Puntos Clave
- Casi 80% de los controladores en la zona de Nueva York estaban ausentes el 31 de octubre de 2025.
- La FAA dice que casi 13,000 controladores han trabajado semanas sin pago, gestionando más de 50,000 operaciones diarias.
- La mitad de las instalaciones Core 30 reportan escasez de personal, provocando limitaciones de flujo y posibles retrasos.
(NEW YORK) En un momento en que la aviación civil enfrenta una nueva tensión por un cierre gubernamental que ya dura más de un mes, casi setenta por ciento de los controladores de tráfico aéreo de la región neoyorquina no están presentes, según un aviso de operaciones emitido por la Administración Federal de Aviación (FAA). El aviso, divulgado la noche del viernes en la plataforma X, señala que la ausencia de personal alcanza un nivel alarmante en el centro de control de tráfico aéreo de Nueva York y en otras instalaciones clave, con consecuencias directas para los vuelos que cubren el corredor Este de Estados Unidos.

El FAA informó que casi el 80% de los controladores de tráfico aéreo en las instalaciones de la zona de Nueva York estaban ausentes a la fecha de la alerta, producto de un “aumento en las llamadas para ausencias” en medio del prolongado cierre gubernamental. Según el propio comunicado, la FAA “ha dicho” que un número significativo de profesionales ha estado trabajando sin recibir pago, intensificando el agotamiento y el estrés asociado al servicio continuo en el control del espacio aéreo nacional. El aviso señala que, en conjunto, “casi 13,000 controladores de tráfico aéreo han estado trabajando sin pagar durante semanas, asegurando la seguridad de más de 50,000 operaciones diarias a lo largo del sistema de espacio aéreo nacional”.
La advertencia detalla que, a medida que avanza el fin de semana, “un aumento en las ausencias está tensionando los niveles de personal en múltiples instalaciones, provocando impactos generalizados en el NAS”. En particular, indica que “la mitad de nuestras instalaciones Core 30” están experimentando escasez de personal y, además, “c casi 80% de los controladores de tráfico aéreo están ausentes en las instalaciones de la zona de Nueva York”. Estas cifras subrayan la magnitud de la presión que recae sobre el sistema de control de tráfico aéreo en momentos de alta demanda, con vuelos que continúan operando a diario y con un volumen de tráfico especialmente intenso en determinadas regiones.
La FAA describe a los controladores como sometidos a un “estrés y fatiga inmensos” y subraya la necesidad de poner fin al cierre para que los controladores reciban sus remuneraciones y para evitar que los viajeros enfrenten más interrupciones. El impacto de la ausencia de personal no es meramente teórico: cuando los niveles de dotación caen por debajo de lo mínimo, la FAA reduce el flujo de tráfico para mantener la seguridad, lo que puede traducirse en retrasos o cancelaciones, según el propio comunicado de la agencia. En este contexto, el aviso se enfoca en dos ejes: la seguridad como prioridad y la capacidad del sistema para absorber picos de demanda sin comprometer estándares.
El Aviso subraya que los hubs principales del corredor Northeast —incluyendo Nueva York, Filadelfia, Boston y Washington, D.C.— están particularmente expuestos al riesgo de retrasos debido a la combinación de niveles de personal reducidos, volumen de tráfico alto y, en varios casos, mantenimiento de pistas en curso. En un intento por reducir el daño práctico para los usuarios, la agencia recomienda a los viajeros consultar con anticipación el estado de sus vuelos y prever tiempos extra para el viaje durante el fin de semana festivo. Para ello, la FAA señala como recurso principal la página Fly.FAA.gov, donde se puede observar el estado de cada vuelo en tiempo real y recibir actualizaciones periódicas.
La situación llega en un marco ya conocido por el sector: las faltas de personal en los controladores de tráfico aéreo han sido un cuello de botella para la operatividad del sistema de aviación civil durante años, y aunque la FAA ha intensificado la formación y reasignación de controladores, advierte que podría tomar años reconstruir la fuerza laboral a niveles previos a la pandemia. En una lectura más amplia, un informe de 2024 mostraba que las deficiencias de personal en instalaciones de alto volumen contribuían a alrededor del 40% de las demoras a nivel del sistema, un indicio claro de que la recuperación completa no se da de la noche a la mañana.
Para darle un rostro humano a la historia, el comunicado de la FAA señala que la declaración fue publicada “viernes por la noche en X (anteriormente Twitter)” y, si bien no nombra a ningún controlador específico, reconoce el impacto en su plantilla:
“Después de 31 días sin pago, los controladores de tráfico aéreo están bajo un inmenso estrés y fatiga.”
Esa cifra de 31 días sin remuneración se mantiene como un pilar de la narrativa oficial sobre la urgencia de resolver el cierre para devolver la normalidad a los puestos de control y permitir que las familias dependan de pausas mínimas en sus itinerarios.
El tono de la FAA es claro: la seguridad no puede verse comprometida y, a la vez, la continuidad de un servicio crítico debe sostenerse ante una crisis que afecta a millones de pasajeros. El argumento de seguridad se ve reforzado por la explicación operativa de que, cuando la dotación de personal cae por debajo de los mínimos, el control de flujo se restringe, provocando retrasos y, en casos extremos, cancelaciones. La advertencia tiene además un enfoque práctico para los viajeros que esta cerca de un fin de semana largo, periodo que históricamente ve un incremento en la actividad aérea: la FAA insta a gestionar expectativas, a revisar frecuentemente el estado de los vuelos y a prever tiempos de traslado adicionales.
Entre los datos citados en el aviso, la FAA recuerda que la región del noreste concentra gran parte de la actividad del NAS: aeropuertos y centros de control que gestionan rutas complejas y una alta densidad de tráfico, con la necesidad de coordinaciones finas entre diferentes jurisdicciones. Nueva York, Filadelfia, Boston y Washington, D.C., destacan como puntos particularmente sensibles bajo las actuales condiciones de personal. En el plano comunicacional, la agencia busca evitar un efecto dominó: si se producen retrasos significativos, podrían aumentar las tensiones en aeropuertos densamente transitados, con quejas de viajeros y repercusiones económicas para aerolíneas y proveedores.
El cierre gubernamental ha añadido una capa de complejidad adicional, transformando la experiencia de miles de trabajadores federales que, sin recibir pago, siguen desempeñando funciones vitales. En el marco de esa realidad, el personal de la FAA ha continuado sus funciones para preservar la seguridad de las operaciones diarias, a la vez que se enfrenta a un agotamiento que no es fácil de gestionar. La oferta de soluciones a medio plazo, según los responsables, pasa por la resolución del cierre para permitir que los pagos regresen y se recupere la normalidad operativa del sistema. La narrativa oficial, por lo tanto, oscila entre la defensa de la seguridad y el reconocimiento práctico de la fatiga laboral.
Para los viajeros, la recomendación es pragmática: vigilar el estado del vuelo, dejar tiempo extra y entender que, en casos de límites de capacidad, podrían observarse retrasos o complicaciones incluso en rutas que normalmente funcionan sin contratiempos. En paralelo, la FAA continúa con una estrategia de gestión de personal que incluye aceleración de la formación y reasignaciones, aunque advierte que la reconstrucción de la plantilla a niveles prepandemia podría tardar años. Este es un recordatorio de que, en materia de seguridad de la aviación, la paciencia de los usuarios se ve sopesada por una necesidad de estabilidad que requiere soluciones políticas y administrativas duraderas.
El relato de la industria y de los afectados se entrelaza con la realidad de las demoras que a veces resultan invisibles para el consumidor: cada vez que el personal de Control Aéreo no está disponible, la presión recae sobre una maquinaria compleja que debe mantener el equilibrio entre seguridad y eficiencia. En la región neoyorquina, la combinación de un porcentaje tan alto de ausencias en un área tan transitada aumenta el riesgo de interrupciones que podrían afectar no solo a los vuelos directos, sino a conexiones internacionales y a rutas que dependen de un sistema de coordinación que implica varios entes, tanto federales como estatales.
La conversación pública que rodea este tema se enmarca en una crisis mayor que trasciende una simple volatilidad laboral: la discusión sobre la necesidad de un restablecimiento económico que permita a los trabajadores federales regresar a sus puestos con seguridad y dignidad, sin que el pago sea un impedimento para el desempeño profesional. En ese sentido, el aviso de la FAA se presenta como un intento de comunicar con claridad a la ciudadanía que la seguridad de millones de pasajeros depende de un sistema que, en este momento, enfrenta una presión inusual y que debe resolverse cuanto antes.
El historial de la FAA en respuesta a emergencias de personal es de una agencia que ha buscado soluciones rápidas, reforzando la formación y reasignación de controladores para mitigar los efectos negativos en la operatividad. Sin embargo, el recordatorio de que los retrasos y las cancelaciones son una posibilidad real si no se garantiza un personal adecuado y pagado refuerza la necesidad de una solución política al cierre que permita que el personal vuelva a sus tareas sin el lastre de la incertidumbre financiera.
En última instancia, la historia de este fin de semana en particular resalta la intersección entre política, seguridad y la experiencia diaria de los viajeros. Mientras el país busca ponerse al día con una recuperación que ha sido lenta y desigual, la FAA insiste en que la seguridad opera de manera prioritaria y que no se puede evitar que el sistema alcance su límite sin dañar la confianza de los usuarios del transporte aéreo. El cierre gubernamental, con su carga de retrasos y tensiones, no sólo afecta a quienes trabajan en el gobierno, sino a quienes dependen de un sistema que, en la era de la movilidad global, no admite laxitud cuando se trata de la seguridad de millones de vuelos que conectan ciudades clave como Nueva York, Filadelfia, Boston y Washington, D.C. En ese sentido, la advertencia de la FAA llega como una llamada a la acción: es urgente estabilizar la situación, reanudar los pagos y permitir a los controladores de tráfico aéreo retomar su labor sin la carga de fatiga y presión que ahora dificulta la gestión de un tráfico cada vez más demandante.
Para quienes siguen la evolución de este asunto, el consejo práctico permanece: vigile el estado de su vuelo a través de Fly.FAA.gov, llegue con tiempo adicional a los aeropuertos y, sobre todo, esté preparado para posibles cambios en itinerarios en un entorno marcado por escasez de personal y la sombra constante de un cierre gubernamental que aún no encuentra una solución definitiva. Este es un recordatorio de que, detrás de cada número, hay personas cuyas vidas dependen de la puntualidad, la precisión y la seguridad que solo un cuerpo de control tan vital como los controladores de tráfico aéreo puede aportar, incluso cuando el sistema está bajo presión extrema.
Aprende Hoy
Core 30 → Las 30 instalaciones de mayor volumen de la FAA, críticas para el flujo nacional de tráfico aéreo.
New York Center, Area D → Un sector de control en ruta de gran altitud que gestiona tráfico denso hacia y desde el corredor noreste.
Control de flujo (metering) → Técnica que limita la entrada de aeronaves a un sector o aeropuerto para mantener operaciones seguras.
Miles-in-trail → Restricción de separación que establece distancia entre aeronaves en la misma ruta para controlar el flujo.
Este Artículo en Resumen
La FAA informó que el 31 de octubre de 2025 casi el 80% de los controladores en el área de Nueva York estaban ausentes durante un cierre gubernamental de 31 días. Cerca de 13,000 trabajan sin pago y la mitad de las instalaciones Core 30 presentan escasez de personal. Sectores críticos han reducido capacidad, provocando control de flujo y riesgo de retrasos o cancelaciones en aeropuertos del noreste. La agencia recomienda consultar Fly.FAA.gov y prever tiempo extra.
— Por VisaVerge.com
