará recomendaciones al Congreso a principios de 2027.
— Por VisaVerge.com
