Puntos Clave
• El HB 318 amplía delitos sujetos a revisión migratoria y refuerza vínculos cárceles-ICE en Carolina del Norte.
• El SB 153 obliga a más agencias estatales y universidades UNC a colaborar estrechamente con ICE.
• Opositores advierten de miedo, perfilamiento racial y posibles desafíos legales por las nuevas leyes propuestas.
Los legisladores republicanos en Carolina del Norte buscan nuevamente cambiar las reglas sobre inmigración en el estado, arreciando la discusión y el clima político desde la entrada en vigor del Proyecto de Ley 10 en diciembre de 2024. Esta acción marca otro punto en una larga lucha política sobre cómo debe ser la aplicación de la inmigración en Carolina del Norte, mientras otros estados de Estados Unidos 🇺🇸 también debaten leyes similares.
¿Qué es el Proyecto de Ley 10 y cómo afecta la inmigración en Carolina del Norte?

En diciembre de 2024, el Proyecto de Ley 10 comenzó a regir en Carolina del Norte. Esta ley obliga a que los alguaciles cooperen con las autoridades federales de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). El propósito, según sus promotores, es asegurar que las personas que cometen delitos graves y que no tienen un estatus legal en los Estados Unidos 🇺🇸 sean identificadas y puestas a disposición de ICE para posibles procesos de deportación.
Las reglas principales del Proyecto de Ley 10 son:
- Los administradores de cárceles deben averiguar si los detenidos acusados de delitos graves tienen permiso legal para estar en el país.
- Si ICE pide que se retenga a alguien (lo que se llama “detainer” o detención administrativa), los alguaciles deben mantener a la persona por hasta 48 horas, aunque haya terminado su condena o haya pagado su fianza.
- Esta regla aplica para acusados de delitos violentos, algunos delitos menores y violaciones por violencia doméstica.
Este proyecto fue aprobado después de que los republicanos alcanzaran la mayoría necesaria en la Asamblea General para superar el veto del gobernador demócrata Roy Cooper. No fue la primera vez que se intentaba: Cooper ya había vetado medidas similares en 2019 y 2022. Pero el escenario cambió en 2024, dándole paso a la ley.
Nuevos proyectos: HB 318 y SB 153 amplían la aplicación de la inmigración
El debate sobre inmigración no quedó allí. A fines de abril de 2025, los legisladores republicanos propusieron más cambios para ampliar lo que empezó el Proyecto de Ley 10. Dos proyectos marcan la discusión actual: el HB 318 y el SB 153.
HB 318: endureciendo la cooperación entre cárceles e ICE
Con 70 votos a favor y 45 en contra en la Cámara de Representantes el 30 de abril de 2025, el HB 318 busca:
- Ampliar el número de delitos por los cuales se revisa el estatus migratorio. Ya no sólo serían delitos violentos, sino todo tipo de delitos graves (felonías), manejar bajo los efectos del alcohol o drogas, fraudes, malversación de fondos, falsificación y hurtos.
- Aclarar que los funcionarios de las cárceles deben comunicarse con agentes federales cuando un detenido está bajo petición de ICE (“detainer”) y avisar cuándo será puesto en libertad.
- Eliminar “vacíos legales” que, según el presidente de la Cámara de Representantes, Destin Hall, existen en la ley actual.
De ser aprobado en el Senado y firmado por el gobernador, este proyecto haría obligatorio que cualquier persona detenida por una gama mucho más amplia de delitos se someta a una revisión sobre su estatus migratorio y refuerza la relación directa entre los alguaciles de Carolina del Norte y el gobierno federal.
SB 153: El “North Carolina Border Protection Act” da más tarea a las agencias del estado
El SB 153, aprobado en el Senado de Carolina del Norte en marzo de 2025, es aún más amplio en cuanto a la aplicación de la inmigración:
- Obliga a diversas agencias estatales a firmar acuerdos formales con ICE.
- Exige que todas esas agencias verifiquen el estatus migratorio de cualquier persona bajo su custodia.
- Indica que se hagan auditorías a los programas estatales de ayudas públicas para impedir el acceso de inmigrantes sin papeles a estos beneficios.
- Prohíbe que universidades públicas, es decir, instituciones del sistema UNC, establezcan zonas de protección contra las medidas migratorias dentro de sus campus.
La medida ha traído nuevas discusiones sobre los límites entre autoridad local, estatal y federal, y hasta qué punto pueden los estados aplicar leyes de inmigración que se suman a las del gobierno nacional.
Razones de los legisladores republicanos: “Es necesario mayor control”
Los impulsores de estas leyes tienen sus razones claras. Según el senador estatal Phil Berger, quien es uno de los patrocinadores, la preocupación principal es el aumento de la violencia y el costo que, en su opinión, representa tener inmigrantes indocumentados usando servicios estatales financiados con dinero público. Berger sostiene que la aplicación de la inmigración en Carolina del Norte debe ser más estricta para proteger tanto la seguridad como los recursos estatales.
Además, el presidente de la Cámara, Destin Hall, ha dicho que al menos cinco de los cien alguaciles “ciertamente están violando el espíritu” del Proyecto de Ley 10, sugiriendo que algunos funcionarios locales buscan evitar la colaboración con ICE. Para los republicanos, ampliar los delitos sujetos a revisión migratoria y endurecer los controles cierra posibles “vacíos” y responde al deseo de una parte de la ciudadanía preocupada por el control fronterizo.
El representante Carson Smith también mencionó su alineación con el gobierno federal y citó el Laken Riley Act, una ley federal que apunta a endurecer consecuencias por delitos cometidos por inmigrantes sin documentos. Para los republicanos, ahora que el gobierno de Estados Unidos 🇺🇸 “toma en serio el control fronterizo”, es momento de actuar a nivel estatal.
Opiniones en contra: preocupaciones de demócratas y organizaciones comunitarias
No todos están de acuerdo con los cambios. La oposición, compuesta sobre todo por legisladores demócratas y grupos que trabajan en favor de los derechos de inmigrantes, argumenta que estas leyes dividen a la población y pueden ser inconstitucionales.
Por ejemplo, el senador demócrata Graig Meyer ha dicho que HB 318 y SB 153 podrían causar gastos innecesarios para las agencias estatales, pues los inmigrantes indocumentados ya no pueden acceder legalmente a la mayoría de beneficios públicos. Según Meyer, sería invertir tiempo y dinero para auditar programas que ya excluyen a quienes no tienen papeles.
La ACLU de Carolina del Norte, una de las organizaciones más activas en contra de estos cambios, advirtió que la legislación podría “agravar el clima de incertidumbre para los inmigrantes y sus familias”. Temen que muchos terminen por evitar cualquier contacto con médicos, autoridades y hasta escuelas para no ponerse en riesgo, dificultando la vida de personas que, en su mayoría, forman parte de la fuerza laboral y la vida comunitaria del estado.
Especialistas en salud pública han manifestado que este tipo de leyes podría dañar la salud de comunidades inmigrantes, por el miedo a buscar atención médica o hablar con autoridades. Además, grupos de defensa de derechos civiles dicen que estas reglas abren la puerta a perfilamientos raciales —tratar de diferente manera a personas sólo por su aspecto—, así como a la separación de familias por infracciones menores, lo cual perjudica a niños y comunidades completas.
El entorno nacional: Carolina del Norte como parte de una tendencia
Este impulso para reforzar la aplicación de la inmigración en Carolina del Norte ocurre mientras muchos estados, especialmente donde los republicanos tienen mayor control, toman caminos similares. En años recientes, el Congreso de Estados Unidos 🇺🇸 no ha logrado llegar a acuerdos para una nueva reforma migratoria, así que los estados han tomado la iniciativa, aprobando leyes que endurecen la identificación y la detención de personas sin un estatus legal.
Lo que resulta en Carolina del Norte es una especie de miniatura del debate nacional: ¿debe cada estado manejar sus propias reglas? ¿Colabora el gobierno federal lo suficiente, o son los estados quienes deben hacerse cargo? En este contexto, la aplicación de la inmigración se vuelve tema central en campañas políticas, crea tensiones entre comunidades y pone a prueba los limites legales entre lo local y lo nacional.
Cómo impactarán estas leyes a los inmigrantes, familias y la vida diaria
La aplicación diaria de estas nuevas reglas puede tener efectos de largo alcance. Por un lado, los promotores aseguran que esto hará más seguro el estado y reducirá gastos en servicios públicos que, según ellos, se desvían a quienes no tienen estatus migratorio. Sin embargo, quienes se oponen temen cambios en la vida cotidiana:
- Pueden aumentar los arrestos por delitos menores, como manejar sin licencia o infracciones simples, pues con la nueva ley cada arresto puede implicar una revisión del estatus migratorio.
- Es posible que familias de inmigrantes se nieguen ir a centros de salud, escuelas o a denunciar delitos por temor a ser identificadas y detenidas.
- Las universidades públicas ya no podrán ofrecer ningún tipo de protección dentro de sus campus, lo que podría afectar la cantidad de estudiantes inmigrantes que se sienten seguros asistiendo a clase.
- Se esperan posibles pleitos legales, pues varios grupos ya han dicho que planean luchar contra lo que consideran leyes discriminatorias.
Según algunos datos presentados durante las discusiones, ya existen reglas federales que prohíben el acceso de inmigrantes indocumentados a la mayoría de los programas públicos de ayuda, por lo que para sus críticos estas nuevas leyes sólo añaden más controles innecesarios y alientan el miedo.
El papel de los sheriffs y la aplicación de la inmigración en la práctica
En Carolina del Norte, el papel de los sheriffs es clave en la aplicación de la inmigración a nivel local. Con el Proyecto de Ley 10 y las nuevas propuestas, estos funcionarios quedan obligados a colaborar de forma constante y directa con ICE. Esta obligación incluso ante el desacuerdo de algunos sheriffs, quienes han señalado que la cooperación estricta puede dañar las relaciones entre la policía y las comunidades, pues las personas podrían dejar de colaborar con la policía local por miedo a ser detenidas por su estatus migratorio.
Además, la ley aclara que si ICE emite una solicitud de detención (“detainer”), los sheriffs deben informar y mantener detenida a la persona por hasta 48 horas adicionales, incluso si la corte ya la liberó. Antes, algunos sheriffs se negaban a cumplir estas solicitudes argumentando que no eran órdenes de un juez.
Reacciones de estudiantes, empleadores y la comunidad
Las universidades del sistema UNC, que incluyen grandes campus con estudiantes de muchos países, no podrán proteger legalmente a sus estudiantes o empleados de una intervención migratoria en sus instalaciones. Esto está creando mucha ansiedad en los campus y en las familias de estudiantes internacionales, ya que el miedo a deportaciones podría reducir la inscripción de alumnos extranjeros y cambiar el ambiente académico.
Para los empleadores, las nuevas leyes implican estar atentos a los cambios, especialmente si dependen de mano de obra inmigrante. Algunos podrían verse obligados a monitorear más de cerca el estatus migratorio de sus trabajadores, o bien a colaborar con las autoridades si hay investigaciones relacionadas con empleados detenidos.
La comunidad inmigrante, sobre todo aquellas personas que llevan años viviendo en Carolina del Norte, sienten que ahora están bajo más vigilancia y que cualquier pequeño error legal puede tener consecuencias muy serias, incluyendo la deportación y la separación familiar.
¿Qué sigue en Carolina del Norte y cómo informarse más?
Mientras el Senado analiza el HB 318 y decide si convierte estas reglas en ley, la discusión pública sigue viva. Muchos grupos han dicho que, de aprobarse, llevarán estas leyes ante los tribunales, pues consideran que violan derechos básicos de igualdad y protección.
Para aquellos interesados en la aplicación de la inmigración en Carolina del Norte, conocer las reglas actualizadas es esencial. Es recomendable leer la información directamente en sitios oficiales, como la página del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), donde se publican recursos y avisos importantes para inmigrantes y familiares.
Como destaca el reporte de VisaVerge.com, Carolina del Norte es un ejemplo de cómo los cambios a nivel estatal sobre la inmigración tienen un impacto directo en la vida diaria y pueden influir en debates nacionales. La clave, según expertos, es mantenerse informado y saber que las leyes pueden cambiar rápidamente.
Para quienes buscan más datos o comprobar si algún cambio les afecta directamente, es útil consultar fuentes oficiales como USCIS, donde se detallan procedimientos actualizados, derechos y opciones para inmigrantes.
Estos ajustes legales en Carolina del Norte, desde el Proyecto de Ley 10 hasta las nuevas propuestas de 2025, seguirán alimentando la conversación sobre la inmigración, marcando la vida de miles de personas y exigiendo atención constante de todos los residentes del estado.
Aprende Hoy
ICE → Inmigración y Control de Aduanas, agencia federal encargada de hacer cumplir leyes migratorias y deportaciones.
Detención Administrativa → Solicitud de ICE a autoridades locales para retener a alguien hasta 48 horas tras orden de liberación.
Felonía → Delito grave como violencia, malversación o fraude, sancionado con penas severas.
Perfilamiento Racial → Práctica de identificar sospechosos por su apariencia étnica, señalada como riesgo en debates migratorios.
Zona de Protección → Política universitaria o local para limitar acciones de ICE en espacios específicos, ahora prohibida por SB 153.
Este Artículo en Resumen
El debate migratorio se intensifica en Carolina del Norte con HB 318 y SB 153. Ambos proyectos buscan más control: amplían delitos revisados y exigen mayor cooperación con ICE. Defensores alegan mayor seguridad; críticos temen violaciones de derechos, perfilamiento racial, y separación familiar. El impacto podría transformar la vida estatal.
— Por VisaVerge.com
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