Puntos Clave
• Veinte estados demandan al DOT por condicionar fondos de infraestructura a cooperación migratoria.
• Los estados alegan que solo el Congreso controla cómo se distribuyen fondos federales.
• El DOT afirma que la nueva política busca seguridad y uniformidad nacionales.
El 13 de mayo de 2025, fiscales generales de 20 estados de Estados Unidos presentaron una demanda conjunta contra el Departamento de Transporte de EE.UU. (DOT, por sus siglas en inglés) y el Secretario Sean Duffy. El motivo fue un cambio reciente en la política migratoria federal que vincula el financiamiento de infraestructura a la colaboración de los estados con la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La decisión causó gran preocupación entre los gobiernos estatales y ahora está en el centro de un importante debate nacional.
¿Por qué los Estados están Demandando al DOT?

Todo comenzó cuando el 24 de abril, el Secretario Duffy envió una carta a las autoridades estatales. En ella se informaba que, a partir de ese momento, solo recibirán fondos federales para carreteras, puentes y demás infraestructura quienes colaboren expresamente con inversiones y prácticas que respalden la política migratoria del ejecutivo. Esto incluye:
- Ayudar de forma activa en investigaciones de ICE.
- No entregar licencias de conducir a personas sin estatus legal.
- No poner obstáculos a ninguna acción federal sobre temas de inmigración.
Quienes no cumplan con estos requisitos verán cerradas las puertas de financiamiento. Según el DOT, si un estado decide “impedir” el trabajo de las autoridades migratorias, estaría atentando contra la seguridad pública y el funcionamiento seguro de las rutas nacionales, que dependen de una gestión ordenada y homogénea en todo el país.
Pero los estados demandantes —casi todos con gobiernos demócratas— argumentan que esta medida va demasiado lejos. Su punto principal es que la Constitución da al Congreso, y no al Poder Ejecutivo, el poder de asignar fondos federales. Forzar a los estados a escoger entre apoyar la política migratoria federal o recibir dinero para proyectos críticos es, dicen, una violación muy clara de esa separación de poderes.
El Debate Constitucional: ¿Quién Decide Sobre los Fondos?
La discusión va mucho más allá de una simple pelea entre estados y Washington. De fondo está la clásica disputa sobre el poder de “la bolsa” –es decir, quién controla el dinero público– y sobre cuánto puede un presidente influir en cómo se usan esos fondos, sobre todo cuando el fin buscado no está directamente relacionado con el área específica de los recursos. En este caso, se trata de vincular dinero para caminos o puentes con la ayuda a ICE, dos temas que normalmente van por canales separados.
Los estados que presentan la demanda dicen que aceptar este requisito les obligaría a dedicar personal y tiempo de sus departamentos de transporte a tareas migratorias para las que no están preparados ni tienen experiencia. Además, temen que si se niegan, podrían quedarse sin el dinero necesario para reparar carreteras, construir puentes y otras inversiones necesarias para la seguridad vial y el desarrollo económico de sus comunidades.
Las leyes federales que rigen el financiamiento de infraestructura nunca antes habían incorporado reglas tan ligadas a la política migratoria nacional. Como recordaron los fiscales estatales, históricamente Congress ha aprobado fondos para obras públicas bajo reglas bien definidas, y es el trabajo de los estados usarlos siguiendo esas normas, sin condiciones nuevas impuestas desde la Casa Blanca.
¿Qué Dicen las Autoridades Federales?
El DOT, bajo la administración de President Trump, defiende la medida diciendo que hace falta una posición unificada sobre inmigración y seguridad en todo el país. Para ellos, si algunos estados ayudan activamente y otros no, los resultados serán desiguales y la seguridad general estará en peligro. Además, proponen que evitar la emisión de licencias a personas sin papeles refuerza el control sobre quién puede operar vehículos en las rutas nacionales, lo que tendría un impacto positivo directo en la seguridad.
El Secretario Duffy subraya esto en su carta: si un estado no coopera, podría estar “debilitando la soberanía federal” sobre las leyes de inmigración, y eso, según él, es una amenaza seria para todos.
El Impacto en los Proyectos de Infraestructura
Uno de los mayores temores expresados por los estados es quedarse sin fondos esenciales para proyectos de infraestructura. Eso significaría retrasos en la modernización de puentes, el mantenimiento de caminos y la expansión del transporte público. Las consecuencias, según comunes a todos los estados demandantes, pueden ser graves:
- Reducción de proyectos planeados por falta de recursos.
- Mayores riesgos de accidentes viales por mal estado de caminos o puentes sin mantenimiento.
- Menor capacidad de respuesta ante emergencias en la red de transporte.
- Atraso en el desarrollo económico local y regional.
Los estados dicen que estos proyectos dependen de planes y presupuestos a largo plazo, y no pueden adaptarse rápidamente a cambios bruscos en el financiamiento de infraestructura. Si no pueden acceder a estos fondos por no estar de acuerdo con ciertos puntos de la política migratoria federal, sus comunidades pagarán el precio.
Dificultades Administrativas y Recursos Limitados
Además de lo anterior, hay un problema administrativo importante: si los estados tuvieran que colaborar plenamente con ICE, eso implicaría desviar personal y recursos de sus agencias de transporte hacia tareas migratorias. Pero los empleados estatales que trabajan en obras públicas, ingeniería o seguridad vial no tienen la formación ni el mandato legal para hacer tareas de inmigración.
Esta reestructuración podría hacer que otros servicios vitales quedaran descuidados, generando atrasos administrativos, aumento de costos y mucha confusión para los organismos involucrados. Los fiscales argumentan que esa carga adicional es injusta y va en contra de cómo se gestionan los fondos federales según la ley actual.
Conflicto Entre Gobierno Federal y Gobiernos Estatales
El fondo del conflicto es la tensión constante entre poderes: por un lado, el gobierno federal quiere uniformidad y control; por otro, los estados reclaman su derecho a administrar fondos y políticas según las características y necesidades propias de su población.
La historia reciente muestra que esta no es la primera vez que la Casa Blanca y los gobiernos estatales discuten sobre el uso condicional de fondos federales. En años anteriores, el tema de las llamadas “ciudades santuario” —lugares donde la policía local limita su cooperación con las autoridades migratorias federales— ya había provocado choques similares. También se han dado casos en los que el presidente intentó detener el envío de fondos aprobados por el Congreso, lo que siempre despertó preocupación sobre posibles ataques a la estructura básica de la democracia estadounidense.
Análisis de VisaVerge.com revela que otros casos parecidos han llegado incluso a tribunales superiores, y el tema sigue siendo muy debatido, ya que puede sentar precedentes que afecten muchas áreas de la colaboración entre gobiernos estatales y el gobierno federal.
Diferencias en las Posturas
Para aclarar los argumentos de cada parte, aquí están los puntos principales:
- Autoridad legal: Los estados dicen que solo el Congreso puede decidir a quién se da el dinero federal, mientras el Poder Ejecutivo puede establecer algunas condiciones, pero no de cualquier tipo.
- Vinculación de políticas: Los estados apuntan a que las nuevas condiciones son coercitivas e imponen requisitos ajenos al objetivo original de los fondos. Según el DOT, esto es necesario para asegurar la seguridad y el respeto a la ley.
- Impacto práctico: Los gobiernos estatales temen perder recursos para proyectos esenciales y tener que cambiar la forma en que administran sus agencias. El DOT sostiene que estas medidas buscan una aplicación igualitaria de la ley y mayores garantías de seguridad nacional.
Un Debate Sobre el Futuro
El desenlace de esta demanda no solo determinará si los estados demandantes pueden recibir el financiamiento de infraestructura sin tener que intervenir en la política migratoria. También podría marcar el camino para cómo se diseñan las futuras políticas públicas en Estados Unidos 🇺🇸, especialmente aquellas que cruzan los límites tradicionales entre diferentes áreas de gobierno.
Si la corte avala la postura federal, las agencias nacionales podrían sentir que tienen más margen para condicionar ayudas o recursos a medidas relacionadas a la política migratoria o temas de interés nacional. En cambio, si ganan los estados, el Congreso mantendría un control directo y más exclusivo sobre a quién y cómo se reparten los fondos federales, limitando los poderes de los presidentes y sus gabinetes en esta área.
Este tipo de disputas también tiene un impacto sobre la confianza entre los distintos niveles de gobierno y podría influir en decisiones sobre otras áreas, como salud, educación o seguridad pública, donde los fondos federales a menudo están en el centro de las discusiones.
Repercusiones para los Residentes y Comunidades
Aunque para muchos este pleito parece entre abogados y políticos, la realidad es que afecta de forma directa a millones de personas. Si un estado deja de recibir recursos, podrían atrasarse mejoras en carreteras, cierres de puentes o falta de inversiones en transporte público. Eso eleva el riesgo de accidentes, dificultades para llegar al trabajo o al médico y menos oportunidades económicas.
A su vez, los trabajadores estatales y locales son quienes terminan por sentir la presión de hacer tareas nuevas y a menudo poco claras, aumentando el riesgo de errores y pérdida de eficacia en sus trabajos normales.
La exigencia de colaborar con ICE también puede traer tensiones extra con comunidades de inmigrantes, que a menudo ya se sienten bajo presión o temor por posibles detenciones y deportaciones.
¿Qué Puede Pasar Ahora?
Después de la presentación formal de la demanda, le tocará a los tribunales examinar los argumentos. Su decisión podría tardar meses o incluso años si el caso termina en la Corte Suprema. Mientras tanto, existe incertidumbre sobre si los fondos seguirán fluyendo o si proyectos ya planeados tendrán que suspenderse mientras se resuelve el asunto.
En caso de que la corte acepte la posición de los estados, podría considerarse que el DOT no puede vincular el financiamiento de infraestructura a la colaboración con la política migratoria de la Casa Blanca, a menos que el Congreso lo avale de forma explícita. Si la decisión favorece al gobierno federal, otros departamentos federales podrían usar ese precedente en áreas tan variadas como educación, salud o vivienda.
Para información oficial sobre los fondos federales y requisitos actuales para proyectos de infraestructura, puedes consultar la página del Departamento de Transporte de EE.UU..
Reflexión Final
La pelea legal entre 20 estados y el Departamento de Transporte de EE.UU. refleja las profundas divisiones actuales en la política de Estados Unidos 🇺🇸. Más allá de la técnica legal, muestra la dificultad de conciliar la política migratoria nacional con la gestión local de los recursos para obras públicas. Según los especialistas citados por VisaVerge.com, este caso pondrá a prueba los límites del federalismo y podría fijar reglas importantes sobre hasta dónde puede llegar el Ejecutivo cuando busca conectar diferentes áreas de gobierno a través de condicionantes en la entrega de fondos.
Los próximos meses serán decisivos para ver si los fondos federales seguirán siendo un recurso seguro para los estados o si estarán sujetos a nuevas condiciones políticas, cambiando el panorama para la infraestructura nacional y el papel de los estados en la política migratoria. Lo que está claro es que no solo los políticos, sino todos los ciudadanos, estarán atentos al resultado y sus posibles impactos cotidianos.
Aprende Hoy
Fiscales Generales → Funcionarios estatales responsables de representar legalmente a sus estados ante tribunales y en disputas públicas.
Inmigración y Control de Aduanas (ICE) → Agencia federal encargada de hacer cumplir las leyes migratorias y realizar investigaciones relacionadas.
Condicionalidad de fondos → Práctica de atar el acceso a recursos federales al cumplimiento de ciertos requisitos o políticas.
Soberanía federal → Principio que reconoce la autoridad máxima del gobierno nacional sobre asuntos constitucionales claves como inmigración.
Separación de poderes → División constitucional del gobierno en ramas para evitar abusos, dando roles distintos a Congreso y Poder Ejecutivo.
Este Artículo en Resumen
Veinte estados de EE.UU. demandan al Departamento de Transporte por exigir cooperación migratoria para acceder a fondos de infraestructura. Argumentan que la medida vulnera la Constitución y pone en riesgo obras esenciales. El caso puede redefinir cómo se distribuyen recursos federales entre estados y en qué condiciones políticas.
— Por VisaVerge.com
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