Puntos Clave
- El 13 de octubre de 2025 SpaceX voló Starship con miles de baldosas retiradas, exponiendo acero a más de 1.400°C.
- La misión cumplió “every major objective”: ascenso completo, simulación de aterrizaje del propulsor y despliegue de ocho simuladores Starlink.
- Super Heavy B15 empleó 33 Raptors con la secuencia 13-5-3; 24 motores eran probados en vuelo y hubo hover antes del amerizaje.
(UNITED STATES) SpaceX llevó a cabo este 13 de octubre de 2025 una prueba sin precedentes que, para muchos ingenieros aeroespaciales, roza la “locura” calculada: lanzar Starship con secciones críticas de su escudo térmico retiradas, exponiendo el armazón de acero inoxidable a un reingreso en condiciones superiores a los 1.400°C. El objetivo no era lograr un éxito convencional, sino empujar al límite el sistema de protección térmica y recoger datos sobre cómo se comporta la estructura cuando recibe un calentamiento de plasma directo durante el reingreso atmosférico. Se trata, en palabras de SpaceX, de la prueba más extrema realizada hasta la fecha, la décima primera misión de Starship, diseñada para observar cómo resiste un escenario de fallo en el escudo y para entender las complejas dinámicas de la protección térmica durante un retorno de alta velocidad hacia la Tierra.

La prueba consistió en retirar deliberadamente miles de baldosas cerámicas aislantes que componen el escudo térmico de Starship, dejando partes de la carrocería expuestas para simular fallos de aislamiento en las secciones críticas y observar el daño resultante. SpaceX no buscaba un resultado de “éxito” en el sentido tradicional; el propósito era someter el vehículo a condiciones extremas para recoger datos que permitan afinar el diseño de futuras versiones. Según el informe de misión oficial de SpaceX, la prueba logró
“every major objective,”
entre ellos un ascenso de duración total, una simulación de aterrizaje exitosa del propulsor y el despliegue de cargas de prueba Starlink, además de un relight del motor en el espacio que la empresa describe como crucial para misiones lunares y planetarias futuras. El propio resumen de la misión señala que Starship reingresó a la atmósfera terrestre, ejecutó una maniobra de giro dinámico y reunió
“extensos datos sobre el rendimiento de su escudo térmico cuando fue intencionalmente estresado.”
A su llegada, la nave llevó a cabo una secuencia de aterrizaje que incluyó un giro de desembarque y un amerizaje controlado en el Océano Índico, simulando de manera fiel la trayectoria prevista para retornos futuros a Starbase, Texas.
Acompañando a la nave principal, el propulsor Super Heavy B15 llevó a cabo innovaciones relevantes: equipado con 33 motores Raptor alimentados con metano, de los cuales 24 eran motores probados en vuelo, utilizó una nueva secuencia de aterrizaje 13-5-3 para proporcionar redundancia ante posibles apagados de motores. Esta secuencia se ejecutó con éxito, incluso con un breve vuelo de hover sobre el agua antes del splashdown, un detalle que SpaceX destacó como indicio de la fiabilidad que la empresa quiere demostrar a medida que avanza hacia operaciones de reuso más agresivas. En el interior de la misión, la etapa superior completó un encendido de duración total y desplegó ocho simuladores Starlink, añadiendo que se logró su “tercera relight exitoso en el espacio,” una capacidad que SpaceX considera crucial para misiones futuras de exploración lunar y más allá.
La prueba también marcó la transición entre generaciones de hardware: fue la última misión de la actual segunda generación y el último lanzamiento desde la Rampa 1 en Starbase, antes de avanzar hacia la arquitectura Starship V3, que representa el siguiente salto en el diseño de la nave y sus gestos de ingeniería. La narrativa oficial de SpaceX describe la prueba como un
“estudio de fallos de alta fidelidad deliberado,”
al tiempo que subraya su filosofía de “data-driven iteration” y la voluntad de probar sistemas complejos en vuelo más allá de lo que pueden revelar los simuladores. En este sentido, la empresa dejó claro que su objetivo no es evitar el riesgo, sino aprender de fallos reales para acelerar las mejoras de diseño.
En el plano técnico, la deliberada exposición de la carrocería al calor extremo permitió a SpaceX capturar una amplia diversidad de datos sobre la respuesta del sistema de protección térmica bajo condiciones de reentrada donde el calor es extremo y la estructura sufre tensiones dinámicas. La atmósfera, con la fricción y la ionización del plasma, impone una serie de cargas térmicas idóneas para entender no solo la integridad de la capota y el esqueleto de la nave, sino también la interacción entre el escudo térmico y las paredes de acero que lo protegen. El plan era claro desde el inicio: observar cómo la combinación de una configuración con agujeros deliberados en el escudo y la reentrada a alta velocidad influye en la integridad de la estructura y, a partir de ahí, ajustar las rutas de reingreso y las estrategias de protección para las futuras misiones.
El test, aunque ambicioso, se ejecutó sin incidencias en el equipo humano directo, ya que la misión fue no tripulada y enfocada en la recolección de datos técnicos. No obstante, su alcance ha generado un amplio debate en la comunidad aeroespacial sobre la viabilidad de un diseño que confía en la recopilación de datos de fallos para acelerar el desarrollo y los ciclos de prueba. En la práctica, SpaceX busca demostrar que una serie de pruebas de alto riesgo, cuando se acompañan de una recopilación de datos minuciosa, pueden convertir lo que otros considerarían un fallo catastrófico en un paso fundamental hacia mejoras de diseño y mayor seguridad operativa para misiones de alta exigencia.
La relevancia de este experimento trasciende la prueba en sí. Los datos obtenidos sobre el comportamiento del sistema de protección térmica son vistos como decisivos para la conformación de Starship V3 y, en particular, para las misiones humanas que la NASA planea en su programa de sistema de aterrizaje humano, en el que Starship está previsto para transportar astronautas hacia y desde la superficie lunar. En la conversación técnica que ha seguido al anuncio, varios ingenieros han señalado que la serie de pruebas de alta fidelidad aporta un mapa de riesgos que podría acelerar la resolución de vulnerabilidades que, de otro modo, podrían tardar años en identificarse a través de simulaciones y pruebas parciales.
“every major objective” no es solo un listado de logros; es un marco que SpaceX utiliza para justificar la metodología de su programa, que abarca desde la recolección de datos de un sistema que todavía está en evolución hasta la verificación de la robustez de sus componentes clave ante condiciones extremas.
El informe de misión subraya que el relight del motor en el espacio
“demonstrated a critical capability for future deorbit burns,”
una frase que SpaceX cita para argumentar que la capacidad de reencendido y control de la trayectoria es un distintivo que no solo amplía las posibilidades de reingreso, sino que fortalece la seguridad y la fiabilidad de los planes para misiones de regreso desde órbitas de exploración.
En términos de alcance y calendario, este hito se inscribe en una etapa de transición tecnológica prevista por SpaceX para consolidar la estrategia de Starship. El conjunto de datos recogidos, según la empresa, alimentará la próxima generación de la nave, que ya se está conceptualizando para la arquitectura Starship V3. A falta de informes detallados que desglosen las observaciones numéricas y las medidas específicas de cada componente expuesto al calor, la lectura general es clara: el equipo de SpaceX está dispuesto a empujar los límites para forjar un camino más directo hacia una reutilización eficiente y una mayor capacidad de carga útil para misiones profundas al espacio.
La atmósfera de ambición que rodea a SpaceX no es nueva, pero sí su enfoque de aprendizaje a través de la experimentación. El énfasis en el “data-driven iteration” y la insistencia en realizar pruebas con escenarios extremos han generado tanto elogios como críticas dentro de la industria, pero la empresa insiste en que este tipo de evaluaciones son necesarias para convertir teorías en capacidades prácticas, para que el escudo térmico de Starship, el sistema de protección térmica y las estructuras que lo sostienen puedan soportar las exigencias de misiones que, hoy por hoy, están más cerca de la ciencia ficción que de la rutina espacial.
Con 13 de octubre de 2025 como fecha de referencia, la exploración de límites se mantiene en el centro de la agenda de SpaceX. A medida que la compañía avanza hacia la fase de Starship V3, el foco está en convertir las lecciones de este ensayo de alta fidelidad en mejoras tangibles que hagan que futuras misiones sean más seguras, más eficientes y, sobre todo, más rápidas de concebir y ejecutar. El ecosistema de proveedores, agencias y socios en el espacio observa con atención: cada punto de datos, cada imagen de la superficie expuesta, cada registro de la temperatura y de la respuesta de la estructura aporta a un cuadro más amplio sobre cómo podría operarse un vehículo reutilizable para desplazar humanos y carga útil entre la Tierra y destinos más lejanos.
En última instancia, la prueba de este 13 de octubre de 2025 sitúa a SpaceX en una posición de liderazgo, al menos en términos de audacia y de volcar el conocimiento experimental en diseño práctico. No es solo la noticia de un lanzamiento que ha seguido su curso sin incidentes en la superficie; es la revelación de un enfoque que pretende convertir lo imposible en una ruta factible para la exploración humana sostenida. A la vista están, en apariencia, los contornos de una era en la que el escudo térmico de Starship y su sistema de protección térmica ya no serán simples componentes de un proyecto audaz, sino piezas centrales de una arquitectura de viaje interplanetario que intenta hacer posible que los humanos lleguemos más lejos, de forma más rápida y con mayores garantías de seguridad. Y mientras la conversación técnica continúa, las palabras de SpaceX resuenan en la comunidad espacial:
este no es un fracaso; es una prueba estratégica que, en su análisis posterior, promete convertir el conocimiento en progreso tangible para las próximas misiones de la humanidad al borde de la frontera final.
Aprende Hoy
Escudo térmico → Capa de baldosas y materiales diseñados para proteger la nave del calor extremo durante el reingreso atmosférico.
Raptor → Motor cohete alimentado con metano usado en Super Heavy y Starship, capaz de reiniciarse en el espacio.
Relight (reencendido) → Arranque de un motor en el espacio para realizar quemados adicionales de órbita o desorbitar la nave.
Este Artículo en Resumen
SpaceX el 13 de octubre de 2025 voló Starship con secciones del escudo térmico retiradas para exponer acero a más de 1.400°C y recoger datos de fallo real. La misión alcanzó todos los objetivos: ascenso completo, simulación de aterrizaje del propulsor B15 con secuencia 13-5-3, despliegue de ocho simuladores Starlink y tercera relight en el espacio. El experimento ofrecerá datos críticos para diseñar Starship V3 y cumplir requisitos de misiones tripuladas como las de la NASA.
— Por VisaVerge.com
