Puntos Clave
- El 5 de noviembre de 2025 agentes del ICE detuvieron a una maestra colombiana en Rayito de Sol alrededor de las 7:15 a.m.
- Padres y funcionarios dijeron que agentes entraron en varias aulas mientras había niños; la guardería cerró por el día.
- La comunidad recaudó más de $10,000 en GoFundMe y convocó una protesta a las 6:30 p.m. en Northcenter Town Square.
(CHICAGO, ILLINOIS, UNITED STATES) A primeras horas de la mañana del miércoles 5 de noviembre de 2025, una escena de pánico y confusión sacudió Rayito de Sol Early Learning Center, un centro de preescolar en el West Side de Chicago ubicado en 2550 W. Addison St., cuando agentes del ICE armados entraron al recinto persiguiendo a una maestra de preescolar colombiana que trabaja con bebés y es madre, y la detuvieron en el vestíbulo ante la mirada de niños, padres y personal. Según testimonios recogidos por vecinos y miembros de la comunidad, el incidente comenzó poco antes de las 7:15 a.m. y, desde entonces, ha desencadenado una ola de emociones, acusaciones y llamados a la rendición de cuentas que continúan resonando en la ciudad y en nuevos focos de debate nacional sobre la presencia de ICE en espacios considerados seguros para niños.

El propio Rayito de Sol está en un silencio forzado por el operativo. La guardería cerró sus puertas al terminar el episodio, dejando a familias y educadores sin respuesta ni explicación inmediata sobre lo ocurrido. En el momento de la intervención, al menos tres agentes armados de ICE entraron en el daycare y comenzaron a, según relatos de testigos, perseguir a la maestra dentro de las distintas áreas del centro, moviéndose con rapidez entre aulas y pasillos mientras los niños y el personal estaban presentes.
“They ran into a daycare and attempted to barricade themselves inside the daycare—recklessly endangering the children inside. The illegal alien female was arrested inside a vestibule, not in the school. Upon arrest, she lied about her identity,” afirmó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en un comunicado posterior para aclarar la secuencia de hechos y la naturaleza de la detención.
Este relato oficial se insinúa, sin embargo, en medio de desmentidos y contrastes presentados por autoridades electas y la comunidad, que afirman haber visto imágenes y testimonios que indican otro nivel de intervención en el centro educativo.
En la narración de testigos y funcionarios, la escena dejó múltiples impactos inmediatos. Adam Gonzalez, padre de familia, expresó:
“For someone to take a preschool teacher who pours herself into these children is just not right”.
Tara Goodarzi, otra madre, añadió:
“Schools are supposed to be places of safety, of security and not places where we have to talk to our children about why their teacher is being abducted and screaming and running away from agents with guns and masks while she is trying to enter the school”.
El testimonio de un tercero subraya el eco emocional:
“I am horrified by what has happened here today. Our community has been shattered. Our families have been traumatized. The children were crying; the parents were crying. It’s a scene that I don’t think any of us have ever witnessed before and will ever forget”.
Nathaniel Meadow, padre, señaló que varios docentes huyeron con una estudiante y se ocultaron en una camioneta pickup, “terrified of being found”. Abby Salat, psicóloga escolar y madre, sostuvo:
“The idea of a child seeing their caretaker with whom they have a strong attachment to being taken away in distress, it’s going to impact every single child whether they saw it or heard about it”.
Sarah Wirth, también madre, sumó:
“Other teachers are not coming into work because they’re terrified”.
Estas citas, tal como aparecen en los relatos de la comunidad, subrayan el peso humano de un hecho que cambia la vida cotidiana de una escuela que, como tantas otras, se posiciona como un centro de confianza para familias trabajadoras.
En el plano político y de liderazgo local, las respuestas no se hicieron esperar y entraron en una versión áspera de la discusión pública sobre los riesgos y límites de las operaciones de ejecución migratoria en espacios que deben ser sagrados para niños. El concejal Matt Martin, del 47º Distrito, afirmó:
“You had agents with guns who were walking around the facility with teachers inside, with children inside, and so we are of course demanding that she be released immediately. We need this educator home, her family needs that, her students need that, her colleagues need that, we also need ICE to stop terrorizing our community”.
Martin añadió:
“It’s some of the most chilling video footage I have ever seen, certainly in my time in office”.
En el Congreso, la representante Demócrata de Illinois, Delia Ramirez, afirmó:
“They didn’t just walk in chasing one person, they went into multiple rooms asking and looking for teachers while children were present. This is an agency that has gone rogue”.
Por su parte, el congresista Mike Quigley sostuvo que la maestra tenía un estatus de asilo pendiente y un permiso de trabajo válido, y preguntó:
“They’re supposed to be going after the worst of the worst, if they’re now trying to tell us that what’s left of the worst of the worst is someone with papers who’s educating kids at a daycare then I think everything they say comes into question”.
El relato de la escena la describe con detalles que enfatizan el temor y la incertidumbre vivida por quienes estaban en Rayito de Sol Early Learning Center ese miércoles por la mañana. Los niños, las maestras y los padres fueron vistos llorando, y algunas maestras huyeron con una alumna y se ocultaron en una camioneta pickup para evitar que la escena se volviera aún más peligrosa. Las personas presentes describen a agentes descritos como armados, con chaquetas de ICE, moviéndose a través de varias salas, interrogando a personal y escoltando a una maestra a su casillero para “probar que tiene papeles”. La propia cadena de eventos dejó claro que la guardería cerró por el día a causa del trauma y el miedo que dejó la intervención, una decisión que se tomó para proteger a los niños y a los trabajadores.
DHS respondió con una declaración que buscó desplazar la narrativa de la escuela como objetivo directo y destacó que la acción de ICE “no fue dirigida a una guardería” sino “un intento de detener a la persona identificada” en un tramo de la persecución que terminó con la detención de la mujer dentro de un vestíbulo, no dentro de la sala de clase.
“ICE law enforcement did NOT target a Daycare. Officers attempted to conduct a targeted traffic stop of this female illegal alien from Colombia… The male driver refused to pull the vehicle over. Law enforcement pursued the vehicle before the assailant sped into a shopping plaza where he and the female passenger fled the vehicle. They ran into a daycare and attempted to barricade themselves inside the daycare—recklessly endangering the children inside. The illegal alien female was arrested inside a vestibule, not in the school. Upon arrest, she lied about her identity,” dice el informe oficial, resaltando un relato secuencial que promueve la versión de las autoridades federales.
En respuesta a la situación de crisis emocional y de seguridad, la comunidad inició un movimiento de solidaridad y protesta que ya contempla recursos legales y un reclamo más explícito de responsabilidad y transparencia. Un GoFundMe creado para cubrir honorarios legales de la maestra ya ha reunido más de 10,000 dólares a mitad de la semana, según informes de la comunidad, y permanece vigente para apoyar a la familia frente a el proceso judicial y a los costos que conlleva la defensa legal. En la tarde del mismo día, un grupo de residentes anunció una concentración en Northcenter Town Square a las 6:30 p.m. para protestar lo ocurrido y para exigir la liberación inmediata de la maestra. Con el paso de las horas, las voces de padres, docentes y líderes comunitarios se unieron para reclamar una explicación clara y una revisión de las fronteras entre las operaciones federales de control migratorio y el entorno de las instituciones educativas.
En Rayito de Sol, la atención se centra ahora en el impacto humano y en la seguridad de los alumnos. Los trabajadores de la guardería, que ya enfrentan el trauma de haber visto a una colega detenida ante los ojos de los niños, temen por la continuidad de su labor y por la confianza de las familias con las que trabajan cada día. Algunos padres sostuvieron que otras maestras no se presentaron a trabajar por miedo a repetir la experiencia, y que la escuela no podría reabrir con normalidad sin una aclaración de las autoridades sobre lo ocurrido y la garantía de que no habrá nuevas intrusiones en un espacio dedicado al cuidado de los más pequeños. En la conversación pública, los interrogantes persisten: ¿qué mecanismos de seguridad se deben activar para evitar que operativos de ICE pongan en riesgo a menores de edad y al personal de guarderías? ¿Qué plaza se da a la seguridad de los niños frente a las políticas de inmigración? ¿Qué pasos debe seguir una comunidad que, como la de North Center, enfrenta este tipo de hechos sin precedentes?
La historia continúa en desarrollo, y las familias de Rayito de Sol esperan que las autoridades ofrezcan un relato claro y verificable de la secuencia de lo ocurrido y de la razón por la que la maestra — descrita por algunas fuentes como una persona que tiene un permiso de trabajo válido y un estatus de asilo en trámite según declaraciones de congresistas— se encontraba en el centro de una operación que involucró a agentes armados en una guardería. El incidente ha generado una discusión de alto perfil sobre la necesidad de salvaguardar espacios de enseñanza para los niños y de garantizar que las operaciones de aplicación de la ley migratoria no perjudiquen a las familias que dependen de estos servicios. Mientras tanto, Rayito de Sol y la vecindad de North Center esperan respuestas, y la comunidad se mantiene vigilante ante las denuncias de represalias y las promesas de protección de los derechos de las personas que trabajan y estudian en lugares que deben ser refugios, no escenarios de miedo.
La cobertura de este caso ha capturado la atención de varios actores institucionales, desde alcaldes y congresistas hasta defensores de derechos civiles y sindicatos docentes, que observan el desarrollo con la esperanza de una resolución que no agrave la división ni el dolor. La ciudad de Chicago, que ya ha visto tensiones entre las políticas migratorias nacionales y la vida cotidiana de miles de familias, se encuentra ahora ante un nuevo episodio que podría definir la forma en que se percibe el equilibrio entre seguridad pública y derechos de los inmigrantes. En Rayito de Sol, el diálogo entre padres, maestros y líderes comunitarios continúa, con la promesa de que las respuestas vendrán pronto y de que, en medio de la confusión, se preserve el bienestar de los niños. A la espera de más detalles del DHS sobre el estatus migratorio y la situación de la maestra, la comunidad aguarda con la esperanza de que la verdad se imponga y de que el relato público de lo sucedido deje claro qué ocurrió exactamente y qué medidas se tomarán para evitar que una escena así vuelva a repetirse.
Para aquellos que buscan información adicional o actualizaciones oficiales, el DHS mantiene sus comunicados publicitarios y reservas a través de sus canales institucionales, mientras que la comunidad de North Center continúa organizando actos y recaudaciones para apoyar a la maestra y a sus familiares. En medio de la polémica, Rayito de Sol Early Learning Center permanece en el centro de una conversación más amplia sobre la seguridad en escuelas y guarderías y sobre las tensiones entre la necesidad de hacer cumplir la ley y la obligación de proteger a los más vulnerables. La historia que comenzó esa mañana en Rayito de Sol podría convertirse en un punto de inflexión para la manera en que se abordan los procedimientos de ICE en entornos tan sensibles, así como para la forma en que la sociedad de Chicago, y de Estados Unidos, equilibra la seguridad pública y la protección de los derechos humanos de los trabajadores inmigrantes y de las familias que dependen de su labor educativa diaria. En el pulso de esta historia, la maestra de preescolar, la maestra de Rayito de Sol Early Learning Center y la comunidad entera continúan esperando respuestas, y la ciudad observa, con la esperanza de una resolución que acompañe la verdad y la justicia. Mientras tanto, las palabras de los testigos y las autoridades se entrelazan para dibujar una imagen que no debe ser olvidada: una guardería, un niño, una familia y un equipo docente que buscan vivir y enseñar en un entorno seguro, protegido y humano.
Aprende Hoy
ICE → Agencia federal estadounidense (Immigration and Customs Enforcement) responsable de hacer cumplir leyes migratorias.
Vestíbulo → Zona de entrada al edificio; el lugar dentro de la guardería donde la maestra fue detenida.
Asilo → Proceso legal donde una persona solicita protección en otro país por persecución en su país de origen.
GoFundMe → Plataforma de recaudación en línea usada por la comunidad para apoyar la defensa legal de la maestra.
Este Artículo en Resumen
El 5 de noviembre de 2025, agentes armados del ICE detuvieron a una maestra colombiana en Rayito de Sol Early Learning Center en Chicago alrededor de las 7:15 a.m., lo que provocó pánico al moverse, según testigos, por varias aulas con niños presentes. DHS calificó la acción como una detención específica tras una persecución; padres y funcionarios la cuestionaron. La guardería cerró, se recaudaron más de $10,000 y se convocó una protesta en Northcenter Town Square exigiendo la liberación de la educadora.
— Por VisaVerge.com
