Puntos Clave
- Liberales proponen 395,000 PR en 2025, 380,000 en 2026 y 365,000 en 2027.
- Residentes temporales eran 7.25% (3,02 millones) en enero 2025; meta: menos del 5% para 2027.
- Tope a admisiones permanentes por debajo del 1% de la población a partir de 2027, vinculado a vivienda.
(CANADA) La coalición encabezada por el Partido Liberal está adoptando una posición más firme en materia de inmigración, después de reconocer que los niveles recientes han sido “insostenibles” y que las cifras deben estabilizarse y reducirse tanto para residentes permanentes como para residentes temporales. El impulso llega en medio de un debate político intenso y de crecientes preocupaciones entre la población por la vivienda, la infraestructura social y el impacto de un crecimiento demográfico acelerado tras la pandemia. En la conferencia de campaña, el líder liberal y primer ministro entrante, Mark Carney, señaló que las cuotas se mantendrán hasta que se amplíe la oferta de vivienda y se reabsorban los niveles de inmigración que se dieron durante la pandemia, un comentario que resume la visión de la formación para frenar un aumento que, según sus críticos, ha acelerado problemas estructurales en ciudades grandes y comunidades de todo el país.

La plataforma electoral de los Liberales para las elecciones de 2025 propone estabilizar las admisiones permanentes (PR) en menos del 1% de la población de Canadá anualmente, y ello más allá de 2027. Con una población estimada de 41,5 millones en 2025, las metas anuales de PR quedarían de la siguiente manera: 395.000 para 2025, 380.000 para 2026 y 365.000 para 2027. Estas cifras marcan una reducción sustancial frente a metas anteriores que llegaron a contemplar hasta 500.000 PR por año. La idea central es un “tope” más claro y una reducción progresiva hacia niveles que el partido considera sostenibles para la economía, los servicios y las comunidades, sin abandonar por completo la necesidad de mano de obra y diversidad que ha definido la política migratoria canadienses en décadas recientes.
En cuanto a los residentes temporales, entre ellos estudiantes internacionales y trabajadores extranjeros, la población temporal representaba aproximadamente el 7,25% de la población total en enero de 2025. El compromiso liberal es reducir esa proporción a menos del 5% para fines de 2027. Este objetivo implica no solo un ajuste en la entrada de nuevos titulares de permisos de estudio y trabajos, sino también un replanteamiento de la ruta hacia la residencia permanente para quienes llegan con permisos temporales y buscan oportunidades a largo plazo. En este marco, el Ministerio de Inmigración ha dejado claro que la reducción de admisiones temporales no se hará de forma indiscriminada, sino como parte de una estrategia integral para equilibrar crecimiento demográfico, demanda de empleo y capacidad de vivienda. El objetivo es, además, garantizar que Canadá no pierda competitividad en el atractivo para talentos y estudiantes, pero sí evite la saturación de servicios sociales y de infraestructura.
El discurso de la campaña también señala que el exministro de Inmigración, Marc Miller, llevó a cabo medidas en 2024 y 2025 para reducir los niveles de residentes temporales, como la imposición de un tope a las solicitudes de permisos de estudio y restricciones a la elegibilidad para permisos de trabajo postgrado (PGWP) y permisos de trabajo abierto para cónyuges (SOWP). Estas medidas, según los liberales, buscaban evitar que el crecimiento de residentes temporales se desbordara y afectara la integración en comunidades locales, el mercado de vivienda y los servicios públicos. En este contexto, el liderazgo liberal ha insistido en que la reforma no se trata de un recorte improvisado sino de una corrección de rumbo para estabilizar el sistema de inmigración y preservar su función económica y cultural a largo plazo.
El análisis de la dirección liberal se ha visto acompañado por una explicación de Justin Trudeau, el actual primer ministro y líder liberal durante la campaña, de por qué se han emprendido estos cambios.
“In the tumultuous times as we emerged from the pandemic, between addressing labour needs and maintaining population growth, we didn’t get the balance quite right.”
Su declaración, citada por la coalición, subraya la necesidad de un enfoque más metodico y sostenible para la inmigración, que, desde su punto de vista, requiere un “course correction” para estabilizar el sistema. En su lectura, el crecimiento de la inmigración durante la última década no fue ni demasiado lento ni suficientemente previsible para las presiones de vivienda y servicios que acompañan a un incremento poblacional tan acelerado. El argumento central es que la política debe adaptar las cifras para que el crecimiento migratorio no supere la capacidad de absorción de comunidades y ciudades canadienses.
Las cifras detalladas de la propuesta gubernamental muestran un plan explícito para las admisiones permanentes: 395.000 en 2025, 380.000 en 2026 y 365.000 en 2027, con un objetivo de largo plazo de menos del 1% de la población anual para las admisiones permanentes. En paralelo, se propone que el porcentaje de residentes temporales quede por debajo del 5% para finales de 2027, partiendo de un 7,25% observado a comienzos de 2025. Sobre la composición de la población temporal, también se apunta a un aumento en la proporción de inmigración francófona fuera de Quebec, con un objetivo de subir a 12% para 2029, desde 8,5% en 2025. Este componente refleja una intención explícita de diversificar la procedencia lingüística y regional de los nuevos canadienses, una cuestión que ha sido central en la agenda de inmigración del país durante años.
La discusión política ha subrayado que el cambio de enfoque no se mueve en el vacío. Las encuestas mostraron una caída en el apoyo a las altas cifras de inmigración, con analistas y partidos de oposición advirtiendo sobre costos sociales y de vivienda que podrían acompañar un crecimiento demográfico rápido. Aunque el Partido Conservador, liderado por Pierre Poilievre, propone niveles aún más bajos, oscilando entre 240.000 y 285.000 admisiones permanentes anuales durante ciertos periodos, los liberales buscan un punto medio: estabilizar, no recortar de forma drástica. En este marco, el objetivo es mantener la estabilidad con una reducción gradual, permitiendo a las comunidades y a las autoridades locales adaptarse sin abrir paso a una caída abrupta en la llegada de nuevos residentes permanentes.
La narrativa oficial también destaca que estos ajustes no buscan negar la necesidad de talento extranjero ni de diversidad cultural que ha impulsado la economía canadiense durante años. Se trata más bien de una “corrección de curso” que, en palabras del primer ministro entrante, pretende asegurar que la inmigración contribuya a un crecimiento sostenible y a la vez responda a la demanda de vivienda, servicios y empleo en todo el país. En esa línea, se busca mantener un flujo de admisiones que, si bien reducido respecto a años anteriores, siga siendo suficiente para sostener sectores como tecnología, salud, educación y construcción, sin dejar de lado la integración de comunidades que dependen de la llegada de nuevos residentes para sostener servicios locales, especialmente en provincias con menor densidad poblacional pero necesidad de crecimiento económico y demográfico.
Entre las piezas del marco político, las figuras de gobierno señalan que la transición hacia cifras más bajas debe ser gradual, con ventanas de revisión y evaluación para garantizar que los cambios no afecten negativamente a trabajadores migrantes que ya están en el país ni a estudiantes internacionales que buscan completar sus estudios. También se mantiene una conversación abierta sobre incentivos para la francofonía fuera de Quebec, con la aspiración de que el 12% de la inmigración francófona total recaiga fuera de esa provincia en 2029, lo que, según los liberales, diversifica la distribución geográfica de los recién llegados y fortalece el tejido social en comunidades que históricamente han recibido menos migrantes.
La dinámica entre Liberales y Conservadores subraya una batalla por el cálculo político de la inmigración: cuánto puede la sociedad canadiense absorber sin perder cohesión, cuánto puede la economía crecer sin desbordar el mercado de vivienda y servicios, y cuánto debe el país abrir sus puertas para sostener su reputación como destino para talentos y estudiantes internacionales. En el centro, la promesa de “topes de inmigración” y una reducción planificada de las admisiones permanentes se presenta como un intento de canalizar el crecimiento de la población hacia un ritmo que, a juicio de la dirección liberal, sea responsable y manejable. La discusión no se reduce a cifras inmediatas, sino a la promesa de un sistema que puede seguir atrayendo talento sin perder la capacidad de integrarlo de forma efectiva en comunidades diversas y dinámicas.
Para aquellos que viven en comunidades que experimentan presiones por vivienda y servicios, la promesa de un ajuste gradual llega acompañada de la necesidad de inversiones en infraestructura y políticas de apoyo, de modo que la llegada de nuevos residentes no se traduzca en escasez de vivienda, aumento descontrolado de alquileres o congestión de servicios públicos. En ese sentido, el plan del Partido Liberal no solo establece límites numéricos, sino que también posiciona a Canadá como un país que reequilibra sus prioridades demográficas con un ojo puesto en la estabilidad social y en la prosperidad compartida. La conversación sobre admisiones permanentes y topes de inmigración, y la meta de alcanzar menos del 5% de población temporal para 2027, continúa siendo un tema central en el debate político, con el Partido Liberal presentando una visión de moderación y manejo responsable de un fenómeno que ha moldeado el rostro del país durante décadas.
Para quienes buscan entender qué significa esto en el día a día, los números detallados tienen implicaciones directas: menos presión para la vivienda en algunos mercados, pero también una necesidad más clara de planificación urbana y de incentivos para que las comunidades absorbieran a nuevos residentes sin tensiones. En cuanto a la gobernanza, la estrategia incluye un horizonte claro para 2025, 2026 y 2027, con metas de admisiones permanentes que están diseñadas para ser revisadas y ajustadas según la evolución de la economía, el mercado laboral y la capacidad de la infraestructura de sostener un crecimiento continuo. En el marco de la conversación pública, la propuesta de los liberales se presenta como una respuesta a años de crecimiento que, desde su punto de vista, se movió a un ritmo que el país no pudo acompañar con políticas de vivienda adecuadas y servicios sociales bien dimensionados.
Para ampliar la información y entender el marco institucional de estas medidas, la fuente oficial continúa siendo la plataforma del gobierno sobre inmigración y las políticas de admisiones, que ofrece una visión detallada de las metas de población y de las categorías de residencia temporal y permanente que están bajo revisión. Los análisis y declaraciones de los líderes políticos, junto con los datos demográficos vigentes, permiten a los votantes evaluar si la ruta hacia admisiones permanentes debe seguir un sendero de crecimiento controlado o si se requieren ajustes más profundos para satisfacer demandas cambiantes en una economía que busca sostenerse en un entorno global cada vez más competitivo. Con este giro, el Partido Liberal aspira a presentar una narrativa de estabilidad y responsabilidad, sin renunciar a la necesidad de atraer talento y diversidad que han definido la identidad de Canadá durante generaciones, mientras se propone un marco que, a su juicio, permite a comunidades y ciudades planificar con mayor claridad y previsibilidad.
Para quienes desean profundizar en el tema y revisar los datos oficiales, el Gobierno de Canadá mantiene recursos que detallan las cifras y las proyecciones para admisiones permanentes y temporales, así como las políticas que afectan a estudiantes internacionales, trabajadores y familias que buscan asentarse en el país. Este marco, dicen los liberales, es esencial para entender la transición hacia un sistema de inmigración más estable, que al mismo tiempo permita a Canadá continuar siendo un destino atractivo para quienes buscan oportunidades, trabajo y una vida en comunidades diversas. En suma, la conversación continúa, con el Partido Liberal presentando una lectura de moderación estratégica que pretende equilibrar la demanda de empleo, la necesidad de vivienda y la diversidad que ha definido la experiencia canadiense en las últimas décadas.
Para aquellos interesados, el marco de políticas y las cifras de admisiones pueden consultarse en el portal oficial de inmigración de Canadá, que ofrece información detallada sobre niveles y criterios para admisiones permanentes y temporales. [Gobierno de Canadá – Inmigración y ciudadanía] (https://www.canada.ca/en/immigration-refugees-citizenship/services/immigrate-canada.html). Este recurso sirve de referencia para entender el contexto institucional de las metas de admisiones y las medidas de control que propone el Partido Liberal, incluyendo los planes para mantener las cuotas bajo supervisión y para adaptar la política a los cambios demográficos y económicos que definirán el futuro de Canadá. En definitiva, la administración liberal quiere presentar una visión de equilibrio: un país que, a la vez, abre sus puertas para quienes aportan talento y valor, y cierra, con cierto rigor, las compuertas cuando el crecimiento podría desbordar infraestructuras, servicios y cohesión social.
Aprende Hoy
Residente Permanente (PR) → Persona no ciudadana autorizada a vivir en Canadá de forma permanente con acceso a beneficios sociales.
Residente Temporal → Personas en Canadá por tiempo limitado, incluidos estudiantes internacionales y trabajadores extranjeros con permisos temporales.
PGWP (Permiso de Trabajo Postgrado) → Permiso que permite a graduados trabajar temporalmente en Canadá tras completar estudios.
Este Artículo en Resumen
El Partido Liberal dirigirá una reducción gradual de la inmigración hasta 2027: 395,000 PR (2025), 380,000 (2026) y 365,000 (2027), con un techo a largo plazo inferior al 1% de la población. Los residentes temporales, 3,02 millones (7,25% en enero de 2025), deben bajar a menos del 5% antes de 2028. Las medidas, que incluyen límites a permisos de estudio y ajustes al PGWP, buscan equilibrar llegadas con la capacidad de vivienda y servicios, y aumentar la inmigración francófona fuera de Quebec al 12% para 2029.
— Por VisaVerge.com
