Puntos Clave
• La Administración Trump usa la Ley de Extranjeros Enemigos para deportar a un barbero venezolano en Rhode Island.
• La ACLU demandó, argumentando violación al debido proceso y uso irregular de poderes de guerra en paz.
• Un juez detuvo la deportación y la próxima audiencia de asilo será el 15 de mayo en Massachusetts.
El gobierno de la Administración Trump busca deportar a un barbero venezolano que vive y trabaja en Rhode Island, conocido en los documentos judiciales simplemente como “G.M.G.”. Este caso se ha convertido en uno de los ejemplos más discutidos sobre el uso de normas de tiempos de guerra para acelerar la expulsión de inmigrantes, incluso en tiempos de paz. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) ha presentado una demanda urgente para detener su deportación, argumentando que se están vulnerando derechos fundamentales.
El caso del barbero venezolano

G.M.G. llegó a Estados Unidos 🇺🇸 en 2023 buscando asilo tras afirmar que sufrió persecución política en Venezuela 🇻🇪. Desde su llegada, ha trabajado como barbero en Rhode Island. El 15 de marzo de 2025, agentes federales lo arrestaron en su trabajo, alegando que era miembro de una peligrosa banda venezolana llamada Tren de Aragua (TDA). El Departamento de Seguridad Nacional sostiene que sus tatuajes representan una relación con dicha banda. Sin embargo, G.M.G. rechaza estos señalamientos, explicando que sus tatuajes son de carácter personal. Además, sostiene que teme ser perseguido por la misma banda si regresa a Venezuela, ya que ellos también lo consideran un adversario.
Actualmente, G.M.G. está detenido en el centro de detención Wyatt, ubicado en Central Falls, Rhode Island. Según VisaVerge.com, la detención ocurrió en medio de una serie de operativos que buscan intensificar la deportación de venezolanos como parte de nuevas estrategias federales impulsadas por la Administración Trump.
Motivos detrás de la detención y la demanda
La razón principal por la que el caso de G.M.G. ha cobrado tanta atención es la herramienta legal que el gobierno federal está usando: la Ley de Extranjeros Enemigos (Alien Enemies Act), aprobada en 1798. Este estatuto, creado durante un contexto de guerra, permite al presidente ordenar la detención y deportación expedita de personas originarias de países con los que Estados Unidos está en conflicto bélico. Tradicionalmente, esta ley solo se ha usado en tiempos de guerra, no en épocas de paz.
La Administración Trump, sin embargo, argumenta que la amenaza de bandas criminales internacionales como TDA justifica la aplicación de esta ley aún en tiempos de paz, al considerar que representan un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos 🇺🇸. La ACLU se opone firmemente, alegando que no existen bases legales ni constitucionales para usar poderes de guerra en un momento donde no hay un conflicto militar internacional reconocido.
El caso ha llamado la atención de organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes y ha generado preocupación dentro de la comunidad venezolana en Estados Unidos 🇺🇸. Hay miedo de que alegaciones débiles, como simples tatuajes, puedan convertirse en excusas para deportar rápidamente a personas que buscan refugio.
Argumentos legales de ambas partes
Acciones de la Administración Trump
La Administración Trump ha defendido la deportación rápida de venezolanos señalando que la presencia de miembros de bandas criminales representa una amenaza pendiente. En el caso de G.M.G., su argumento principal descansa en los símbolos tatuados, que a ojos de las autoridades podrían indicar membresía en TDA. Funcionarios federales aseguran que el presidente tiene autoridad total, bajo la Alien Enemies Act, para suspender procesos migratorios regulares en situaciones donde la seguridad del país podría estar en riesgo.
Sin embargo, al analizar estos argumentos, es importante recordar que la mayoría de las veces, los tatuajes pueden tener distintos significados personales o culturales y no siempre representan afiliación criminal. Hay dudas razonables sobre la validez de interpretar este tipo de detalles como pruebas contundentes.
Defensa de la ACLU y preocupaciones por el debido proceso
La ACLU ha presentado una demanda de emergencia en el tribunal federal, señalando que la utilización de una ley de guerra para deportar a solicitantes de asilo viola derechos básicos de proceso justo. Citando la Constitución de Estados Unidos 🇺🇸, la organización sostiene que todo individuo, sin importar su estatus migratorio, merece un proceso transparente y la oportunidad de presentar pruebas, testigos y argumentos en su defensa.
En la audiencia inicial, el juez de inmigración aceptó los señalamientos del gobierno sobre la supuesta relación de G.M.G. con TDA, negándole incluso el derecho a fianza. Sin embargo, no le permitió declarar ni aportar pruebas propias. Este punto ha generado críticas por parte de la ACLU, quienes lo consideran una clara violación de los principios constitucionales de justicia. “La intención de la Administración Trump de usar una autoridad de tiempos de guerra para hacer cumplir las leyes migratorias es tan inédita como contraria a la ley… No existe acción militar extranjera involucrada, lo que hace que estas medidas no solo sean ilegales, sino un ataque directo a los derechos fundamentales”, afirmó Lee Gelernt, subdirector del Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de la ACLU.
Además, la ACLU subraya que hasta la fecha no se ha presentado ninguna prueba concreta que vincule a G.M.G. con actividades criminales. Argumenta que deportarlo sin escuchar su caso sería ignorar la base del sistema judicial estadounidense, que prioriza el derecho a ser oído y juzgado solamente con pruebas claras.
Estado actual del proceso judicial
El 5 de mayo, la jueza de distrito Melissa DuBose ordenó al gobierno federal que no traslade ni deporte a G.M.G. de Rhode Island sin darle al menos 48 horas de aviso por escrito. Esta medida cautelar da tiempo mientras se resuelve la demanda de la ACLU y evita una deportación inmediata. La organización también ha solicitado una orden de restricción temporal adicional, que busca ampliar la protección para que no solo G.M.G. sino también otros venezolanos en situaciones similares tengan derecho a audiencia completa.
En paralelo a la demanda federal, el caso de asilo político de G.M.G. sigue su curso ante el tribunal de inmigración de Massachusetts, con audiencia programada para el 15 de mayo. Esto añade otro nivel de complejidad, ya que una decisión en la demanda federal podría cambiar las políticas que afectan no solo a este barbero venezolano, sino también a muchos otros inmigrantes en riesgo de deportación rápida bajo la actual política.
Contexto legal y social más amplio
Este caso ha puesto el foco en el debate nacional sobre los poderes presidenciales y los derechos de los inmigrantes. La principal preocupación de defensores y expertos es que, al permitir el uso de la Alien Enemies Act en tiempos de paz, se abra la puerta a deportaciones rápidas y sin supervisión judicial adecuada para miles de personas. Además, hay temor de que alegaciones poco fundamentadas, como simples tatuajes, puedan servir como base para decisiones de vida o muerte, como lo sería una deportación a un país donde se teme persecución o violencia.
Los tribunales federales ya han limitado con anterioridad la aplicación de estas políticas. Por ejemplo, se bloquearon deportaciones similares desde centros de Texas luego de que jueces determinaran que se estaba negando el debido proceso. Muchos otros casos similares se encuentran en distintas etapas de revisión en las cortes federales, mientras organizaciones como la ACLU continúan desafiando estas prácticas.
Opinión pública y temor en las comunidades inmigrantes
La preocupación se extiende más allá del sistema judicial. Para la comunidad venezolana y otras migrantes en Estados Unidos 🇺🇸, el caso de G.M.G. es un recordatorio de la vulnerabilidad de quienes dependen del proceso de asilo y las protecciones constitucionales. Muchos inmigrantes sienten miedo de expresar sus historias o incluso de portar símbolos personales que puedan ser malinterpretados.
Además, la decisión de la Administración Trump de usar una ley de tiempos de guerra en tiempos de paz genera temor sobre dónde se marca el límite del poder presidencial. Existen preguntas sobre si otras comunidades inmigrantes podrían ser objetivo de medidas similares en el futuro.
El papel de la comunidad y organizaciones de defensa
Frente a este escenario, organizaciones defensoras de los derechos civiles y de inmigrantes han incrementado sus esfuerzos para informar, acompañar y representar a quienes enfrentan procesos de deportación acelerada. La ACLU, en particular, ha puesto recursos legales y humanos para defender el derecho de todos los inmigrantes a tener un proceso justo. Puedes encontrar más información sobre protecciones legales y los derechos de los inmigrantes en la página oficial del Departamento de Justicia de Estados Unidos que regula los procesos migratorios.
Además, la presión pública y la solidaridad comunitaria han demostrado ser herramientas importantes para lograr que se respeten los derechos constitucionales y se detengan deportaciones injustas.
Posibles consecuencias e impacto a largo plazo
Este caso podría sentar un precedente importante para el futuro de la política migratoria en Estados Unidos 🇺🇸, afectando no solo a los venezolanos, sino potencialmente a todos los inmigrantes que solicitan asilo. Si los tribunales concluyen que se puede usar la Alien Enemies Act en tiempos de paz, el presidente tendría una herramienta poderosa para controlar los flujos migratorios, incluso cuando no haya guerra.
Por otro lado, si la demanda de la ACLU prospera, se reforzaría la importancia del debido proceso y la protección constitucional de los inmigrantes, estableciendo límites claros a las facultades presidenciales.
La próxima audiencia de G.M.G., programada para el 15 de mayo, será clave. Allí se determinará no solo su destino particular, sino también los límites de la autoridad presidencial respecto a políticas de emergencia aplicadas a inmigrantes durante tiempos de paz.
Reflexión final
El caso del barbero venezolano en Rhode Island es mucho más que un asunto individual. Representa el choque entre poderes ejecutivos extraordinarios y los derechos civiles básicos en Estados Unidos 🇺🇸. También muestra las dificultades que enfrentan los inmigrantes que llegan en busca de protección, solo para encontrar obstáculos legales inesperados.
Por el momento, la deportación está suspendida mientras se resuelve el caso judicial. Sin embargo, sigue latente la pregunta sobre cómo se deben tratar las personas que huyen de la violencia y la persecución política, y qué garantías mínimas deben tener en el país que buscan llamar hogar.
Para muchos, la esperanza está en la acción de tribunales independientes y en la fuerza de organizaciones como la ACLU, que mantienen viva la defensa del debido proceso y los derechos humanos, incluso ante poderes ejecutivos agresivos como los de la Administración Trump.
La evolución de este caso, y de otros similares, definirá el alcance de los derechos de los inmigrantes por muchos años, y determinará hasta dónde puede llegar la autoridad presidencial en nombre de la seguridad nacional. Las próximas semanas serán decisivas, tanto para G.M.G., el barbero venezolano, como para el rumbo de la política migratoria estadounidense en general.
Aprende Hoy
Ley de Extranjeros Enemigos → Ley estadounidense de 1798 que permite al presidente detener o deportar a extranjeros de países enemigos en guerra.
Debido proceso → Garantía legal que exige un proceso justo, con audiencias, pruebas y defensa antes de privar derechos o libertades.
Asilo político → Protección solicitada en otro país por temor a persecución en el país de origen.
Centro de detención Wyatt → Instalación en Rhode Island donde se retiene a inmigrantes mientras se resuelven sus casos.
Tren de Aragua → Banda criminal venezolana señalada por actividades violentas; su supuesta vinculación afecta casos migratorios.
Este Artículo en Resumen
Un barbero venezolano en Rhode Island enfrenta deportación bajo la Ley de Extranjeros Enemigos, aplicada por la Administración Trump en tiempos de paz. La ACLU desafía su uso, alegando violaciones al debido proceso y derechos constitucionales. El caso puede fijar precedentes sobre el alcance presidencial en la política migratoria estadounidense.
— Por VisaVerge.com
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