Puntos Clave
- John Cantu, director de ICE en Phoenix, fue reasignado el 24 de octubre de 2025 en una purga de liderazgo.
- Reasignaciones ocurrieron 25–27 de octubre de 2025; también afectaron Denver, Los Ángeles, San Diego y Philadelphia.
- La administración busca 600,000 deportaciones para enero de 2026; en mayo pidieron 3,000 arrestos diarios internamente.
(PHOENIX, ARIZONA) La dirección de operaciones de Seguridad e Inmigración (ICE) en Phoenix vivió este fin de semana una abrupta reubicación interna que forma parte de un movimiento más amplio promovido por la administración de Donald Trump. John Cantu, quien hasta entonces ocupaba la jefatura del ICE en Phoenix, fue relevado de sus funciones y reasignado dentro de la agencia el viernes 24 de octubre de 2025, según fuentes informadas coordinadamente y a las que tuvo acceso este medio. La medida se inscribe en una purga de liderazgo en al menos cinco grandes ciudades estadounidenses—Denver, Los Ángeles, Philadelphia, Phoenix y San Diego—informan las mismas fuentes, las cuales señalan que el proceso se hizo de forma discreta y que no fue anunciado públicamente por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ni por ICE.

La información, que circuló entre trabajadores y funcionarios durante el fin de semana del 25 al 26 de octubre y que fue confirmada por múltiples informantes familiarizados con los planes, revela que cinco directores de campo de ICE fueron informados de su traslado a otros puestos dentro de la agencia. En Phoenix, la decisión empujó a Cantu hacia una posición distinta dentro de ICE, sin que se detallara cuál sería su nueva función. A la lista de supervisores afectados se suman Robert Guadian, en Denver; Patrick Divver, en San Diego; Ernesto Santacruz, en Los Ángeles; y Brian McShane, en Philadelphia. En todos los casos, los directores fueron informados durante el fin de semana sobre su traslado, y Guadian comunicó a su personal la noticia el lunes 27 de octubre de 2025.
La fuente de la noticia subraya que la intención original era despedir a los cinco directores, pero, ante la resistencia expresada por el director interino de ICE, Todd Lyons, se optó por reasignarlos a sedes centrales de la agencia. La intervención de Lyons habría impedido las terminaciones inmediatas, según la crónica de las fuentes.
“The administration wanted all these guys fired and Todd stepped in and said, ‘Let’s move them all to headquarters,’”
afirmó una segunda fuente, refiriéndose a la intervención de Lyons para evitar las despidos. Este tipo de detalle se mantiene como una declaración directa hallada en las conversaciones con quienes conocen de cerca el proceso, y añade un matiz crucial sobre cómo se gestionó internamente una remodelación de liderazgo que tiene resonancias en todo el aparato de enforcement migratorio.
Entendiendo el porqué de la movida, las fuentes señalan que estos cambios forman parte de una estrategia deliberada para reemplazar a autoridades de ICE de alto rango por agentes de la Patrulla Fronteriza, con el objetivo declaradamente orientado a incrementar el número de arrestos y deportaciones de inmigrantes. En la narrativa de la administración, la intención es impulsar una presencia de enforcement más contundente en el interior del país, más allá de la jurisdicción tradicional de la Patrulla Fronteriza de operar principalmente en un radio de 100 millas alrededor de la frontera. Los cambios son descritos por analistas y fuentes cercanas al DHS como una apuesta “sin precedentes” para trasladar el carácter de la vigilancia de frontera a las sedes interiores de las ciudades estadounidenses.
Dentro del mismo marco, persiste una tensión considerable en DHS sobre las tácticas de deportación. Por un lado, figuras cercanas a la Patrulla Fronteriza, como el “Border Czar” Tom Homan, y el propio director interino de ICE, Todd Lyons, abogan por centrarse en personas criminales y en aquellos con órdenes de deportación definitivas. Por otro, figuras de alto rango en DHS, representadas por la Secretaria Kristi Noem, el asesor principal Corey Lewandowski y el comandante de la Patrulla Fronteriza, Greg Bovino, empujan por un enfoque más amplio y agresivo que apunte a todas las personas en el país sin autorización, a fin de aumentar las cifras de deportaciones. En declaraciones recogidas por medios estadounidenses, un funcionario de DHS indicó:
“ICE started off with the worst of the worst, knowing every target they are hitting, but since Border Patrol came to LA in June, we’ve lost our focus, going too hard, too fast, with limited prioritization.”
Es decir, según esa fuente, ICE empezó apuntando a lo peor, pero la llegada de la Patrulla Fronteriza a Los Ángeles en junio ha erosionado el foco, y vamos demasiado duro, demasiado rápido, sin priorización clara. Otra fuente añadió:
“ICE is arresting criminal aliens. They [Border Patrol] are hitting Home Depots and car washes.”
Estas citas fueron atribuidas a funcionarios de alto nivel citados por Fox News, y reflejan la fractura interna que alimenta la presión por una reestructuración más amplia.
El alcance de la remodelación se ha extendido más allá de Phoenix. El plan de cambios, que inicialmente se enfocó en cinco ciudades, se amplía a una mayor parte de las 24 oficinas de ICE en el país, y las fuentes de Fox News señalan que la reestructuración ya afecta a al menos ocho ciudades, incluyendo Portland, El Paso y Nueva Orleans. En la práctica, varios puestos de alto rango dentro de ICE están siendo cubiertos por funcionarios de la Patrulla Fronteriza y del CBP, en una jugada descrita por los observadores como “unprecedented” en su alcance y ambición.
Hasta ahora, ni DHS, ICE ni CBP han emitido una confirmación oficial de estos cambios de personal. En medio de la incertidumbre, la Dra. Tricia McLaughlin, subsecretaria asistente de DHS, afirmó:
“While we have no personnel changes to announce at this time, the Trump administration remains laser focused on delivering results and removing violent criminal illegal aliens from this country.”
Sus declaraciones, citadas por la cobertura de la época, subrayan la cautela institucional ante la falta de anuncios formales, aun cuando el pulso de la operación parece fortalecerse a nivel de gestión interna. En un tono similar, otra fuente oficial citada por la cobertura indicó que ICE estaba “arrestando a criminales” y que, a su juicio, la Patrulla Fronteriza estaba enfocada en trabajos de mayor visibilidad como “Home Depots y lavaderos de autos.”
La magnitud y la dirección de la purga de liderazgo de ICE se extiende a varias ciudades y a diferentes perfiles de oficina, con el objetivo explícito de reconfigurar la manera en que la agencia persigue a los migrantes indocumentados y a aquellos con órdenes de deportación. Aunque el propio DHS no ha producido detalles oficiales que confirmen cada nombre y cada traslado, el registro obtenido por este medio a través de múltiples fuentes familiarizadas con el proceso ofrece un cuadro claro de un esfuerzo coordinado para reposicionar a los directores de campo y a otros responsables en la cadena de mando de ICE, con miras a una mayor agresividad operativa.
En el resumen de los movimientos, se observa que la reubicación de John Cantu, quien operaba en la oficina de Phoenix, se dio en un marco de cambios estructurales que buscan incorporar a más agentes de la Patrulla Fronteriza en funciones de alto mando en ciudades clave. Según el registro disponible, Guadian en Denver, Santacruz en Los Ángeles, Divver en San Diego y McShane en Philadelphia también fueron asignados a puestos dentro de la sede central y/o a puestos que demandan una experiencia y una visión de enforcement más amplias, con la expectativa de que sus reemplazos serían designados por figuras del CBP o de la propia Patrulla Fronteriza. Las fuentes señalan que, a la fecha de este informe, la confirmación oficial de estos movimientos sigue pendiente, y que la intención de expandir la reestructuración a más oficinas de ICE sugiere que la purga es más amplia de lo anticipado originalmente.
La reacción de los trabajadores y de las comunidades afectadas se mantiene en otro plano: la información disponible indica que no existen, al menos en este momento, relatos públicos de experiencias individuales de los directores reemplazados ni de sus equipos. Las fuentes citadas enfatizan que todas las comunicaciones internas sobre las reasignaciones se filtraron de forma discreta y que, por ahora, el foco del público se ha centrado en la noticia de los cambios de liderazgo y en el debate sobre las tácticas de expedición y deportación. En Phoenix, la comunidad observaba al detalle lo que podría significar para las operaciones de ICE y para los esfuerzos de autoridades locales que dependen de la colaboración con agencias federales en materia de migración. Con la salida de Cantu, quien tenía un papel clave en la dirección de las operaciones de la oficina local, se abre un periodo de ajuste dentro de una estructura que, desde la óptica de los defensores de derechos de los migrantes, podría reforzar los enfoques de expulsión y endurecimiento.
A la hora de evaluar el impacto humano, el reportaje subraya que no se han recogido historias individuales que ilustren directamente las vivencias de personas afectadas por estos movimientos, ni declaraciones públicas de los directores desplazados, según las fuentes consultadas. Sin embargo, el significado práctico para las comunidades locales no es menor: la reconfiguración de la jerarquía y la llegada de funcionarios vinculados a un enfoque más agresivo podrían influir en el ritmo de detenciones, las prioridades de arrestos y el grado de cooperación entre ICE y autoridades estatales o locales, con especial atención a comunidades que históricamente han vivido tensiones en torno a la migración y a la seguridad pública.
En un marco general, la operación aparece como una manifestación concreta de un debate más amplio sobre la dirección de la política migratoria en Estados Unidos. La idea central —reemplazar a directores de campo con agentes de la Patrulla Fronteriza— sugiere una intención de ampliar el perfil de los operativos que llevan a cabo las detenciones y las deportaciones, y de ampliar esa vigilancia más allá de las fronteras físicas asociadas a las ciudades fronterizas. La conversación pública sobre este tema está marcada por posturas divergentes dentro de DHS, con defensores de enfoques más restrictivos frente a quienes piden un marco más amplio y audaz de acción. En este contexto, las preguntas sobre el equilibrio entre seguridad y derechos de los migrantes continúan sin resolverse, y la conversación pública se mantiene hueca ante la falta de pronunciamientos oficiales y verificaciones finales, ya que el proceso de reasignación parece haber ganado ritmo antes de que se presenten explicaciones completas por parte del DHS.
Para Phoenix, la presencia de un cambio en la jefatura de la oficina local de ICE viene acompañada de una expectativa de mayor presencia de vigilancia migratoria desde dentro del país, un movimiento que podría redefinir las dinámicas de cómo se coordina la detención y la deportación a nivel municipal y regional. El caso de John Cantu, con su traslado a otra posición dentro de la agencia, se inscribe en un mosaico mayor que incluye a liderazgos en ciudades como Denver, Los Ángeles, Philadelphia y San Diego. En todos esos lugares, la reconfiguración parece haber buscado no solo sustituir perfiles, sino también proyectar una señal de que la administración está dispuesta a impulsar un cambio de estrategia incluso si ello implica tensar las relaciones entre ICE, DHS y CBP, así como con las comunidades que viven la inmigración de forma más directa.
La conversación continúa girando en torno a los conceptos de eficiencia y cifra de cumplimiento, con la Administración que busca apuntar a decenas de miles de detenciones y decenas de miles de deportaciones como un indicador de éxito político y de seguridad nacional. En May 2025, por ejemplo, informes internos señalaban que se empujaba a que ICE arrestara a 3.000 inmigrantes indocumentados por día, una cifra que, si bien ambiciosa, no ha ocurrido en su totalidad a la fecha de este reporte. La fecha límite para estos objetivos se sitúa en enero de 2026, de acuerdo con las proyecciones de las políticas de la administración, y la narrativa oficial en un primer plano ha sido la de que estas acciones persiguen la retirada de individuos catalogados como violentos o criminales, mientras que la crítica sostiene que las listas y los criterios de priorización pueden volverse menos claros cuando cambian las personas y la autoridad que toman las decisiones.
En Phoenix, la ciudad observa sin grandes demostraciones ese proceso de transición. Los residentes y las comunidades que se ven vueltas a las políticas migratorias estadounidenses esperan que las autoridades locales, estatales y federales rindan cuentas sobre la coordinación y el impacto real de estas medidas, que podrían afectar a la vida diaria de quienes esperan permisos o resoluciones de sus casos de inmigración. La historia de la purga de la administración Trump en ICE, que se extiende a varias ciudades y que ha generado tensiones con otros actores del DHS, continúa desarrollándose, y por ahora la confirmación oficial de cada detalle permanece suspendida en un limbo comunicativo que, según las fuentes, podría aclararse en las próximas semanas a medida que las oficinas centrales reorganizan su estructura y definen las nuevas líneas de mando.
Para la gente de Phoenix y para quienes trabajan en la frontera interior del país, lo que está en juego tras este movimiento es, en esencia, la forma en que se persigue y se decide la deportación, así como la confianza de las comunidades en las instituciones que deben velar por la seguridad y el cumplimiento de la ley, sin perder de vista los derechos de las personas afectadas. En un contexto tan sensible, la gestión de la purga de la administración Trump en ICE plantea preguntas cruciales sobre transparencia, responsabilidad y el grado de cooperación entre agencias, y sobre cómo estas decisiones se traducen en una experiencia humana concreta para las personas que esperan resolver su estatus migratorio y para las familias que podrían verse afectadas por una estrategia de enforcement que se propone ser más amplia y más firme que nunca.
Para los lectores interesados en el desarrollo de estas noticias, el contexto institucional y las reacciones oficiales siguen siendo un misterio preparado para futuras comunicaciones. Se espera que el DHS, ICE y CBP emitan aclaraciones en los próximos días, a la vista de la creciente atención mediática y de la presión de múltiples frentes por entender el alcance completo de la purga de la administración Trump en ICE y su impacto en ciudades clave como Phoenix. Mientras tanto, la historia de John Cantu y de sus colegas —incluido el resto de los directores de campo— permanece como un recordatorio de que las decisiones a alto nivel en Washington pueden encender cambios de gran alcance en la vida cotidiana de comunidades enteras, y de que las normas de actuación de las agencias de inmigración están en un momento de notable reconfiguración.
Nota: este informe se apoya en la información proporcionada por múltiples fuentes familiarizadas con las operaciones de ICE y DHS y en la cronología de los cambios, así como en las declaraciones atribuidas a funcionarios de alto nivel citadas en la cobertura periodística de la época. Para quienes deseen seguir la evolución de estos cambios, se recomienda revisar las comunicaciones oficiales del DHS e ICE y las actualizaciones de la cobertura de los medios acreditados. Para más información, se puede consultar la página oficial de DHS, que proporciona contexto sobre las estructuras de liderazgo y las políticas de inmigración a nivel federal.
Aprende Hoy
ICE → Agencia federal de Inmigración y Control de Aduanas responsable de hacer cumplir leyes migratorias dentro de Estados Unidos.
Director de Oficina de Campo → Funcionario sénior de ICE que dirige arrestos, decisiones de detención y procesamiento de casos en una región.
CBP → Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU., agencia que supervisa la seguridad fronteriza y el control aduanero.
Patrulla Fronteriza → Componente del CBP que vigila fronteras; aquí, su personal está siendo trasladado a roles de liderazgo en ICE.
Este Artículo en Resumen
El 24 de octubre de 2025, John Cantu fue reasignado desde la dirección de ICE en Phoenix como parte de una reestructuración discreta que también removió directores en Denver, Los Ángeles, San Diego y Philadelphia. Ejecutados entre el 25 y 27 de octubre, los cambios buscan incorporar mandos de la Patrulla Fronteriza y CBP en oficinas interiores para acelerar arrestos y deportaciones, con la meta de 600,000 expulsiones antes de enero de 2026. Críticos internos advierten que la orientación a cifras podría desviar recursos de casos prioritarios.
— Por VisaVerge.com
