Puntos Clave
• Más de 11,000 empleos de resorts se cubren anualmente con visas J-1 y H-2B, principalmente con la J-1.
• Un memo de abril 2025 propone eliminar los programas de intercambio J-1, generando preocupación en la industria.
• La falta de trabajadores J-1 podría forzar a resorts a recortar servicios y afectar economías locales de montaña.
El futuro de los programas de trabajo con visa J-1 está generando gran preocupación dentro de la industria de esquí en Estados Unidos 🇺🇸. Para resorts de montaña y destinos turísticos que dependen mucho de la dotación de personal estacional, los posibles cambios políticos y legales en torno a las visas J-1 pueden afectar toda la temporada de invierno e incluso la economía de las pequeñas comunidades de montaña. A continuación, analizamos en profundidad cómo estos cambios podrían impactar tanto a los empleadores como a los trabajadores internacionales y locales.

Dependencia de la industria de esquí en trabajadores con visa J-1
Durante años, la industria de esquí en Estados Unidos 🇺🇸 ha dependido de trabajadores extranjeros que llegan principalmente con visas J-1 y H-2B. Estos programas permiten que miles de jóvenes y adultos vengan, por tiempo limitado, a trabajar en diferentes áreas de los resorts: desde operaciones de los medios de elevación hasta limpieza, restaurantes, recepción y actividades infantiles.
Según datos recientes, cerca de 11,000 puestos en centros de esquí de Estados Unidos 🇺🇸 cada temporada se cubren usando visas J-1 o H-2B, siendo la mayoría con la visa J-1, conocida oficialmente como “Exchange Visitor Program”. Esta visa no solo suple una necesidad de dotación de personal estacional, sino que también significa una experiencia cultural tanto para los visitantes extranjeros como para las comunidades que los reciben.
Muchos centros de esquí se localizan en áreas rurales o alejadas de las grandes ciudades. En estos pueblos pequeños, el costo de vida suele ser muy alto, mientras que el número de posibles empleados locales es limitado. Además, la competencia de otros empleadores, como restaurantes de comida rápida y estaciones de gasolina, hace que sea todavía más difícil para los resorts cubrir sus vacantes con trabajadores estadounidenses. Por eso, los resorts dependen año tras año de los programas de visas laborales de corta duración.
El impacto económico y operativo de la falta de trabajadores J-1
No solo se trata de cubrir puestos de trabajo. Los trabajadores internacionales con visa J-1, aparte de realizar labores esenciales, ayudan a sostener la economía local durante la temporada alta de turismo. Gastan buena parte de su salario en negocios del área, como supermercados, transporte local y actividades fuera del horario de trabajo. Este gasto beneficia directamente a pequeñas tiendas y restaurantes del pueblo, ayudando a mantener empleos y servicios para los propios residentes.
Cuando por alguna razón faltan estos trabajadores —como sucedió durante algunas restricciones impuestas en años anteriores— los resorts de esquí han enfrentado problemas serios. Se han visto obligados a reducir horarios, disminuir servicios o incluso cerrar algunas atracciones porque simplemente no hay suficiente personal. Esto puede arruinar la experiencia de los turistas que viajan largas distancias para esquiar y relajar en la montaña, afectando la reputación del resort y las ganancias de todo el sector.
VisaVerge.com menciona que casi un tercio de toda la fuerza laboral de centros de esquí pequeños y medianos en Estados Unidos 🇺🇸 se cubre con trabajadores extranjeros que llegan por medio de la visa J-1 cada invierno. El simple temor a perder esta fuente de trabajadores ya genera nerviosismo entre quienes dependen de la dotación de personal estacional.
Riesgos políticos y amenazas para el programa J-1
En abril de 2025, un memo interno del Departamento de Estado propuso eliminar todos los programas de intercambio educativo y cultural administrados por esa entidad, incluyendo los programas J-1 Work & Travel e Intern. Si esta propuesta se hiciera realidad, impactaría de forma directa la capacidad de hoteles, restaurantes y, especialmente, resorts de esquí de contratar personal temporal durante sus meses más ocupados.
Aunque por ahora esta amenaza es solo una propuesta y faltan varios pasos legales y políticos antes de que algo cambie —como acuerdos entre agencias federales y aprobación del Congreso— el simple hecho de plantearlo ya encendió las alarmas en la industria. Diversos gremios y empleadores están recomendando buscar otras fuentes de personal para evitar quedarse sin trabajadores si el gobierno decide eliminar o modificar los programas J-1.
No es la primera vez que un gobierno, sin importar si es de tendencia demócrata o republicana, pone bajo la lupa los programas de trabajo para extranjeros temporales. Existe un debate constante en torno a la inmigración laboral, aunque en muchos casos hay apoyo bipartidista cuando se trata de los centros de esquí y turismo rural, dada su importancia económica para estos pueblos.
El punto de vista desde dentro de la industria
Muchos actores dentro de la industria de esquí defienden el uso de trabajadores extranjeros. Sostienen que pagan salarios competitivos, pero que aún así no logran cubrir el total de vacantes con personal local. Señalan que la mayoría de estos trabajos son de corta duración, en lugares alejados y con altos costos de vivienda, lo que desalienta tanto a jóvenes estadounidenses como a personas que podrían mudarse temporalmente. Por ejemplo, una cita recogida en los reportes dice:
“Si no puedes llenar la mayoría de tus vacantes sin estas visas, probablemente es porque los sueldos no son muy buenos… En un mercado donde la renta sube siempre… ¿por qué alguien debería trabajar por varios dólares menos en una estación de esquí que en un restaurante de comida rápida o una gasolinera?”
Por otro lado, quienes critican la dependencia en la visa J-1 argumentan que algunos empleadores prefieren contratar trabajadores internacionales porque así evitan aumentar salarios u ofrecer mejores beneficios para atraer a estadounidenses. Creen que el acceso sencillo a mano de obra extranjera hace que no se preocupe tanto por mejorar las condiciones laborales.
Sin embargo, la mayoría de los gerentes de resorts sostiene que, aun haciendo esfuerzos importantes para pagar bien, no logran suficientes empleados locales dispuestos a ocupar estas posiciones de temporada. Mencionan, además, que no se trata solo de cuánto pagan, sino de que mucho personal potencial no está dispuesto a mudarse a zonas donde la vivienda y los servicios pueden ser el doble de caros que en las ciudades.
Tabla resumen de los puntos clave
Tema principal | Descripción breve |
---|---|
Uso de mano de obra extranjera | Más de 11,000 posiciones cubiertas cada año en centros de esquí usando las visas J-1 y H-2B |
Falta de personal local | El aislamiento y costo alto complican encontrar suficientes estadounidenses para la temporada |
Impacto económico | Los trabajadores internacionales ayudan a mover el dinero en pueblos pequeños de montaña |
Cambios y amenazas políticas | Propuestas de terminar o modificar el programa J-1 ponen todo el modelo en riesgo |
Llamado a buscar otras opciones | La industria quiere diversificar, pero advierte que sin el J-1 el impacto podría ser devastador |
Consecuencias inmediatas y a futuro
Mientras dura el debate político sobre el futuro de las visas J-1, la incertidumbre ya impacta los planes de los resorts de esquí. Muchos están elaborando planes alternos, como intentar contratar más personal estadounidense, aunque la realidad indica que esto puede ser casi imposible en ciertas zonas y bajo las condiciones actuales.
Si llegaran a eliminar el programa J-1 o reducir el número de visas, muchas empresas podrían verse forzadas a reducir operaciones, acortar la temporada o simplemente cerrar ciertos servicios durante el invierno. Esto afectaría no solo a los empleadores y turistas, sino a comerciantes, dueños de casas y trabajadores de negocios locales que dependen del flujo de visitantes y de quienes llegan a trabajar cada invierno.
A largo plazo, esta situación podría llevar a:
- Menor gasto local, limitando las opciones de negocios en las áreas turísticas.
- Menos oportunidades de empleo para los residentes de pueblos pequeños, ya que los centros turísticos aportan mucho movimiento y trabajo indirecto.
- Una experiencia menos atractiva para quienes viajan a esquiar, ante la falta de personal suficiente para mantener todo en marcha. Hoteles, restaurantes y escuelas de esquí podrían ver afectada su reputación si los servicios fallan.
El debate sobre salarios y condiciones
La discusión pública, con voces a favor y en contra, gira muchas veces alrededor del tema salarial. Mientras que algunos creen que mejorar el sueldo y las condiciones de vida puede atraer a más estadounidenses a estos puestos de dotación de personal estacional, otros consideran que ni aún con salarios más altos se resolvería el problema, ya que para muchas personas las barreras de mudanza, alojamiento y vida en zonas apartadas son demasiado grandes.
Los empleadores, por su parte, argumentan que, incluso pagando mejor que otros comercios del área, no logran cubrir la demanda de mano de obra necesaria para la temporada invernal. Además, tener una fuerza laboral internacional también ayuda a ofrecer una experiencia cultural más rica a los visitantes, que pueden interactuar con personas de todo el mundo.
Diversificación y el llamado urgente a proteger el programa J-1
La industria de esquí reconoce la urgencia de diversificar y buscar alternativas, como otros tipos de visas o alianzas con programas de pasantías nacionales. Incluso se ha especulado sobre incentivos para atraer a más trabajadores americanos, pero advierten que ninguna otra solución a corto plazo sería tan efectiva como mantener abiertos los programas de visa J-1, dada la experiencia, el número de personas y la flexibilidad que estas ofrecen.
Por ahora, los empleadores y asociaciones del sector están dialogando con legisladores y autoridades federales para explicar la importancia económica del J-1. Insisten en que estos trabajadores no “quitan” trabajos a los americanos, sino que permiten mantener a flote destinos turísticos pequeños donde simplemente no hay suficientes personas locales interesadas o disponibles.
¿Qué pueden hacer los empleadores y trabajadores interesados?
Tanto quienes operan centros de esquí como quienes desean aplicar para una visa J-1 deberían mantenerse atentos a las decisiones del gobierno y comenzar a explorar alternativas, como reclutamiento temprano, búsqueda de vivienda compartida y coordinación con universidades americanas para promover pasantías en el área turística.
Si quieres conocer detalles oficiales sobre el programa J-1 y sus requisitos, puedes visitar la página oficial del Departamento de Estado de Estados Unidos donde está toda la información actualizada sobre el proceso de postulación, derechos y obligaciones de los empleadores y trabajadores.
Resumen: una incertidumbre que afecta mucho más que a los resorts
En conclusión, la discusión sobre el futuro de la visa J-1 pone en jaque a toda la industria de esquí en Estados Unidos 🇺🇸. No se trata solo del número de trabajadores, sino del papel que juegan en mantener vivas pequeñas comunidades, dinamizar la economía local y permitir que el turismo de invierno siga funcionando. La dotación de personal estacional es la base sobre la que funciona desde el hotel más grande hasta la cafetería más pequeña en estos destinos, y la falta de claridad sobre las reglas del juego mantiene a todos —empleadores, trabajadores y vecinos— en vilo.
Como señala el análisis de VisaVerge.com, proteger el acceso a la visa J-1 significa mucho más que asegurar un permiso de trabajo: es cuidar el tejido económico y social de pueblos enteros que dependen del turismo de nieve para sobrevivir durante el año. Mientras siga la incertidumbre política, la industria seguirá abogando por leyes claras, flexibles y que permitan mantener el equilibrio entre oportunidad laboral y crecimiento de la comunidad local.
Aprende Hoy
Visa J-1 → Permiso estadounidense que permite a visitantes extranjeros trabajar temporalmente en EE.UU. como parte de un programa de intercambio cultural.
Visa H-2B → Visa estadounidense para contratar trabajadores extranjeros en empleos temporales y no agrícolas, común en el turismo y la hostelería.
Dotación de personal estacional → Contratación de trabajadores solo por temporadas pico, como el invierno en centros de esquí, para cubrir demanda temporal.
Programa Exchange Visitor → Iniciativa del Departamento de Estado de EE.UU. que promueve intercambios laborales y culturales temporales.
Memo interno → Comunicación oficial, generalmente confidencial, que anticipa posibles cambios en políticas o procedimientos dentro de una organización.
Este Artículo en Resumen
La industria de esquí en EE.UU. depende de la visa J-1 para cubrir puestos esenciales cada invierno. Una propuesta para eliminar este programa amenaza recortar servicios, cerrar operaciones y perjudicar la economía de pueblos pequeños. Sin la J-1, resorts y comercios locales pueden enfrentar serios problemas en plena temporada.
— Por VisaVerge.com
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