Puntos Clave
- La administración propone una tarifa de $100,000 para nuevas solicitudes H-1B vinculadas a la lotería 2026.
- Se sustituiría la lotería aleatoria por una selección ponderada por salario para favorecer puestos mejor pagados.
- Funcionarios citan aumento de TI del 32% (2003) a más del 65% y un descuento salarial del 36% en puestos de entrada.
(MISSISSIPPI, UNITED STATES) El vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, ha defendido públicamente las reformas drásticas al programa de visas H-1B impulsadas por la administración de Donald Trump, argumentando que el sistema se está utilizando para reemplazar a trabajadores estadounidenses con mano de obra extranjera más barata y, en consecuencia, socava los salarios de los trabajadores nativos. El mensaje fue pronunciado ante una audiencia de Turning Point USA en Mississippi el miércoles 29 de octubre de 2025, en un entorno político ya tenso por la discusión sobre inmigración y empleo. Vance afirmó con claridad que la inmigración legal es compleja y que, a su juicio, una parte significativa de los inmigrantes legales ingresan al país cada año y, sostiene, “la evidencia es pretty clear que un montón de esos inmigrantes están siendo los que bajan los salarios de los trabajadores estadounidenses”. Sus palabras resonaron en un momento en que el debate público se intensifica entre quienes ven en el control de la inmigración una cuestión de defensa de la economía local y quienes advierten sobre riesgos para la innovación y la competitividad global.

“It’s one of the reasons why the President of the United States and a lot of us in the administration have encouraged H-1B reform”
En su intervención, Vance subrayó que “It’s one of the reasons why the President of the United States and a lot of us in the administration have encouraged H-1B reform”, frase que capturó de forma explícita su posicionamiento y su explicación de por qué se busca endurecer las reglas actuales. También preguntó de forma contundente cuál es el objetivo real del sistema H-1B:
“If you look at the H-1B visa, what it’s supposed to be is that you have a super genius who’s studying at an American university and who’s working at a great company. You want that super genius to stay in the United States of America and not go somewhere else. What it’s actually used to do is hire an accountant at a 50 per cent discount for an American citizen. I don’t think that we should be hiring accountants from foreign countries when we’ve got accountants right here in the United States that would love to work for a good wage.”
Estas declaraciones, citadas en el marco del discurso de Turning Point USA, ilustran la línea argumental que sostiene la administración respecto a que la reforma no solo es necesaria, sino urgente para proteger el mercado laboral local y los salarios de los trabajadores estadounidenses.
Entre las medidas anunciadas por la administración figuran cambios de alto impacto para el programa: la imposición de una cuota de $100,000 para las nuevas solicitudes de visa H-1B, un incremento drástico respecto al coste anterior de aproximadamente $1,500. Esta nueva tasa se aplica a las peticiones y entradas en la lotería H-1B de 2026; los titulares de visas vigentes y las peticiones presentadas previamente quedan fuera de esta modificación, según las explicaciones oficiales citadas por Vance y sus aliados. La magnitud del incremento ha generado preocupación entre empresas tecnológicas y firmas de outsourcing que tradicionalmente han utilizado el programa para cubrir proyectos temporales o de alta demanda de talento en áreas como tecnología de la información. Además, la administración ha anunciado que pretende reemplazar el actual sistema de lotería aleatoria por un proceso de selección ponderado por niveles salariales, de modo que los solicitantes con salarios más altos tendrían más probabilidades de ser seleccionados.
Este conjunto de medidas forma parte de un marco más amplio que busca, según sus defensores, reducir la dependencia de la inmigración y frenar lo que describen como una tendencia a subir la competencia por empleos bien remunerados. Vance afirmó que
“There are people who want to come to the United States of America, and some of them I’m sure can enrich the United States of America by coming here, but we have got to get our overall numbers way down. Too many people have come into the United States of America.”
Sus palabras enfatizan la lectura de que los flujos migratorios deben ser más controlados y que el país debe priorizar a su fuerza laboral nativa y su capacidad de generar salarios justos para trabajadores estadounidenses.
Los cambios, según los argumentos oficiales citados por Vance, buscan frenar la percepción de que la industria tecnológica ha abusado de un sistema que, en su versión actual, favorecería la sustitución de trabajadores estadounidenses por personal extranjero. La administración ha afirmado que las empresas de outsourcing de IT “prominently manipulated” el sistema H-1B, y que la participación de trabajadores de TI en el programa ha aumentado de un 32% en 2003 a más del 65% en los últimos cinco años. Una revisión citada de un estudio independiente sostiene que existe un “36% wage discount” para puestos de entrada H-1B en comparación con trabajadores estadounidenses análogos. Este conjunto de cifras —que incluyen proporciones, descuentos salariales y cambios de política— forma parte de un argumento más amplio para justificar la necesidad de revisar no solo las cuotas, sino también los criterios de elegibilidad y las vías de acceso.
La narrativa oficial también presenta al sector de tecnología de la India, con compañías como TCS, Infosys y Wipro, como actores relevantes del nuevo equilibrio. Se señala que estas firmas, que dependen en gran medida de las visas H-1B, podrían enfrentar un impacto significativo en su capacidad de contratación y, en función de ello, a la vez podrían verse obligadas a reubicar puestos o buscar talento en otros mercados, especialmente si las nuevas reglas elevan los costes operativos y reducen la disponibilidad de talento extranjero en los Estados Unidos. En un marco de debate político, estas consideraciones se cruzan con definiciones de política estatal y federal que buscan influir en el impacto directo sobre empleos y salarios, especialmente en áreas con alta dependencia de la mano de obra inmigrante.
En el plano legislativo y estatal, las acciones se han articulado en varios frentes. En el Senado, el republicano Chuck Grassley, de Iowa, y el demócrata Dick Durbin, de Illinois, presentaron una iniciativa para elevar los estándares de salario y restringir la elegibilidad para visas H-1B y L-1. Grassley manifestó que
“Congress created the H-1B and L-1 visa programs as limited pathways for businesses to acquire top talent when it can’t be found at home. But over the years, many employers have used them to cut out American workers in favour of cheap foreign labour.”
Sus palabras, citadas en el contexto de la propuesta, subrayan la visión de que estos programas deben ser herramientas limitadas para cubrir carencias reales, no vehículos para desplazar a trabajadores estadounidenses.
A nivel estatal, Florida ha tomado una ruta de acción contundente al ordenar a las universidades públicas a restringir las contrataciones H-1B para priorizar a los graduados y trabajadores locales. El gobernador Ron DeSantis afirmó: “We need to make sure our citizens here in Florida are first in line for job opportunities.” Este tipo de medidas añade una capa de complejidad al panorama nacional, donde estados clave moldean su propia lógica de contratación y formación laboral frente a las tensiones de la migración.
El impacto humano de estas políticas, hasta donde lo permiten las fuentes, se enfoca principalmente en la dinámica de costos y accesibilidad de la vía H-1B. Se espera que la cuota de $100,000 haga que la ruta hacia la residencia temporal sea menos accesible para profesionales internacionales, especialmente para recién graduados y para quienes buscan oportunidades a nivel de entrada. En este sentido, la industria tecnológica, y especialmente grandes protagonistas de la economía india en esa esfera, podrían ver reducida su capacidad de contratación o verse obligadas a trasladar parte de su talento y empleo de vuelta a otros países si el entorno de costos y el acceso cambian de forma significativa. Si bien no hay en el material fuentes individuales de historias de migrantes, las implicaciones para comunidades tecnológicas y centros de empleo en estados con alta concentración de trabajadores migrantes se perciben como un cambio importante en el paisaje laboral.
En términos de sostenibilidad y competitividad, el debate no es menor. Los defensores de las reformas señalan que el sistema ha sido utilizado para reequilibrar el mercado laboral, hacer que el empleo esté más alineado con las necesidades y niveles de salario de la economía local y garantizar que la inversión en talento estadounidense no se vea desplazada por wage subsidies o por prácticas de subcontratación que, según sus críticos, han distorsionado las remuneraciones y las oportunidades de desarrollo profesional. Los críticos, por su parte, advierten que estas medidas pueden dañar la capacidad de las empresas para competir a nivel internacional, afectar la innovación y, en última instancia, ralentizar el crecimiento de sectores clave de la economía. En este marco, las cifras de 2003 a la actualidad sobre la participación de TI en el programa H-1B y las observaciones de un incremento sustancial en el peso de los trabajadores de TI en el programa quedan como indicadores para el debate público, ya que los responsables de la política insisten en que se deben proteger los salarios y la integridad del mercado laboral estadounidense.
Para las comunidades profesionales y académicas afectadas, la reforma H-1B representa un cambio de fondo en la ecuación de talento y empleo. Los datos que se citan en el análisis de la administración —incluido el estudio que señala un descuento salarial del 36% para posiciones de entrada H-1B frente a sus contrapartes estadounidenses— son, por el momento, parte de una narrativa que busca justificar medidas más estrictas y una revisión de criterios de selección. Paralelamente, la marea de apoyo a estas políticas ha recibido una voz cada vez más clara de ciertos sectores políticos y educativos que ven en la reducción de la inmigración una forma de proteger a los trabajadores locales y garantizar oportunidades de empleo para las generaciones futuras.
En el terreno de la acción institucional, el enfoque de “reforma H-1B” no se limita a la esfera federal. Las dinámicas de presión política y los incentivos para la implementación de reformas se extienden a universidades, cámaras empresariales y grupos de defensa. Turning Point USA, que actuó como plataforma para el discurso de Vance, se sitúa en el centro de un frente político que busca influir en la agenda pública sobre inmigración y empleo, a la vez que intenta persuadir a un público joven de posicionarse a favor de una reforma que, desde su perspectiva, busca equilibrar la balanza entre la protección de salarios y la atracción de talento de alto nivel. En este terreno, la narrativa de que la economía estadounidense se beneficia de un control más estricto de la inmigración no es solo una cuestión de teorías económicas, sino también de estrategias políticas que buscan movilizar electores y construir coaliciones.
Entre las preguntas que quedan por responder está el grado de impacto real para las empresas que dependen de trabajadores extranjeros en áreas de tecnología y servicios, así como el alcance geográfico de las consecuencias. Si el plan de seleccionar por salario y aumentar la cuota genera una contracción en la demanda de visas H-1B, es probable que se observan cambios en la estructura de contratación de firmas de tecnología y en la dinámica de los centros de desarrollo en Estados Unidos. En última instancia, la discusión gira en torno a una tensión inseparable entre la necesidad de proteger a los trabajadores estadounidenses y la promesa de mantener la competitividad global de la economía estadounidense en un mundo cada vez más interconectado.
Para quienes observan de cerca el tema, el desarrollo de la reforma H-1B y su implementación en 2026 será un termómetro de la capacidad del gobierno para gestionar el equilibrio entre políticas migratorias más restrictivas y la demanda de talento en sectores donde la innovación es una prioridad estratégica. A la luz de las declaraciones de Vance y de las medidas anunciadas, el debate seguirá siendo intenso en los próximos meses, con un fuerte foco en cómo las reformas afectarán los salarios de los inmigrantes y la dinámica de empleo en las principales ciudades y tecnopolos del país. Los defensores de la reforma sostienen que la medida es necesaria para corregir abusos y proteger a los trabajadores estadounidenses, mientras que detractores advierten que las barreras podrían encarecer el costo de hacer negocios en Estados Unidos y obstaculizar la innovación tecnológica que ha impulsado el crecimiento económico en décadas recientes.
Para el público hispanohablante y para analistas internacionales, este episodio subraya que la conversación sobre migración y empleo en Estados Unidos no es sólo una cuestión de números, sino de personas, oportunidades y el futuro de la economía. El énfasis en términos como la reforma H-1B, salarios de los inmigrantes y la influencia de grupos como Turning Point USA en la agenda política añade capas de complejidad a un tema que, hasta ahora, parecía centrarse en procesos administrativos y cifras. Con el tiempo, la implementación de estas políticas ofrecerá datos más claros sobre el impacto real en la movilidad laboral global, la capacidad de las empresas para atraer talento y la presión que siente la economía estadounidense para equilibrar crecimiento, innovación y justicia laboral.
Para quienes buscan entender las implicaciones de estas políticas, los próximos meses serán decisivos. En el frente legislativo, la propuesta de Grassley y Durbin, así como las reacciones de los gobiernos estatales como Florida, prometen mantener el tema en el centro de la conversación política. Mientras tanto, la cifra de $100,000 para nuevas solicitudes y el giro hacia un sistema de selección basado en salarios son indicativos de una transformación que podría remodelar el mapa de la inmigración laboral en Estados Unidos durante los próximos años. En medio de este cambio, la narrativa de JD Vance y su defensa de la reforma H-1B se sitúa como una voz clave en un debate que no solo decidirá el perfil de los trabajadores temporales en la próxima década, sino también la capacidad de Estados Unidos para competir en una economía global cada vez más exigente. Para los importadores y analistas internacionales, el tema merece seguimiento atento y una lectura cuidadosa de cómo estos cambios repercuten en la economía y en las comunidades que dependen de la movilidad global de talento.
Si desea consultar las directrices oficiales sobre el programa H-1B y sus requisitos, puede revisar la página oficial de USCIS sobre H-1B. Además, para entender las implicaciones legales de las visas y las rutas de empleo en Estados Unidos, se puede explorar la información sobre Form I-485, conectando con las rutas de ajuste de estatus para quienes contemplan alternativas dentro del sistema. Estas referencias oficiales complementan la cobertura informativa sobre la reforma H-1B y su impacto en salarios de los inmigrantes, la dinámica de empleo y la conversación política que rodea a estas políticas.
Aprende Hoy
Visa H-1B → Permiso temporal de trabajo en EE. UU. para ocupaciones especializadas que suelen requerir al menos un título universitario.
Lotería ponderada por salario → Un método de selección que aumenta las probabilidades de elección según el nivel salarial ofrecido en la petición.
Empresas de outsourcing → Firmas que proveen trabajadores o servicios contratados, frecuentemente presentando múltiples peticiones H-1B.
USCIS → U.S. Citizenship and Immigration Services, la agencia federal que administra los programas de visas e inmigración.
Este Artículo en Resumen
En Mississippi, JD Vance defendió el plan de la administración para imponer una tarifa de $100,000 a nuevas solicitudes H-1B en la lotería de 2026 y cambiar la lotería por una selección ponderada por salarios. Funcionarios justifican las medidas citando mayor participación de trabajadores de TI y un estudio que muestra un descuento salarial del 36% en puestos de entrada H-1B. Los cambios eximen a titulares actuales y peticiones ya presentadas; partidarios los ven como protección laboral y críticos temen efectos negativos en startups y graduados recientes.
— Por VisaVerge.com
