Puntos Clave
- La cárcel de Phelps reanudó la recepción de detenidos de ICE tras pausa del 1 de septiembre de 2025.
- A fines de octubre había 30 personas con retención de ICE, más de 350 pasaron por la cárcel en 2025.
- El reembolso federal es de 85 dólares por noche; autoridades locales dicen que no cubre transporte ni papeleo.
(ROLLA, MISSOURI) La cárcel del Condado de Phelps ha reanudado la recepción de detenidos de ICE tras una pausa de dos meses que se produjo a principios de septiembre de 2025. En los últimos días, el recinto ha recibido más de 20 nuevos detenidos con retención de ICE, en un giro que sorprende a quienes observan de cerca la economía de la cárcel y el alcance de la detención migratoria en áreas rurales de Missouri. Las autoridades señalan que la decisión llega pese a preocupaciones previas de los funcionarios del condado sobre el hecho de que la tasa de reembolso federal de 85 dólares por detenido y por noche no cubre los costos reales, especialmente por el aumento de los gastos de transporte y de la gestión administrativa de los casos de ICE. El regreso a la operación plena se apoya, en parte, en una expansión reciente que duplicó la capacidad de la prisión a 400 camas tras una inversión de 21 millones de dólares, y en las esperanzas de que el acuerdo continúe aportando ingresos para el presupuesto del condado.

Hasta la fecha, la participación de los detenidos de ICE durante el año 2025 supera las 350 personas que han pasado por la cárcel de Phelps. A fines de octubre de 2025, había 30 personas en la prisión bajo retención de ICE, lo que representa alrededor del 10% de la población total, y la duración de su estancia varía: desde un día hasta varios meses, según el ritmo de transferencias y deportaciones que dicta la administración federal. Los costos se mantienen en el centro del debate: la cárcel recibe 85 dólares por noche por cada detainee federal, una cifra que las autoridades locales sostienen no cubrir los costos totales de alojamiento y servicios, dada la necesidad de gestionar transporte, registros y coordinación legal.
La expansión de la prisión, que alcanzó un hito clave al duplicar su capacidad, está en el trasfondo de la nueva etapa de la colaboración con ICE. El sheriff Mike Kirn, figura central en el manejo de la instalación, tomó la decisión de pausar y luego reanudar la recepción de detenidos de ICE. Hasta ahora, no ha proporcionado comentarios públicos específicos sobre los motivos de la reversión, a pesar de múltiples solicitudes de entrevista. En cuanto al marco institucional, el presidente de la Comisión del Condado, Joey Auxier, confirmó el tema del reembolso pero dejó claro que el detalle de la política corresponde al Sheriff Kirn:
“It’s Sheriff Mike Kirn’s decision, and we support it. He runs the jail, and he does a good job. It’s his call.”
Coupled with esa idea, Auxier agregó:
“I thought [housing ICE detainees] was an opportunity for us to recoup some of that money that we spent to do the jail expansion.”
Estas palabras, repetidas por Auxier, revelan la preocupación financiera que ha rodeado la decisión de revertir la pausa.
El papel de la sociedad civil en Rolla ha sido también relevante. Lucy Behrendt, secretaria de Abide in Love, describe un esfuerzo sostenido para apoyar a los detenidos con recursos básicos y contacto con sus familias.
“We trained some new pen pal volunteers over the weekend. We check on their well-being and their needs, and then we give them jail phone money so that they can contact their families and lawyers.”
Behrendt añadió:
“We believe that [Sheriff Kirn is] a kind man, and we’re keeping the faith that he cares about the well-being of detained people, so we’re really hopeful that he’s going to continue to be welcoming of our efforts.”
Estas palabras subrayan el papel de las voluntarias como puente entre la comunidad local y los detenidos, en un esfuerzo para preservar la dignidad de las personas a pesar de la naturaleza de su situación legal.
En la escena local, la presencia de Prisiones del Condado de Phelps y la participación de detenidos de ICE han suscitado respuestas mixtas entre la población. Longitud de la contención y la atención a las condiciones de los detenidos han sido temas de debate entre residentes que, en su mayoría, reflejan un perfil electoral fuertemente favorable a ciertos candidatos a nivel nacional. Las autoridades han recordado que la situación se enmarca en un contexto más amplio de expansión de la detención migratoria en jails rurales, un fenómeno que ha generado tensiones entre necesidades financieras municipales y preocupaciones sobre derechos humanos y supervisión. El propio Kirn ha reiterado, a través de sus acciones, que la seguridad y el manejo correcto de la instalación siguen siendo prioridad para la comunidad de Rolla y sus alrededores.
El relato humano que acompaña estas cifras toma cuerpo en la experiencia de los detenidos que llegan a la cárcel sin pertenencias y con capacidad limitada para comunicarse con sus seres queridos. En ese sentido, Abide in Love ha crecido desde su sede en Rolla, iniciando un programa que no solo ofrece apoyo material sino también redes de contacto para abogados y familiares. Aunque la organización se define como un grupo de voluntarios que busca “crear una comunidad amada” para quienes quedan en la cárcel, su labor cobra especial importancia en un entorno donde la ventana hacia la libre comunicación con el mundo exterior puede resultar estrecha para muchos detenidos.
La labor de estas organizaciones comunitarias se ha visto duplicada por un nuevo episodio de supervisión y manejo de casos. En abril de 2025, una detención en la cárcel terminó con la muerte de un detainee, lo que provocó quejas de familiares y análisis sobre protocolos médicos de ICE. La madre de la persona fallecida indicó que el incidente parecía un suicidio, y los registros mostraron que ICE no había seguido sus propios protocolos médicos antes del incidente. A la hora de hablar con los medios, el Sheriff Kirn se negó a comentar sobre la muerte, citando una investigación en curso, y afirmó que:
“no se han cambiado políticas o procedimientos desde el incidente.”
Este episodio dejó una sombra sobre el manejo institucional y acentuó la necesidad de transparencia y supervisión en un sistema que, según los críticos, ya de por sí está cargado de complejas dinámicas entre autoridades locales y federales.
En el terreno de la logística y la gobernanza, la relación contractual que sostiene la operación de la prisión con las agencias federales se ha descrito como una expansión que comenzó con el programa de detención de la administración Trump, que incluyó a ICE como parte de un mecanismo más amplio de detenciones masivas que se ha implementado desde marzo de 2025. Esta base contractual, junto con tensiones presupuestarias, ha empujado a la comisión del condado a buscar vías para estabilizar las finanzas públicas, aprovechando la llegada de detenidos de ICE como fuente de ingresos necesaria para pagar facturas pendientes de meses anteriores. En ese sentido, el gasto público del condado y el potencial retorno económico han alimentado el debate público, incluso entre votantes que históricamente han apoyado a posiciones duras en materia migratoria.
Más allá de las cifras y las palabras de los funcionarios, el pulso de la vida cotidiana de Prisiones del Condado de Phelps, detenidos de ICE y la población de Rolla se siente en la experiencia de los voluntarios que acuden a las instalaciones para brindar apoyo directo. Abide in Love ha logrado organizarse de manera eficaz, con un equipo que se expande a Ste. Genevieve y Springfield, y con conversaciones en curso con seis comunidades adicionales interesadas en abrir capítulos de su labor. Los voluntarios recogen fondos para llamadas telefónicas, ofrecen productos de higiene, ropa limpia y, en ocasiones, meriendas y artículos básicos que alivian momentáneamente las limitaciones de un sistema de detención que, por definición, prioriza la seguridad y la custodia sobre el bienestar de los detenidos.
Con la reanudación de la entrada de detenidos de ICE, la ciudad de Rolla y el condado de Phelps enfrentan una nueva etapa de una historia ya conocida: un equilibrio difícil entre la necesidad de mantener servicios y la presión de sostener una infraestructura costosa que depende, en parte, de la detención migratoria para sostenerse económicamente. En términos prácticos, el retorno a la actividad significa que la población de ICE en la cárcel puede crecer de nuevo, con quienes llegan a la oficina de la prisión como nuevos casos que requieren gestión médica, legal y de contacto con familiares. Aunque el sheriff Kirn no ha explicado públicamente los motivos específicos de la reversión, la realidad es que los administradores de la cárcel deben navegar entre dos mundos: el de la ley que regula la detención de extranjeros y el de la comunidad que, con el apoyo de Abide in Love y otros grupos voluntarios, busca mantener el trato humano para quienes terminan tras las rejas.
La situación en Rolla también plantea preguntas sobre el rol de las autoridades locales en el manejo de un sistema que, a ojos de muchos, funciona con una lógica de costos y beneficios que no siempre refleja la complejidad de la vida de las personas detenidas. En este sentido, hay que mirar con cuidado las experiencias de individuos que llegan sin pertenencias y con una capacidad limitada para contactar a sus familias y a sus abogados, tal como señalan las narrativas de las historias recogidas por Abide in Love. Estas historias, que a veces quedan fuera de la cobertura diaria, muestran la realidad de la detención en Prisiones del Condado de Phelps: un lugar que, como muchos otros en el corazón de Estados Unidos, se ve obligado a equilibrar finanzas, seguridad y humanidad en un contexto de políticas migratorias en evolución.
Para entender el cuadro completo, es crucial observar la dimensión institucional: la expansión de la cárcel, ahora con 400 camas, y el incremento en el costo de operación frente al limitado reembolso de ICE. En este punto, la pregunta no es sólo cuánto dinero se ahorra o se pierde, sino qué tipo de supervisión y responsabilidad se garantiza para los detenidos: qué servicios médicos están disponibles, cómo se gestionan las llamadas y las visitas, y qué mecanismos de revisión existen para garantizar que las políticas no socaven derechos fundamentales. El caso de Phelps County pone de relieve un debate que se ha ventilado con frecuencia en el país: si la detención migratoria, cuando se practica en instalaciones más pequeñas y menos visibles, puede estar sujeta a un escrutinio público y a una supervisión más estrecha sin perder su función operativa para el sistema de justicia penal.
De cara al futuro inmediato, la comunidad local se mantiene vigilante. La cifra de 30 detenidos de ICE en la cárcel a finales de octubre y el porcentaje que representan de la población total sugieren que el flujo podría intensificarse de nuevo si persisten las condiciones de reembolso y de eficiencia operativa que han permitido la ampliación de la instalación. A falta de mayor transparencia, la percepción pública de este giro en la política local es ambivalente: algunos ven en la reanudación una necesidad práctica para la financiación de la cárcel y, con ella, la capacidad de mantener programas y servicios para el personal y para la comunidad, mientras otros advierten el peligro de exponerse a un sistema de detención que opera con límites en la rendición de cuentas y en la supervisión de derechos humanos.
En el recuento final, la historia de Prisiones del Condado de Phelps, detenidos de ICE, Rolla y Misisipi sigue siendo un mosaico de números y narrativas. El número total de detenidos de ICE que han pasado por la cárcel este año, la expansión de 21 millones de dólares que elevó la capacidad a 400 camas, y la promesa de ingresos que podrían: “recuperar parte de ese dinero que gastamos para la expansión” se entrelazan con los relatos de voluntarios que trabajan para mitigar el aislamiento al que se enfrentan los detenidos. Y, mientras tanto, la comunidad observa cómo el sheriff Kirn gestiona una compleja red de responsabilidades: seguridad, supervisión, y humanidad.
Para quienes buscan entender mejor el marco de estas decisiones, es relevante consultar las directrices y estándares que rigen la detención y el tratamiento de los detenidos en instalaciones federales. Una fuente oficial que puede ofrecer directrices y contexto es la página de Detención de ICE, que contiene normas y prácticas sobre el trato, el cuidado médico y la gestión de detenidos, un recurso útil para quienes estudian la evolución de estas políticas en comunidades como Rolla. En otro plano, la gente de Abide in Love continúa su labor en Rolla y más allá, trabajando para garantizar que los detenidos de ICE tengan acceso a contactos con familiares y asesoría, un recordatorio de que, aun en medio de la detención, hay una búsqueda constante de humanidad y dignidad.
El caso de Phelps County, en última instancia, no es un fenómeno aislado: es parte de un mosaico nacional que refleja cómo las comunidades rurales se ven obligadas a posicionarse ante un sistema de inmigración que continúa expandiéndose y evolucionando. A falta de respuestas detalladas por parte del Sheriff Mike Kirn sobre la reversión de la pausa, la comunidad y sus voluntarios han tomado la iniciativa de seguir apoyando a quienes llegan a la cárcel sin pertenencias y con la esperanza de reunirse con sus familias y sus abogados. La gente de Rolla sabe que este tema no es meramente administrativo; es humano, y la forma en que se maneje dirá mucho sobre la manera en que la sociedad decide tratar a quienes quedan atrapados en la frontera entre la legalidad y la esperanza.
Si se quiere mirar hacia adelante, el conteo de detenidos de ICE en la cárcel de Prisiones del Condado de Phelps y la magnitud de la expansión de 400 camas sugieren que la institución continuará jugando un papel importante en la detención en zonas rurales de Misisipi. La cuestión de si el retorno a la recepción de detenidos de ICE será sostenible, dadas las tensiones entre costos, supervisión y derechos humanos, permanece en el aire. Mientras tanto, la ciudad de Rolla, el condado de Phelps y las organizaciones comunitarias, que ya han mostrado una determinación para apoyar a los detenidos, seguirán observando cada paso, cada llegada, y cada decisión que determine el alcance de la presencia de ICE en sus instalaciones y en su vida cotidiana. En este complejo tablero, la humanidad de cada historia—desde el miedo inicial de los detenidos a su llegada, hasta la diligencia de las voluntarias que trabajan para conectar familias—quiere señal de que, incluso en circunstancias difíciles, la dignidad humana no se pierde.
El marco legal y operativo que sostiene estas decisiones continúa evolucionando. Si hay una conclusión que emerge de esta revisión, es que el sistema, en particular el código que regula la detención en instalaciones como Prisiones del Condado de Phelps, debe enfrentar con transparencia las preguntas sobre costos, supervisión y bienestar de los detenidos. En Rolla, Misisipi, y en toda la nación, la conversación sobre ICE, la detención y la función de las prisiones se mantiene viva, con voces que piden claridad y responsabilidad, y con voluntades que trabajan para que, incluso en la dureza de una detención, haya espacio para la compasión y la dignidad humana.
Para lectores interesados en el marco más amplio y en recursos oficiales, pueden consultar el sitio oficial de ICE para directrices de detención y estándares, y revisar las políticas de manejo de casos y atención médica de detenidos. Estas fuentes complementan el relato humano que emerge de Prisiones del Condado de Phelps, detenidos de ICE, Rolla y Misisipi, y permiten entender mejor cómo se entrelazan las decisiones administrativas con las vidas de quienes llegan a la cárcel buscando justicia y, a veces, la posibilidad de regresar a sus familias.
Aprende Hoy
ICE → Agencia federal (Immigration and Customs Enforcement) que aplica leyes migratorias y detiene a extranjeros.
Per‑diem → Pago diario fijo (aquí 85 dólares) que el gobierno federal entrega a cárceles locales por cada detenido federal.
Contratación con U.S. Marshals → Acuerdo federal que permite a cárceles locales alojar detenidos bajo custodia de agencias federales.
Este Artículo en Resumen
La cárcel del Condado de Phelps reanudó la recepción de detenidos de ICE luego de una pausa iniciada el 1 de septiembre de 2025. En una semana ingresaron más de 20 detenidos y al 28 de octubre había 30 bajo retención de ICE, cerca del 10% de la población. El condado afirma que el reembolso federal de 85 dólares por noche no cubre costos de transporte y papeleo, aunque la medida busca compensar una expansión de 21 millones de dólares que llevó la capacidad a 400 camas. Voluntarios locales brindan ayuda básica; persisten inquietudes sobre supervisión médica tras una muerte en abril.
— Por VisaVerge.com
