Puntos Clave
- En 2023, 225.000 indios obtuvieron la ciudadanía en países de la OCDE, la cifra más alta por nacionalidad.
- La proclamación de EE. UU. entra en vigor el 21 sept 2025 con una tasa de $100.000 para H-1B nuevas.
- Canadá (76.000), EE. UU. (52.000) y Australia (40.000) concentraron la mayoría de naturalizaciones indias en 2023.
(UNITED STATES) En 2023, un récord de 225.000 indios obtuvieron la ciudadanía de naciones de la OCDE, la cifra más alta entre todas las nacionalidades, mientras las economías avanzadas —con Estados Unidos a la cabeza bajo la administración de Donald Trump— endurecieron las reglas de visa, con nuevas restricciones y un aumento abrupto de las tasas para las visas H-1B. Este fenómeno de naturalización masiva se produce en un contexto de políticas de migración cada vez más restrictivas que buscan priorizar trabajadores altamente calificados y mejor remunerados, al tiempo que empujar a parte de la fuerza laboral migrante hacia la vía de la residencia permanente y la ciudadanía para lograr mayor estabilidad y seguridades sociales.

Entre los 2,8 millones de personas que adquirieron la ciudadanía en las naciones de la OCDE en 2023, los indios representaron la mayor cuota, seguidos por los filipinos con 132.000 y los chinos con 92.400, según las proyecciones y análisis de migración de la OCDE citados en reportes recientes. La tendencia de crecimiento en la ciudadanía india ha sido constante: 206.000 en 2021, 214.000 en 2022 y 225.000 en 2023. En términos de destinos, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Australia encabezan la lista de países de la OCDE donde los ciudadanos indios se naturalizan, con variaciones significativas entre naturalización y simple llegada.
En 2023, se observaron cifras específicas de naturalización que destacan la magnitud del fenómeno: Canadá recibió aproximadamente 76.000 nuevos ciudadanos indios, Estados Unidos 52.000 y Australia 40.000. En cuanto a llegada de residentes con intención de obtener la ciudadanía, el Reino Unido recibió 144.000 indios en ese año, un 28% de aumento respecto a 2022, impulsado en gran parte por visados de salud y cuidado; Canadá recibió 140.000 llegadas y 68.000 indios se mudaron a Estados Unidos. Estos flujos no solo muestran un movimiento hacia la ciudadanía, sino también una respuesta a los cambios en la calidad y duración de la residencia necesaria para obtener la ciudadanía en diferentes países.
El incremento en la naturalización se da en un marco de endurecimiento de las políticas de visa, especialmente en Estados Unidos. El Gobierno de Estados Unidos adoptó medidas que han aumentado las barreras para la entrada de trabajadores no inmigrantes de alta cualificación, con un enfoque explícito en priorizar trabajadores que ya cuentan con empleadores y ocupaciones que demandan alta cualificación y remuneraciones elevadas. En particular, la proclamación firmada por el presidente, que entró en vigor el 21 de septiembre de 2025, introduce una nueva tasa de 100.000 dólares para las peticiones de visa H-1B y establece restricciones de entrada adicionales para ciertos trabajadores no inmigrantes. La nueva tasa se aplica a las peticiones presentadas después del 21 de septiembre de 2025 y no afecta a quienes ya tienen una visa vigente; la medida busca frenar abusos y orientar las visas temporales hacia perfiles de alta calificación y alto ingreso, reduciendo su atractivo y empujando a muchos profesionales calificados a buscar la residencia permanente y la ciudadanía como forma de estabilidad y seguridad social. En paralelo, se reforzarán las medidas de cumplimiento y retención de documentación por parte de los empleadores para evitar sanciones, lo que añade otra capa de complejidad al proceso de migración laboral.
Este giro político tiene un impacto directo en la dinámica de la movilidad laboral y la decisión de muchos profesionales indios de perseguir la ciudadanía como refugio frente a un entorno de visa más restrictivo. Si bien la movilidad hacia las naciones de la OCDE ha sido siempre compleja, la combinación de barreras a la visa temporal y la mayor facilidad relativa para alcanzar la ciudadanía en países como Canadá y Australia ofrece una ruta más atractiva para quienes buscan estabilidad a largo plazo, planes de familia y oportunidades de seguridad social. En Canadá, por ejemplo, los plazos de residencia para la ciudadanía pueden ser de tres años, y en Australia de cuatro años, en comparación con varios países europeos que imponen criterios más estrictos de idioma, ingresos e integración, según los análisis de migración de la OCDE y de estudios sectoriales citados por los observadores del tema.
Aunque las cifras de 2023 destacan la magnitud de la ola de naturalización india, las proyecciones y análisis señalan que muchas personas enfrentan barreras para el reconocimiento de habilidades y la integración laboral, especialmente las mujeres. El informe de la OCDE subraya que la naturalización se ha convertido en un indicador de asentamiento a largo plazo y en un motor de mejores resultados de integración, pero también identifica obstáculos persistentes que limitan el pleno aprovechamiento de las capacidades profesionales de la migración india hacia las economías de la OCDE. En particular, el crecimiento de ciudades y comunidades de origen indio en países anfitriones se ha visto acompañado de procesos de integración que requieren más apoyo institucional, desde programas de reconocimiento de cualificaciones hasta iniciativas para facilitar la inserción laboral en sectores de alta demanda.
La narrativa humana de este fenómeno, más allá de las cifras, se manifiesta en que muchos trabajadores y familias indianas ven en la ciudadanía una vía para la estabilidad y la seguridad a largo plazo ante un entorno de políticas migratorias que tienden a favorecer permisos temporales frente a estancias permanentes. Si bien el detalle de nombres y testimonios individuales no siempre figura en las síntesis estadísticas, las descripciones de migrantes y expertos señalan que la búsqueda de ciudadanía se ha convertido en un factor determinante para la planificación familiar, educativa y profesional en un contexto de cambios regulatorios.
Entre las señales de los cambios políticos y sus efectos, los analistas destacan que la fase de endurecimiento de la visa H-1B podría haber contribuido a que más profesionales indios consideren rutas de residencia permanente en países de la OCDE. En Canadá y Australia, los requisitos de residencia para la ciudadanía pueden ser relativamente accesibles en comparación con otros destinos, lo que ha impulsado la decisión de muchos de naturalizar. En Estados Unidos, la mirada está puesta en cómo la nueva estructura de costos y criterios de admisión afectará a las oportunidades de empleo temporal para trabajadores altamente cualificados y, por extensión, a la decisión de cambiar a estatus de residencia permanente.
La evolución de estas dinámicas llega en un momento en que la OCDE, en su Perspectiva Internacional de Migración 2025, describe la naturalización como un indicador de asentamiento a largo plazo y de mejores resultados de integración, señalando, a su vez, que la reunificación familiar representa una parte significativa de las migraciones indianas hacia las naciones de la OCDE. El informe menciona también un aumento del 75% en las visas de salud y cuidado para nacionales indios en 2023, un detalle que se ajusta a la lógica de políticas de migración que privilegian ocupaciones de alto impacto social y económico. Aun con el repunte de naturalización, los desafíos persisten: los obstáculos para el reconocimiento de habilidades y la inclusión laboral, especialmente entre las mujeres indias, siguen siendo una nota al pie que exige atención de políticas públicas para garantizar que la inversión en capital humano de la migración se traduzca en beneficios sostenibles para las comunidades receptoras y para los migrantes mismos.
En esta historia de migración y ciudadanía, la proclamación de 2025 que redefine el panorama de las visas temporales en Estados Unidos es uno de los puntos de inflexión más visibles. Más allá de los números, la migración india hacia las naciones de la OCDE continúa siendo un movimiento complejo que combina la búsqueda de oportunidades económicas, la aspiración a la seguridad de la ciudadanía y la necesidad de encontrar rutas viables para la integración y la realización personal. Los datos de 2023, con el impresionante total de 225.000 indios naturalizados, siguen destacando un fenómeno de largo plazo: las decisiones migratorias de grandes volúmenes de población hacia sistemas de ciudadanía que ofrecen estabilidad, derechos y una red de protección social más amplia. En ese marco, la pregunta para los próximos años es cómo responderán las políticas públicas de los países de la OCDE para facilitar la transición de quienes llegan con alta cualificación y, al mismo tiempo, garantizar que la ciudadanía no solo sea un logro administrativo, sino una puerta a un desarrollo sostenible para las comunidades que acogen y para las personas que buscan un nuevo hogar.
Para aquellos que buscan entender la ruta concreta hacia la ciudadanía, las rutas varían entre países: la vía canadiense y australiana, con periodos de residencia relativamente cortos, contrastan con la trayectoria europea, que a menudo impone pruebas de idioma y requisitos de ingresos más estrictos. En Estados Unidos, la combinación de un mayor costo de la visa H-1B y mayores barreras de entrada para ciertos trabajadores temporales puede haber contribuido a que un número creciente de profesionales altamente cualificados busquen seguridad y permanencia a través de la ciudadanía, afectando las tasas de visa H-1B y, en última instancia, la movilidad laboral de la región hacia la vía de la residencia permanente. En este contexto, la historia de los indios que obtuvieron ciudadanía se entrelaza con la de las naciones de la OCDE que, de forma paulatina, siguen adaptando sus marcos de políticas para gestionar un fenómeno migratorio que, por su volumen y complejidad, continúa redefiniendo las trayectorias de vida de millones de personas. Para muchos, la ciudadanía ofrece no solo derechos, sino una red de seguridad que, en un momento de turbulencia global, puede convertirse en un ancla de estabilidad y oportunidades para las generaciones futuras.
Nota: Para quienes deseen profundizar en la política de visas de Estados Unidos y las implicaciones de las tasas de visa H-1B, se recomienda consultar la página oficial de USCIS sobre la visa H-1B y sus requisitos, que ofrece información actualizada sobre elegibilidad, procesos y costos: H-1B visa. Esta noticia se apega a las cifras y análisis disponibles en informes de la OCDE y a las narrativas públicas sobre la marcha de la ciudadanía india dentro de las naciones de la OCDE y las políticas de inmigración de Estados Unidos.
Aprende Hoy
Naturalización → Proceso legal por el cual un no ciudadano adquiere la ciudadanía de un país tras cumplir requisitos de residencia y otros criterios.
H-1B → Visa no inmigrante de EE. UU. para ocupaciones especializadas, frecuentemente usada por trabajadores cualificados en tecnología e ingeniería.
OCDE → Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que publica datos y análisis sobre migración y economía.
Proclamación (EE. UU.) → Medida ejecutiva del presidente de EE. UU. que puede modificar políticas de inmigración, como tasas y límites de entrada.
Este Artículo en Resumen
En 2023, 225.000 indios se naturalizaron en países de la OCDE, impulsados por la creciente dificultad y costo de vías temporales. Canadá, Estados Unidos y Australia concentraron la mayoría de naturalizaciones. Una proclamación estadounidense vigente desde el 21 de septiembre de 2025 impone una tasa de 100.000 dólares a nuevas peticiones H-1B durante 12 meses, lo que incentiva a trabajadores y empresas a preferir rutas a la residencia permanente. La OCDE vincula la naturalización con el asentamiento a largo plazo, aunque persisten barreras como el reconocimiento de títulos.
— Por VisaVerge.com
