Puntos Clave
- El Departamento de Estado revocó unas 80,000 visas de no inmigrante desde el 20 de enero de 2025.
- Las principales causas: 16,000 casos de DUI, 12,000 de asalto y 8,000 de robo, casi la mitad.
- Se revocaron cerca de 8,000 visas de estudiante en 2025, un aumento del 33% respecto al año anterior.
(UNITED STATES) La administración de Donald Trump ha revocado aproximadamente 80,000 visas de no inmigrante desde el 20 de enero de 2025, según funcionarios de alto rango del Departamento de Estado, una cifra que duplica con creces el total del año anterior. Las revocaciones se han centrado en violaciones de alto impacto, con conductas como conducir intoxicado, agresión y robo entre las razones más citadas. Estas cifras destacan una fase de endurecimiento acelerado de la política migratoria, que ya ha afectado a decenas de miles de personas que estaban a punto de viajar, estudiar o trabajar en Estados Unidos, y han puesto en tensión las dinámicas de miles de familias y comunidades.

La revelación, realizada por un funcionario sénior del Departamento de Estado y por el portavoz principal adjunto de la agencia, Tommy Pigott, subraya que las medidas no se limitan a casos aislados, sino que forman parte de una estrategia más amplia para revisar a quienes podrían representar un riesgo para la seguridad pública o para los intereses del país.
“The Trump administration will not hesitate to revoke visas from foreigners who undermine our laws or threaten our national security. Our message is clear: Entry to America is a privilege, not a right, and we will always put the safety and interests of the American people first”, dijo Pigott, en palabras citadas por el equipo de prensa del Departamento de Estado.
Un análisis adicional del Departamento de Estado señala que
“These three crimes accounted for almost half of revocations this year”,
una frase que describe de forma contundente cómo los tres delitos listados —conducción bajo la influencia, asalto y robo— constituyen parte sustancial de las anulaciones de visados en 2025. La revisión de visados ha incluido, según el mismo funcionario, la retirada de permisos para “cualquier indicio de inelegibilidad”, que abarca señales de estancia prolongada no autorizada, actividad delictiva, amenazas a la seguridad pública, participación en actividades terroristas o apoyo a organizaciones terroristas.
Entre las áreas más afectadas figuran las visas de estudiantes, que han recibido un enfoque particularmente intenso. Aproximadamente 8,000 visas de estudiante fueron revocadas en 2025, lo que representa un incremento del 33% respecto al año anterior, según el recuento oficial citado. A la par, se han cancelado más de 6,000 visas de este tipo por estancias excesivas o por infringir la ley, con un pequeño número vinculados a “apoyo al terrorismo”. Estas cifras subrayan una vigilancia más estricta de los requisitos de ingreso para aquellos que viajan a Estados Unidos con intenciones académicas y de formación presupuestadas por universidades y centros de estudio.
La conversación pública sobre las razones para estas medidas también ha puesto el foco en la expresión política y la actividad en redes sociales. En octubre, al menos seis personas perdieron sus visas por comentarios en redes sociales sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. Entre los ejemplos citados figuran expresiones que, según la administración, demostraban una inclinación contra los intereses de Estados Unidos o una adhesión a narrativas que podrían considerarse hostiles al país en el marco de la guerra en Gaza y de categorías de política exterior. La administración ha señalado a estudiantes extranjeros y titulares de tarjetas verdes como blanco potencial cuando expresan apoyo a los palestinos o critican las acciones de Israel, calificando esas expresiones como una amenaza para la política exterior de Estados Unidos y acusando a ciertos individuos de ser pro-Hamas.
Marco Rubio, Secretario de Estado, ha sido una figura central en esta ofensiva de endurecimiento. En mayo declaró haber revocado visados de “hundreds, perhaps thousands,” entre estudiantes y otros grupos por participar en actividades contrarias a las prioridades de la política exterior de Estados Unidos. Estas declaraciones, recogidas por diferentes entregas de la prensa, apuntalan una narrativa de que las decisiones no son puntuales, sino parte de una estrategia deliberada para dar forma a quién puede ingresar y permanecer en el país.
La batería de medidas ha ido acompañada de directrices más estrictas para la revisión de visados, que amplían la criba de antecedentes y añaden una verificación más amplia de redes sociales. Las directrices del Departamento de Estado han pedido a los diplomáticos estadounidenses que permanezcan atentos a solicitantes que podrían ser hostiles o activos políticamente en cuestiones de política exterior, en particular cuando se trate de temas sensibles para Estados Unidos. Las autoridades han destacado que la revisión de antecedentes ya no es un proceso unilateral: la evaluación de la elegibilidad se ha convertido en un filtro que contempla múltiples dimensiones, desde conducta delictiva hasta simpatías políticas y apoyos a ciertas causas que podrían entrar en conflicto con los intereses nacionales.
El impacto de estas políticas se ha dejado sentir de forma directa y humana. En comunidades de varios países, como Argentina, Brasil, Alemania, México, Paraguay y Sudáfrica, se ha informado de revocaciones vinculadas a comentarios públicos sobre el asesino de Charlie Kirk, un caso que resalta la manera en que las ideas y las expresiones personales pueden traducirse en una pérdida de oportunidad para estudiar o trabajar en el extranjero. La administración ha mantenido su postura en voz del portavoz y de funcionarios superiores:
“The United States has no obligation to host foreigners who wish death on Americans. Aliens who take advantage of America’s hospitality while celebrating the assassination of our citizens will be removed”,
sostuvieron, en una formulación que busca dejar clara la intención de actuar con vigor frente a expresiones consideradas una amenaza para la seguridad y la política exterior.
La magnitud de la operación de revisión de visados y las consecuencias que se derivan de ella se reflejan en las cifras presentadas por las autoridades. En total, se registran 80,000 revocaciones de visados de no inmigrante en 2025, una cifra que contrasta con el total del año anterior y que pone de relieve la magnitud de la política de control migratorio vigente. En el cuadro que acompaña a los comunicados oficiales, se muestran categorías de razones: DUI con 16,000 casos, asalto con 12,000 y robo con 8,000, además de las cancelaciones relacionadas con visas de estudiante, que suman 8,000, y las revocaciones por comentarios en redes sociales sobre Charlie Kirk, con al menos seis casos documentados. Este conjunto de datos, que la administración presenta como una medida de seguridad y defensa de la integridad de las leyes, subraya la convergencia entre criminalidad, comportamiento en línea y sangre fría de las políticas migratorias.
Para muchos observadores, estas medidas no son solamente una cuestión de números, sino de cómo se percibe la justicia y la equidad del sistema de visados. Los defensores de derechos humanos y de procesos migratorios igualitarios advierten sobre el riesgo de que la seguridad se convierta en una excusa para restringir derechos y oportunidades. Sin embargo, los portavoces oficiales insisten en que la seguridad nacional y la integridad de las leyes de inmigración deben ocupar un primer plano, y que las decisiones tomadas son necesarias para proteger a la ciudadanía y a las comunidades anfitrionas.
Entre las preguntas que quedan en el aire están las relativas a la gobernanza de este proceso. ¿Qué mecanismos de revisión o apelación existen para las personas afectadas por estas revocaciones? ¿Cómo se evalúan las pruebas de conducta fuera de Estados Unidos cuando un solicitante aún no ha llegado y podría haber cambiado de opinión o de circunstancias? ¿Qué impacto tiene la política en la posibilidad de estudiar en universidades estadounidenses y en la movilidad de jóvenes profesionales que buscan ampliar sus horizons educativos y laborales? Estas preguntas se suman a otras de índole humanitaria y social, como el coste emocional para las familias que dependen de estos permisos para reunirse o para ampliar sus oportunidades de vida.
El Departamento de Estado ha insistido en que su función es asegurar que las visas sean una puerta que se use de forma responsable y que el sistema no se convierta en un canal para actividades contrarias a la seguridad o a los intereses nacionales. En este marco, los datos de 2025 muestran una trayectoria de endurecimiento que, según los responsables, está proporcionando una mayor claridad sobre lo que Estados Unidos considera aceptable para quienes desean entrar o permanecer en el país. En este sentido, la conversación pública sobre las visas de no inmigrante continúa marcada por la tensión entre la necesidad de seguridad y la necesidad de permitir que estudiantes, trabajadores temporales y innovadores internacionales contribuyan a la economía y la vida cultural de Estados Unidos.
La voz de las personas afectadas, cuando puede escucharse, subraya la carga real de estas decisiones. Algunos estudiantes y jóvenes profesionales encuentran que una revocación de visa no solo cambia sus planes académicos o laborales, sino que altera su trayectoria de vida. En otros casos, familiares que esperaban reunirse con seres queridos quedan en una pausa prolongada, esperando respuestas sobre si podrán o no continuar con sus proyectos de aprendizaje o de desarrollo profesional en suelo estadounidense. En cada caso, las historias opuestas a la narrativa oficial —las que tratan de reiniciar una carrera, de mantener una estancia legal o de buscar una nueva oportunidad a través de canales legítimos— se ven presionadas por un marco de políticas que, según las autoridades, protege a la nación de peligros reales.
El balance de la historia, hasta donde llega el material disponible, es que una cantidad considerable de visados de no inmigrante ha sido objeto de revocación en un periodo corto, con una combinación de motivos penales, de seguridad y de conducta cívica que ha orientado una nueva realidad para miles de aspirantes. El debate, por ahora, sigue centrado en la eficacia de la estrategia y en su capacidad para equilibrar seguridad, derechos individuales y la necesidad de que Estados Unidos siga siendo un lugar de oportunidades para quienes cumplen con las normas. En cualquier caso, la magnitud de estas cifras y la claridad de las declaraciones oficiales dejan una marca en el panorama migratorio de la administración actual, que define una era de revisiones más minuciosas y de una vigilancia más amplia en el proceso de expedición de visas de no inmigrante.
Para quienes siguen de cerca el tema, y para las comunidades que podrían verse afectadas, la invitación es clara: estar atentos a los comunicados del Departamento de Estado y a los criterios que guían las decisiones de revocación, entender qué significa cada una de las categorías y, sobre todo, comprender que la seguridad y la integridad de las normas migratorias siguen siendo una prioridad en un momento en el que las dinámicas internacionales están más entrelazadas que nunca. En este contexto, las implicaciones de las visiones sobre visados de no inmigrante, las cancelaciones de visas y la función del Departamento de Estado se vuelven parte de una conversación global sobre seguridad, movilidad y oportunidad. Mientras tanto, los ojos del mundo permanecen en la política de Estados Unidos, y en cómo esa política seguirá afectando a estudiantes, trabajadores y familias que buscan rutas legales para cruzar fronteras en busca de una vida mejor. Para las personas que dependen de estas decisiones, cada anuncio, cada cifra y cada declaración pública tiene un peso real y directo en sus planes y en sus esperanzas. Y ese peso, al final, es lo que le da a esta historia su intensidad y su urgencia. Para acceder al marco oficial y las directrices vigentes, el Departamento de Estado mantiene su portal de visas, una fuente que sigue siendo el primer punto de referencia para solicitantes y familias en todo el mundo. Los interesados pueden consultar la página oficial de visas de Estados Unidos para obtener información actualizada sobre procesos, requisitos y cambios en las políticas de visados de no inmigrante, así como las indicaciones para entender las razones de las revocaciones y las alternativas disponibles. Para quienes buscan información operativa y actualizada, este recurso oficial es el primer paso para entender el alcance y la aplicación de las políticas que hoy marcan un antes y un después en la movilidad global. Página oficial de visas del Departamento de Estado.
Aprende Hoy
Visa de no inmigrante → Permiso temporal para entrar a EE. UU. por estudio, trabajo o turismo sin residencia permanente.
Revocación de visa → Cancelación formal de una visa ya emitida, que puede impedir la entrada o conducir a la expulsión.
Estancia prolongada (overstay) → Permanecer en Estados Unidos más allá del tiempo permitido por la visa, lo que puede causar inelegibilidad.
Este Artículo en Resumen
El Departamento de Estado revocó cerca de 80,000 visas de no inmigrante desde el 20 de enero de 2025, citando seguridad pública y nacional. Casi la mitad se debe a DUI (16,000), asalto (12,000) y robo (8,000). Las revocaciones de visas de estudiante aumentaron un 33% hasta 8,000, mayormente por estancias excesivas o infracciones legales. También se incluyeron publicaciones en redes sociales y expresiones políticas como criterios de revocación.
— Por VisaVerge.com
