Puntos Clave
- Croatia Airlines registró una pérdida neta de €20,9M en los primeros nueve meses de 2025.
- Hasta mediados de 2025 los retrasos sumaron más de 62 meses, obligando a wet-leases y mayores costes.
- Siete A220 entregados hasta octubre de 2025; entregas restantes previstas en 2026 y años siguientes.
(CROATIA) Croatia Airlines atribuye el aumento de costos y las pérdidas de 2025 a importantes retrasos en las entregas de sus nuevos aviones Airbus A220, un defecto de sincronía que ha desencadenado una cascada de retos operativos y financieros para la aerolínea nacional. En un escenario que mezcla presión de liquidez y complejidad de la transición a una flota completamente basada en A220, la compañía ha señalado que

“los retrasos en las entregas del A220 han sido un riesgo operativo clave. A mediados de 2025, los retrasos totales habían superado los 62 meses respecto al calendario de entrega original, lo que llevó a mayores costos de arrendamiento y a desafíos de capacidad estacionales”
y ha dejado claro que la situación es más que una simple demora logística.
La compañía informó una pérdida neta de casi 21 millones de euros en los primeros nueve meses de 2025, con pérdidas operativas que se duplican con respecto al año anterior. Los ingresos ascendieron a 227 millones de euros, un incremento del 10%, pero las pérdidas se ampliaron por costos de transición y por el programa de renovación de flota. En paralelo, y como parte de la crónica de mordiscos que deja la demora de los A220, Croatia Airlines ha recibido siete aeronaves del nuevo modelo hasta octubre de 2025, con entregas futuras empujadas hacia 2026 y más allá. “el calendario de entrega de los nuevos A220 de Croatia Airlines ya ha sido aplazado en varias ocasiones por el fabricante. Se anunciaron más retrasos para 2025 a principios de este año, añadiendo otra capa de incertidumbre que complica la planificación operativa y expone a la compañía a costos adicionales”, afirma la aerolínea, en alusión a un problema que ha parecido complejo y persistente.
El peso de estos retrasos se siente en varios frentes. Croacia Airlines continúa pagando rentas de aeronaves que ya no deberían estar operando fuera de la flota reciente; dos De Havilland Dash 8-400, por ejemplo, siguen en manos de los arrendadores debido a retrasos en la cadena de suministro y a cuellos de botella en el mantenimiento.
“Croatia Airlines is paying the lease for these aircraft to the owner until the aircraft are handed over…which is a significant additional unplanned cost caused by the crisis in the aviation supply chain,”
señala la propia aerolínea, en un enunciado que subraya que la factura de la continuidad de estas aeronaves recae en la empresa y que es un coste no planificado significativo derivado de la crisis en la cadena de suministro aeronáutica.
Para sostener horarios y conservar la confianza de los pasajeros, la aerolínea ha recurrido a acuerdos de arrendamiento en húmedo (wet-leasing) de aeronaves de corto plazo, una práctica que eleva la factura operativa. En 2024, Croatia Airlines gastó 10,9 millones de euros en wet-leasing de dos aviones de la familia A320 para completar su red estacional y mantener los slots en aeropuertos clave. La contingencia también ha obligado a retrasar el lanzamiento de nuevas rutas, con algunos vuelos estacionales que iniciaron en julio en lugar de hacerlo al inicio de la temporada de verano, cuando la demanda suele ser mayor y la aerolínea quiere maximizar la rotación de asientos con una flota menos eficiente de lo planificado.
El tema no es solo de costos. Los retrasos en la llegada de las nuevas aeronaves también han afectado la formación y la dotación de personal. La capacitación de pilotos para el nuevo tipo de aeronave se ha visto obligada a permanecer fuera de servicio durante períodos extendidos, con el resultado de que algunos pilotos tuvieron que repetir sesiones de simulador y permanecer fuera de la actividad durante dos meses.
“Los pilotos que se están entrenando para el nuevo tipo de avión tuvieron que estar fuera de servicio durante dos meses. Los primeros veinte pilotos, incluidos cinco instructores, se enfrentaron a un periodo de inactividad más largo debido a aplazamientos repetidos”,
explica la aerolínea. A esto se sumaron costos complementarios: alojamiento en hoteles, dietas diarias y la contratación de más pilotos de los necesarios para anticiparse a más llegadas de aeronaves, una carga financiera que se suma al ya denso cuadro de costos.
En cuanto a las piezas y el mantenimiento, Croatia Airlines ha soportado gastos significativos en piezas y motores de repuesto. En 2024, la empresa desembolsó 28,9 millones de euros por un motor de repuesto A220 y otras piezas, además de pagos adelantados de 961.000 euros por un segundo motor de repuesto, 559.000 euros en depósitos de seguridad para nuevas aeronaves y 185.000 euros por el acceso al pool de piezas A220. En medio de este libro de cuentas, la dirección de la aerolínea mantiene que la renovación de la flota hacia un all-A220, si bien dolorosa en el corto plazo, es crucial para la sostenibilidad a largo plazo, y afirma que
“los pérdidas a corto plazo son esperadas como parte de la transición, con la liquidez gestionada cuidadosamente a través de proyecciones de flujo de caja y medidas de optimización de costos”.
Las cifras y las previsiones deben entenderse en su contexto. Los retrasos se atribuyen a una conjunción de factores globales que han fraccionado la cadena de suministro aeronáutico, una escasez de mano de obra cualificada y un aumento de la demanda de aviones nuevos, además de desafíos en pruebas y certificación. Croacia Airlines espera que la transición hacia una flota única de A220 simplifique operaciones a largo plazo, mejore la eficiencia y reduzca costos, pero admite que el periodo actual es financieramente doloroso y que las pérdidas y los costos de transición serán un componente razonable de su estrategia de modernización.
La dirección de la aerolínea ha buscado proyectar un rastro de optimismo con un marco de contención y un lenguaje que señala que el esfuerzo está dirigido por un objetivo claro: una flota moderna que, a la larga, sea más confiable y menos onerosa. En el plano operativo, el pasillo del despegue hacia una flota de A220 según lo planificado se ha visto marcado por un costo de oportunidad en forma de ingresos perdidos por no poder operar aeronaves más eficientes, y por el coste de arrendar temporalmente aviones alternativos para sostener la demanda de viajeros en una red que, a su vez, ha visto retrasos en los vuelos y cambios en la planificación de rutas.
La empresa también ofrece un balance de situación para mostrar que, si bien el presente es duro, la ruta futura se sostiene en una lógica de eficiencia. Según sus cuentas, el coste total de entrega de A220 se ha visto sometido a un retraso acumulado de 62 meses a mediados de 2025, lo que incrementa la exposición a costos de alquiler y complicaciones de programación a corto plazo. En términos de resultados, la compañía reporta que la pérdida neta reportada en los primeros nueve meses de 2025 es de 20,9 millones de euros, mientras que los ingresos en ese periodo se sitúan en 227 millones. Estas cifras, junto con el gasto en arrendamientos y el coste de proveedores de mantenimiento, se traducen en un año de transición que la dirección describe como
“el mayor proyecto en la historia de la empresa”.
Entre las lecciones que la dirección resalta figura la necesidad de gestionar con disciplina la liquidez durante la transición, sin perder de vista la necesidad de planificar con precisión la demanda y la capacidad para las nuevas rutas. El equipo directivo ha insistido en que la flota de A220 es una inversión estratégica, y que aunque el camino esté sembrado de barreras financieras temporales, el objetivo último es una operación más ágil, menos dependiente de proveedores alternativos y con una gestión de costos más estricta.
“La renovación de la flota A220 será el eje que permitirá a Croatia Airlines reforzar su posición en el mercado regional, mejorar la eficiencia y reducir costos en el largo plazo”,
sostiene la compañía, subrayando que el proceso de transición es complejo y que la empresa está dispuesta a asumir pérdidas a corto plazo para lograr un crecimiento sostenible a medio y largo plazo.
Si se mira a la trayectoria de entregas, la compañía ha dejado claro que la cifra de siete A220 recibidas hasta octubre de 2025 se mantiene como un hito, mientras que las entregas restantes se esperan en 2026 y más allá. En este marco, el plan estratégico de Croatia Airlines exhibe un compromiso con el objetivo de operar con una flota completamente A220 cuando la cadena de suministro y la certificación se estabilicen, con la esperanza de que las operaciones diarias se vuelvan más simples y menos costosas a medida que se reduzca la necesidad de mantener aeronaves de repuesto o contratos de arrendamiento costosos para sostener la operatividad.
La historia, por tanto, no es solo sobre números rojos o el calendario de entrega de un avión. Es sobre un país que quiere mantener una aerolínea nacional capaz de competir en un entorno europeo cada vez más exigente, y sobre una empresa que, al asumir un costo financiero inmediato, busca la promesa de una operación más eficiente, menos dependiente de caprichos de la industria y más alineada con la demanda de una red de rutas que se espera se beneficie de una flota homogénea y moderna. En este sentido, la experiencia de Croatia Airlines se convierte en una fotografía de un sector bajo presión para modernizarse ante cambios tecnológicos y de mercado, y de un compromiso con el servicio al cliente que no se puede cumplir plenamente cuando las aeronaves y los motores no llegan a tiempo.
La narrativa de entregas A220, la trayectoria de Croatia Airlines y la realidad de una pérdida neta en un periodo de transición están entrelazadas con realidades que van más allá de la cuenta de resultados. El viaje hacia una solución sostenible implica, sin duda, un camino arduo, con más meses de entrega por delante y con el desafío de convertir una inversión que hoy duele en un beneficio que se perciba en la experiencia de los pasajeros y en la salud a largo plazo de la aerolínea.
Para interesados y observadores, el informe de la empresa y las siguientes comunicaciones oficiales serán clave para entender si la cadena de suministro global logra estabilizarse de forma que las entregas A220 se acorten de nuevo y permitan a Croatia Airlines no sólo recuperar margen, sino también ampliar su red de destinos de forma rentable. El debate entre la necesidad de modernizar la flota y la realidad de costos temporales seguirá siendo central en el relato de esta aerolínea que ha puesto en juego su ambición de un futuro más eficiente y sostenible, con la cabeza alta y un plan de acción que, según su propia visión, debe convertir la actual pérdida neta en una historia de recuperación y crecimiento.
Para quienes buscan un marco de referencia institucional, la operación y supervisión de la aviación en Croacia está sometida a los estándares y regulaciones que rigen la industria en la región y en la Unión Europea. En este sentido, la autoridad aeronáutica croata y las agencias regulatorias relevantes deben ser consideradas como interlocutores clave en la vigilancia de la transición aeronáutica y la seguridad operativa, con especial atención al manejo de flotas híbridas o en tránsito y a la gestión de la cartera de aeronaves y motores de repuesto que sostienen el servicio público durante el periodo de sustitución. En el plano práctico, la dinámica de costes que se describe en el resumen de resultados de 2024 y 2025, con el detalle de las cifras y la cronología de las entregas, debe ser interpretada como una pieza de un rompecabezas mayor: la búsqueda de una solución integral que permita a Croatia Airlines consolidar una posición más sólida en el competitivo entorno de aerolíneas europeas.
Para ampliar la información sobre la supervisión y las políticas de aviación de Croacia, puede consultarse la página de la autoridad aeronáutica local, que opera bajo las normas y directrices institucionales a nivel nacional y europeo. Croatian Civil Aviation Agency ofrece documentos y actualizaciones relevantes para entender el marco regulatorio que acompaña a una aerolínea que está atravesando un periodo de transición tecnológica y operación de flota.
Finalmente, la cuestión de las entregas A220 y la pérdida neta de Croatia Airlines ha puesto a prueba la resiliencia de la compañía y su capacidad para convertir un costo de transición en una ventaja competitiva a largo plazo. En medio de números que duelen y de un calendario de entregas que ha cambiado más de una vez, la aerolínea mantiene que la inversión en tecnología moderna de la mano de Airbus es necesaria para sostener su negocio en el futuro, y que las inversiones en entrenamiento del personal, en repuestos y en la gestión de arrendamientos, aunque dolorosas ahora, deben allanar el camino hacia una operación más eficiente, menos dependiente de cambios de proveedor y más alineada con la demanda de una red de rutas que, con suerte, verá una mejora sustancial en su rentabilidad cuando la flota esté plenamente en marcha y el beneficio de la modernización se refleje en el servicio al pasajero y en la salud financiera de la empresa.
Aprende Hoy
A220 → Avión narrowbody de Airbus, más eficiente en consumo y pensado para reemplazar modelos regionales y de pasillo único.
Wet-lease → Arrendamiento temporal que incluye avión, tripulación, mantenimiento y seguro proporcionados por otro operador.
Type-rating → Certificación específica que deben obtener los pilotos para operar un modelo concreto de aeronave.
Pool de piezas → Inventario compartido de repuestos al que las aerolíneas acceden para reducir riesgos de grounding y acelerar reparaciones.
Este Artículo en Resumen
Croatia Airlines vincula pérdidas crecientes en 2025 a retrasos prolongados en entregas de A220. Reportó una pérdida neta de €20,9 millones en enero–septiembre, con ingresos de €227 millones. Las demoras —acumuladas en más de 62 meses a mediados de 2025— aumentaron costos de leasing, wet-leasing, formación y repuestos, duplicando pérdidas operativas año a año. Hasta octubre se habían recibido siete A220; el resto de entregas se espera en 2026 y más adelante. La compañía sostiene que el dolor financiero es temporal y necesario para alcanzar ahorros futuros con una flota única.
— Por VisaVerge.com
