Puntos Clave
- Aranceles del 10%–25% desde enero de 2025, con 25% para mercancía mexicana, elevan costos de insumos.
- Arrestos de ICE aumentaron 22% entre enero y julio de 2025, reduciendo la asistencia a mercados populares.
- Casi 90% de negocios latinos en Wisconsin no emplean a nadie, dejando a propietarios vulnerables ante choques.
(WISCONSIN, UNITED STATES) A menos de un año de que el gobierno de Estados Unidos intensifique su agenda migratoria y económica, dos voces destacadas de la comunidad latina emprendedora de Wisconsin dicen que las Políticas de Trump están golpeando directamente a sus negocios y a sus clientes. Juan Corpus, director ejecutivo de la Wisconsin Latino Chamber of Commerce, y Nataly Andrade, cofundadora de Mercadera Market, sostienen que los aranceles y la vigilancia migratoria están encareciendo los costos, reduciendo la actividad comercial y sembrando miedo en las plazas donde las empresarias latinas suelen vender sus productos. Sus testimonios presentan un cuadro detallado de cómo una combinación de medidas —tarifarias y de cumplimiento migratorio— está alterando cadenas de suministro, precios al consumidor y la capacidad de las pequeñas empresas para sobrevivir en un entorno competitivo.

Corpus explicó a través de sus palabras que el costo adicional derivado de los aranceles llega a los productos que muchas empresas latinas importan para su producción.
“From a tariffs perspective, those downstream costs impact Latino businesses, like all the other businesses. Those resources to build or make our products become higher, then that cost has to be passed off to somebody else.”
Acompañó su análisis con una advertencia sobre la fragilidad de los ahorros personales que sostienen a muchas de estas empresas:
“If for whatever reason you encounter challenges, you’ve now drained your only safety net.”
Sus comentarios destacan cómo el incremento de costos, que muchos atribuyen a la era de aranceles que comenzó a fines del año anterior y se ha intensificado este año, golpea a una parte del tejido económico local que ya opera con márgenes estrechos y alta dependencia de insumos importados.
Andrade, por su parte, traza un mapa de efectos prácticos sobre emprendedoras y pequeñas vendedoras que participan en Mercadera Market, un espacio que históricamente ha servido como plataforma para la venta de mercancías de artesanas y pequeños comercios de la comunidad latina.
“I was just talking to one (vendor) yesterday. He’s had packages on hold since August. He hasn’t been able to ship new merchandise to sell.”
Andrade también señala un fenómeno adicional: la caída en la asistencia a los eventos del mercado, provocada por el miedo a las operaciones de inmigración.
“There have been years where we’ve hosted more than 30 markets a year and just provided safe spaces for women to show up and sell their goods. But now we’ve found that people aren’t attending to support local talent as much as they used to because people may be afraid of showing up in public spaces.”
Sus palabras pintan un escenario en el que la certidumbre de poder comerciar se ve eclipsada por la preocupación por estar expuestos a controles y revisiones que podrían interrumpir la actividad comercial de las emprendedoras.
En el cuadro de políticas y efectos, las cifras aportadas por Corpus y Andrade encajan con un relato más amplio sobre un entorno económico que se siente menos predecible para una comunidad que, según investigaciones de origen local, ha hecho de Wisconsin un polo de crecimiento en la población latina. Desde el inicio de este año, señalan, se ha impuesto o propuesto una batería de medidas que complican los costos operativos de las empresas que importa productos desde México y otros países latinoamericanos. En palabras de Corpus, las tensiones del costo de insumos se trasladan a los precios finales para los clientes, un resultado directo de aranceles que han estado en el rango entre 10% y 25%, con el 25% apuntando específicamente a mercancías de México, una medida que, según él, eleva “los costos de los productos y la necesidad de trasladarlos al consumidor”.
La narración de los entrevistados se ve acompañada por datos que refuerzan la preocupación de que estas dinámicas afecten de manera desproporcionada a las empresas latinas que operan en Wisconsin, donde, como señalan estudios académicos, la presencia de negocios hispanos ha crecido notablemente en décadas recientes. Un informe de la Universidad de Wisconsin–Madison, publicado en 2024, indica que el número de negocios propiedad de latinos en Wisconsin creció de forma significativa entre 1997 y 2012, y que casi el 90% de esas empresas no emplean a nadie. Este contexto hace más visible el impacto de las tensiones comerciales y migratorias sobre una base empresarial que ya se caracteriza por su vulnerabilidad estructural, pues en muchos casos se apalancha en ahorros personales y redes comunitarias para sostener operaciones, inversiones y puestos de trabajo.
El peso de la vigilancia migratoria se hace sentir también en las experiencias cotidianas de trabajadores y clientes. Corpus señaló que hay miembros de la comunidad que ahora actúan como conductores o choferes para familiares o amigos que temen salir de casa por posibles acciones de las autoridades migratorias.
“I have certain community members, friends, where they are now acting as the drivers, chauffeurs for family members or close friends that are scared to go out.”
Andrade corroboró que ese miedo ha llevado a una menor presencia en los mercados públicos, lo que a su vez se traduce en menos ventas y menor visibilidad para los productos de vendedores latinos locales.
El alcance de estas dinámicas se resume en un conjunto de cifras que, si bien deben entenderse dentro de un marco local, resuenan en el discurso nacional sobre el impacto de las Políticas de Trump en comunidades hispanas y en la economía ligada al comercio binacional. La propia cronología de aranceles subraya que, desde enero, la imposición o propuesta de aranceles que oscilan entre el 10% y el 25% ha afectado especialmente a importadores de Latinoamérica, con el mayor peso para las mercancías provenientes de México. En Wisconsin, las cifras de control migratorio muestran un incremento de detenciones por parte de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) del 22% entre enero y julio de este año en comparación con el año anterior, un indicador que, en palabras de Corpus, sugiere que la presión de las políticas migratorias
“está afectando el comportamiento de consumo y la participación de la gente en la vida pública”.
La experiencia de Mercadera Market —una plataforma que antes albergaba más de 30 mercados al año— ilustra también el costo emocional y social de estas políticas. Andrade dice que la reducción de eventos no es solo una cuestión de ventas, sino de espacios de seguridad para mujeres emprendedoras que, tradicionalmente, han encontrado en estos mercados una forma de sostener su autonomía económica y su identidad comunitaria. Este dato concreto contrasta con la realidad de las empresas latinas que no solo deben enfrentar fluctuaciones de demanda, sino también el dilema de si sus clientes y proveedores estarán disponibles para cerrar tratos en circunstancias de mayor vigilancia y maiores costos logísticos.
En un contexto más amplio, estas experiencias se presentan frente a cifras de base más amplia sobre el crecimiento del comercio internacional de pequeñas empresas latinas. Un segmento significativo de estas empresas depende de importaciones para abastecer su oferta y mantener competitividad en precios, por lo que aranceles elevados y retrasos en la cadena de suministro hacen que la rentabilidad se vea comprometida. La necesidad de ajustar precios para cubrir costos más altos es una realidad que afecta no solo a los propietarios de negocios, sino también a los consumidores que ya enfrentan un panorama de precios más volátiles en productos básicos. En este sentido, las referencias a Políticas de Trump, al costo de los aranceles y a las políticas de inmigración adquieren una lectura concreta para las comunidades locales que, como señalan Corpus y Andrade, se esfuerzan por sostener un tejido económico y social que se sostiene en redes de confianza y cooperación entre empresarios, clientes y vecinos.
La conversación entre estas voces locales cobra un matiz adicional cuando se consideran los cambios de entorno económico y político a nivel nacional. Los datos mencionados por Corpus y Andrade se inscriben en un debate más amplio sobre cómo las políticas de Trump han reconfigurado la forma en que las pequeñas empresas latinas gestionan costos, riesgos y acceso a mercados. En Wisconsin, la experiencia de la comunidad latina de emprendedores no solo revela las tensiones de una frontera económica que se percibe como más rígida, sino que también subraya la resiliencia de quienes buscan oportunidades para sus familias, su gente y sus comunidades a pesar de un marco regulatorio que, a ojos de muchos, se ha vuelto más hostil.
Entre las voces que acompañan estas manifestaciones, la activista comunitaria Mireya Sigala, de Eau Claire, aporta una lectura que, aunque centrada en un nivel humano, amplifica la dimensión social de estas dinámicas. Sigala dijo que
“Trump’s mass deportation plans are inciting fear among immigrants throughout Wisconsin who are concerned about members of their communities being separated from friends, family members, and coworkers.”
Sus palabras recalcan que el miedo no es una abstracción: es una fuerza que puede afectar la disposición de la gente a participar en mercados comunitarios, a comprar productos locales o a colaborar con otros actores económicos en entornos que antes eran de convivencia y cooperación.
A nivel práctico, las referencias a las políticas y sus efectos se articulan a través de un conjunto de cifras que no deben perderse de vista: aranceles de hasta 25% sobre mercancía originaria de México desde enero de 2025; un aumento del 22% en detenciones de ICE en Wisconsin entre enero y julio de 2025 en comparación con el año anterior; Mercadera Market reduciendo su ritmo de operaciones de más de 30 mercados anuales a una realidad más contenida por el miedo a la vigilancia; y la memoria de una comunidad que ha visto crecer sus empresas desde finales de los años 90 y principios de los 2000, solo para enfrentar una realidad donde casi el 90% de esos negocios no emplea personal, una estadística que subraya la fragilidad de estos emprendimientos ante choques externos como políticas arancelarias o de migración.
En este marco, la narrativa local no puede separarse de un análisis más amplio sobre cómo las políticas migratorias y económicas de alto perfil influyen en las decisiones de negocio de los emprendedores latinos. Las declaraciones citadas de Corpus, Andrade y Sigala ofrecen una ventana clara a un fenómeno que no es circunstancial, sino estructural: para muchos dueños de pequeños negocios, cada carga arancelaria adicional o cada alerta de redadas migratorias no es una cuestión teórica, sino un costo directo que se suma a la factura diaria de operar una empresa en un entorno de incertidumbre. Los negocios latinos que ya se han visto empujados a depender de su propia reserva de ahorros para sostener operaciones ahora enfrentan una presión adicional: un entorno regulatorio que no solo determina si pueden vender sino si pueden existir de forma segura y sostenible en la comunidad donde trabajan.
La conversación continúa entre las líneas de la economía local y la identidad cultural de Wisconsin. En Mercadera Market, Andrade describe un cambio visible: la vibrante energía que caracterizaba las ventas en público se ha visto eclipsada por la cautela de los vendedores y compradores ante la posibilidad de encuentros en espacios que podrían atraer la atención de las autoridades. En la Wisconsin Latino Chamber of Commerce, Corpus advierte que el costo de hacer negocios en un marco de aranceles elevados no se limita a una transacción aislada; se extiende a la vida de las familias que dependen de esas empresas para sostenerse, a las redes de apoyo comunitario y a la cohesión social que ha definido a la comunidad latina en el estado durante décadas.
En última instancia, estas historias subrayan la necesidad de un debate más específico y focalizado sobre las políticas que, según los protagonistas, están afectando de forma directa a la economía local y a la vida cotidiana de muchas familias. Las políticas de Trump, especialmente en lo que respecta a aranceles y migración, están marcando un terreno que, para los negocios latinos, ya no es sólo una cuestión de precio o calidad de servicio, sino de capacidad para operar, competir y, en última instancia, sobrevivir. En Wisconsin, como en otros rincones del país, la ecuación entre comercio, inmigración y desarrollo económico se está resolviendo frente a ojos de una comunidad que —con su historia de crecimiento y resiliencia— está dispuesta a hacer frente a un entorno cambiante, a buscar soluciones y, cuando es posible, a construir puentes que permitan a estas mujeres emprendedoras seguir abriendo mercados, creando empleo y fortaleciendo sus propias comunidades.
Para entender mejor el alcance de estas dinámicas, los lectores pueden consultar las fuentes oficiales sobre las políticas que se mencionan a menudo en debates de Políticas de Trump y su impacto en comercio y migración. A nivel práctico, los actores locales insisten en la necesidad de políticas que reduzcan la incertidumbre para las pequeñas empresas y que mitiguen el efecto de aranceles y de las políticas de inmigración en la cadena de suministro y en la vida diaria de quienes trabajan en la economía informal y formal de Wisconsin. Mientras tanto, la historia de Juan Corpus y Nataly Andrade, con su carga de números y de vivencias personales, continúa abriéndose paso como un recordatorio de que las decisiones tomadas en despachos de política industrial y migratoria llegan a ser, para muchas familias, una cuestión de sustento y sobrevivencia. Y aunque las cifras advierten de desafíos, el espíritu de las comunidades latinas en Wisconsin —con su impulso emprendedor y su red de apoyo— persiste como una fuerza que, en medio de la polarización, busca soluciones concretas, prácticas y humanas.
Para quienes deseen profundizar en las implicaciones de estas dinámicas a nivel federal y nacional, el enlace a las agencias oficiales pertinentes ofrece un marco de referencia sobre las políticas de control de fronteras, las medidas de cumplimiento y las herramientas de comercio que, en teoría, buscan equilibrar seguridad y crecimiento económico. En particular, las políticas de aranceles y de migración han sido objeto de un intenso debate público y político, con impactos que se sienten no solo en los costos de producción, sino en la confianza de comunidades enteras que ven sus hogares y negocios entrelazados con un sistema económico que parece moverse cada vez más rápido y con menos margen para errores. En Wisconsin, como se observa en las declaraciones de Corpus, Andrade y Sigala, esa velocidad y esa presión ya están dejando huellas en la vida cotidiana de quienes trabajan para crear un negocio latino que contribuya al tejido diverso de la economía estadounidense. Para quienes buscan entender la complejidad de este fenómeno, estas voces locales ofrecen una mirada concreta y contundente de cómo la economía de la cadena de suministro, la protección de puestos de trabajo y la seguridad de las familias se entrelazan en un relato que, en última instancia, habla de personas y de comunidades, de sueños de negocio y de la realidad diaria de vivir bajo un conjunto de políticas que, por su naturaleza, no son abstractas. Son, para muchos, el marco en el que deben construir su futuro. Y en ese marco, cada decisión cuenta.
Aprende Hoy
Aranceles → Impuestos sobre bienes importados que aumentan el costo de productos para empresas que dependen del comercio exterior.
ICE → Oficina de Inmigración y Aduanas de EE. UU., responsable de detenciones y cumplimiento migratorio.
Microempresa → Negocio muy pequeño, a menudo dirigido por un propietario sin empleados y con recursos financieros limitados.
Retrasos en la cadena de suministro → Interrupciones en la llegada de mercancías que dejan inventarios vacíos y perjudican ventas.
Este Artículo en Resumen
Empresarios latinos en Wisconsin reportan que aranceles entre 10% y 25% y un aumento del 22% en arrestos de ICE están incrementando costos, demorando envíos y reduciendo la asistencia a mercados. Con casi el 90% de empresas sin empleados y dependientes de ahorros personales, los propietarios enfrentan coberturas financieras mínimas. Líderes piden alivio de políticas, apoyo comunitario y recursos para mitigar el impacto en ventas y confianza pública.
— Por VisaVerge.com
