Puntos Clave
- Audiencia del 4 de noviembre de 2025 relató hacinamiento y urinarios desbordados en Broadview, cerca de Chicago.
- Detenidos dijeron haber compartido celdas con hasta 150 personas sin camas, mantas, cepillos de dientes ni agua potable segura.
- El juez Robert Gettleman considera una orden temporal que exigiría suministros de higiene, camas y límites de aforo.
(BROADVIEW, ILLINOIS, NEAR CHICAGO) Un juez federal escuchó el 4 de noviembre de 2025 testimonios sobre condiciones de hacinamiento extremo, urinarios desbordados y falta de necesidades básicas en las instalaciones de ICE en Broadview, cerca de Chicago. En la audiencia, varios detenidos describieron celdas abarrotadas y condiciones que calificaron como > “disgusting” y “innecesariamente cruel”, mientras abogados y funcionarios debaten qué hacer ante lo que ya se ha convertido en un caso emblemático de gestión y supervisión de detenciones migratorias en Estados Unidos. El foco inmediato está en el Broadview y en la manera en que lo que ocurre allí afecta a las personas detenidas, sus familias y a las comunidades que de alguna forma dependen de este centro.

Entre los testimonios que llenaron la sala, figura el de Felipe Agustín Zamacona, de 47 años, conductor de Amazon y residente de larga data en Estados Unidos. Zamacona relató: > “I don’t want anyone else to live what I lived through.” Su relato detalló que fue alojado en una celda con 150 personas, donde tuvo que ocupar el lugar de otro hombre para poder acostarse y dormir. Describió además que el agua del lavabo > “tasted like sewer.” Estas palabras, repetidas en la audiencia, subrayan el desprecio por condiciones mínimas de salubridad en un entorno de detención.
Otro testimonio clave fue el de Pablo Moreno González, de 56 años, detenido mientras esperaba para comenzar a trabajar y colocado en una celda con 150 personas. Moreno González afirmó: > “It was just really bad. … It was just too much,” y se quebró al describir la ausencia de camas, mantas, cepillos de dientes o pasta dental. Sus palabras pintan una imagen de privaciones básicas que, según los denunciantes, vulneran derechos humanos elementales.
La audiencia mostró también el caso de Claudia Carolina Pereira Guevara, una mujer hondureña separada de sus dos hijos en Estados Unidos, quien estuvo detenida en Broadview durante cinco días en octubre. Pereira Guevara recordó que utilizaron una bolsa de basura para intentar desatascar un inodoro y aseguró: > “They gave us nothing that had to do with cleaning. Absolutely nothing.” Sus palabras subrayan la carencia de suministros para la higiene y el mantenimiento básico de las instalaciones.
Las condiciones físicas descritas por varios detenidos incluyen la presencia de > “hasta 150 personas” en una sola celda, la ausencia de camas, mantas, cepillos de dientes o pasta dental, y la necesidad de dormir en el suelo junto a inodoros desbordados. También se mencionó que el agua > “sabía a alcantarilla” y que no se proporcionaban productos de limpieza, obligando a los detenidos a improvisar con bolsas de basura. Estas escenas, presentes en los relatos orales, han alimentado un debate legal y política sobre la idoneidad de Broadview como instalación de detención a corto o largo plazo.
El contexto legal dejó ver un choque entre visiones. El juez federal Robert Gettleman calificó las acusaciones como > “disgusting” y señaló textual que > “To have to sleep on a floor next to an overflowing toilet — that’s obviously unconstitutional.” Estas palabras, citadas en los documentos de la audiencia, sitúan el caso en un terreno claro: se cuestiona no sólo la gestión, sino la compatibilidad de estas condiciones con los estándares constitucionales de trato humano.
Por su parte, la abogada Alexa Van Brunt, de MacArthur Justice Center, presentó un argumento contundente ante el tribunal: > “These are a set of dire conditions that when taken together paint a harrowing picture.” La afirmación busca construir la idea de que el conjunto de carencias no es aislado, sino sistémico, y que las condiciones descritas se acaban consolidando como una vulneración sostenida de derechos fundamentales.
Del otro lado, la abogada del Departamento de Justicia, Jana Brady, reconoció que no hay camas en Broadview y sostuvo que el centro no fue diseñado para detención a largo plazo. Aun así, dijo que > “The conditions are not sufficiently serious” y argumentó que las operaciones han mejorado recientemente. Esta contraposición entre diagnóstico oficial y relato de conflictos diarios subraya la tensión entre la gestión institucional y la experiencia vivida por los detenidos.
El mando de la Patrulla Fronteriza a cargo de las operaciones en Chicago, representado por Greg Bovino, defendió la labor de la oficina en Broadview con una frase que intenta proyectar confianza en la institución: > “I think they’re doing a great job out there.” Sus palabras, aunque parte del intercambio oficial, contrastan con las afirmaciones de quienes viven la detención de forma directa.
La causa judicial no se limita a los relatos de los detenidos. Una demanda presentada días antes argumenta que se ha negado un acceso adecuado a comida, agua y atención médica, y que a algunos detenidos se les obligó a firmar documentos que no entendían, con resultados que podrían incluir waivers involuntarios de derechos y deportaciones. Este argumento legal complica aún más la percepción de Broadview como un lugar apto para detención temporal y añade carga al escrutinio público y judicial.
El Broadview facility se ha convertido, además, en un eje de protesta. Informes señalan que hasta 200 personas han sido mantenidas en el sitio a la vez, y que repetidas manifestaciones han llevado a arrestos y a una demanda aparte por presunta forcejeo excesivo por parte de agentes federales. En este sentido, el centro no sólo es un sitio de detención, sino un punto de encuentro y de conflicto entre las autoridades y movimientos que exigen transparencia y reformas.
El dato que ha concentrado la atención es la duración media de la detención en Broadview: a 4 de junio, la mediana era de casi 48 horas, lo que representa un incremento notable respecto a estimaciones previas. Este punto se cita como indicador de largas esperas y de la presión sobre las instalaciones para procesar casos en un entorno donde las condiciones han sido descritas como inadecuadas para estancias cortas, mucho menos para situaciones que se prolongan.
El caso de Broadview no es un episodio aislado, y su tratamiento está en el epicentro de una conversación más amplia sobre el sistema de detención de migrantes en los Estados Unidos. En los últimos meses, varios actores han pedido una revisión de las políticas, mayor supervisión de las condiciones de detención y una reducción de la dependencia de instalaciones que, según denuncias, operan al límite de su capacidad. Acorde con el testimonio de Zamacona, Moreno González y Pereira Guevara, la experiencia de la detención en Broadview no es meramente administrativa; es una experiencia humana que llega a cada familia afectada.
La investigación y el litigio en torno a Broadview están vinculados a un marco legal y normativo que regula la detención de extranjeros en el país, pero también al escrutinio público y a las dinámicas políticas que emergen cuando se cuestiona la dignidad de las personas bajo custodia federal. En este marco, la audiencia de Gettleman no sólo decide sobre una posible orden de restricción temporal para la instalación, sino que también envía una señal sobre el tono del debate: ¿qué estándares deben regir un sitio de inmigración que recibe a detenidos que llegan por razones migratorias y humanitarias, a la vez que esperan un trato acorde con la ley?
El sitio de inmigración Broadview, que ya figura en el radar de activistas y legisladores, se ve ahora obligado a enfrentarse a la presión de demostrar que las mejoras reportadas por las autoridades son reales, verificables y sostenibles. En el proceso, las palabras de los detenidos, sus sufrimientos y su insistencia en que se respeten derechos básicos se mantienen a la vanguardia del relato público. El caso no sólo mide si hay violaciones legales puntuales, sino si un sistema de detención puede, en la práctica, evitar que se repitan condiciones que la comunidad y la jurisprudencia describen como inaceptables.
Para los afectados, los detalles contaron una historia clara: la preocupación constante por la salud, la higiene y la seguridad en un recinto que debe funcionar como tránsito, no como refugio prolongado. En Broadview, los detenidos siguen esperando respuestas, no sólo de abogados y jueces, sino de las autoridades encargadas de supervisar y regular las condiciones de vida dentro de una instalación que, por definición, debería proteger derechos y dignidad mientras se resuelven los procesos migratorios.
El caso continúa en el marco de un proceso judicial que podría desembocar, si procede, en medidas temporales para moderar las condiciones en Broadview mientras se revisa el cumplimiento de estándares y derechos. En medio de la tensión entre seguridad y humanidad, la atención se mantiene firme en los detenidos y en la forma en que el sistema de detención puede adaptarse para evitar repetir escenas de hacinamiento extremo y de condiciones que, según describen Zamacona, Moreno González y Pereira Guevara, van en contra de lo que la ley exige.
Para quienes siguen la historia, el foco no está solo en una instalación concreta. Es un examen de cómo funciona un sistema de detención migratoria en pleno siglo XXI, con un centro que, según las revelaciones de los testigos, ha sido escenario de condiciones que requieren respuestas firmes y verificables por parte de las autoridades. El debate continúa, con la atención puesta en la protección de los derechos de los detenidos y en la responsabilidad de las instituciones públicas ante el escrutinio de un país que, a través de Broadview y otros sitios, enfrenta preguntas difíciles sobre la dignidad humana, la legalidad y la voluntad de reformar un sistema que, según los testimonios, aún tiene grietas que llenar.
Para lectores y observadores, el caso también arroja una luz clara sobre cómo se articulan las voces de los afectados: detenidos que, en medio de un proceso complejo, exigen condiciones que respeten su integridad física y psíquica. Y, sobre todo, señala la importancia de la vigilancia constante y de que las palabras directas de las personas en situación de detención, descritas con precisión, formen parte del relato público para que las decisiones judiciales y políticas se apoyen en una evidencia clara y humana.
Más allá de Broadview, la conversación continúa en foros legales y administrativos sobre cómo equilibrar la seguridad con la responsabilidad de tratar a cada persona con dignidad. En tanto, la audiencia continúa y las partes esperan decisiones que podrían establecer precedentes sobre la idoneidad de las instalaciones de detención y el alcance de las reformas necesarias para evitar que sitios como Broadview se conviertan en símbolos de un sistema que falla a sus ocupantes.
Para aquellos interesados en el marco institucional y las rutas de consulta, el sitio de inmigración Broadview y las agencias involucradas siguen siendo puntos de referencia para entender las decisiones, las condiciones y las responsabilidades que giran en torno a la detención migratoria. El caso, que ha puesto sobre la mesa cuestiones de higiene, capacidad, derechos y supervisión, podría provocar cambios que afecten no sólo a Broadview, sino a prácticas y estándares en contextos similares por toda la nación.
Si bien las voces de Zamacona, Moreno González y Pereira Guevara ofrecen un retrato vívido de lo ocurrido, el veredicto final dependerá de la capacidad de las autoridades para responder con transparencia y con medidas verificables. Mientras tanto, el término medio entre seguridad y derechos humanos sigue siendo, en Broadview, un terreno de prueba para la justicia y la dignidad humana en uno de los momentos más sensibles del sistema de inmigración de Estados Unidos.
Para quienes deseen profundizar en la temática, el enlace al sitio oficial de ICE se encuentra disponible para entender las políticas y normas que rigen estas instalaciones. Puede consultarse el portal oficial de la agencia para obtener información adicional sobre detenciones, procesos y derechos de los detenidos, así como sobre las acciones que el gobierno federal está tomando en relación con Broadview y sitios similares. sitio de inmigración Broadview
Aprende Hoy
Orden de restricción temporal (TRO) → Mandato judicial de corta duración que exige cambios inmediatos mientras se resuelve la demanda principal.
Instalación de Broadview → Centro de detención y transferencia de inmigrantes cerca de Chicago usado para estancias de corta duración.
ICE National Detention Standards → Normas publicadas por ICE que establecen estándares de seguridad, atención médica y condiciones de vida en custodia.
Este Artículo en Resumen
En una audiencia del 4 de noviembre de 2025, detenidos describieron celdas en Broadview con hasta 150 personas, ausencia de camas y suministros de higiene, agua que ‘‘sabía a alcantarilla’’ y baños desbordados. El juez Robert Gettleman consideró una orden temporal para exigir camas, artículos de higiene, agua segura y límites de ocupación. El Departamento de Justicia dijo que Broadview es lugar de transición y que las operaciones han mejorado, pero abogados y defensores sostienen que las estancias prolongadas requieren condiciones básicas.
— Por VisaVerge.com
