Puntos Clave
- Al menos 68 manifestantes arrestados en Broadview desde el 3 de octubre de 2025.
- La mayoría recibió citaciones o delitos menores; un cargo grave fue retirado tras defensa comunitaria.
- Audiencias para Lee, Mills y otros programadas para el 25 de noviembre de 2025.
(BROADVIEW, ILLINOIS) La manifestación frente al centro de procesamiento de ICE de Broadview, cercano a Chicago, dejó este otoño un rastro de arrestos y tensiones que continúan resonando en el territorio político y en las comunidades afectadas. Al menos 68 manifestantes arrestados desde el 3 de octubre de 2025 han enfrentado cargos que van desde delitos menores hasta cargos más graves, y muchos describen haber sufrido un trato variado durante la detención y el procesamiento. En un escenario que combina activismo, seguridad pública y acción legislativa, las acciones de la Policía estatal de Illinois y de las fuerzas federales se han visto bajo escrutinio mientras grupos de derechos civiles piden salvaguardas públicas más claras y una revisión de las prácticas policiales durante protestas en proximidad a instalaciones de inmigración.

Entre los casos de mayor visibilidad se encuentran las detenciones de Lee, una mujer negra identificada por su nombre de pila y sin apellido público en los registros consultados, y de Mills, también sin apellido indicado en el material disponible. Lee fue arrestada por la Policía estatal de Illinois en dos cargos de delitos menores de Clase A por resistencia a un agente de policía —con una pena potencial de hasta un año de prisión y una multa de hasta $2,500— y se le imputó también desobediencia a un oficial de policía, una infracción menor. Al describir su arresto, Lee afirmó:
“I was asking them to let me go, and reinforcing that I hadn’t did anything I wasn’t allowed to do.”
Después de ser trasladada a la acera, colocada en un vehículo policial, fichada, fotografiada y retenida en una celda con otras manifestantes durante unas cinco horas antes de su liberación, su próxima comparecencia ante el tribunal quedó fijada para 25 de noviembre de 2025. Preocupada por las condiciones en la cárcel y por el posible trato diferencial por ser mujer negra, Lee añadió:
“She worried about going to jail and whether the conditions would be clean and safe. She also worried about whether she’d be treated differently as a Black woman in the legal system.”
Sus palabras, reproducidas tal cual, dialogan con las preocupaciones que emergen entre las comunidades afroamericanas ante procesos judiciales en estas situaciones.
Mills, por su parte, recibió una citación por desobedecer a la policía y también tiene fecha de audiencia para 25 de noviembre de 2025. Él relató:
“I walked up there with my hands out to my side, declared myself very openly, and said I’d like to enter the facility. One hundred percent it was just to show an example of us.”
Después de ser inmovilizado con grilletes, llevado a la acera y esperar alrededor de 10 minutos a la llegada de una furgoneta policial, fue procesado en la comisaría y recibió una citación. En sus palabras:
“I think it’s just an over-policing example… Mills has no regrets protesting and getting arrested because he’s standing up for his beliefs.”
Sus testimonios subrayan la diversidad de motivaciones entre quienes participan en las protestas y el debate sobre el uso de la fuerza policial en estas escenas.
Otro caso de alto perfil involucró a Paul Ivery, un trabajador de cafetería escolar del área de Chicago con discapacidad intelectual, quien fue acusado de agresión grave contra un oficial federal después de supuestamente amenazar a agentes durante la protesta del 27 de septiembre de 2025. En el marco de la cobertura, la comunidad y el propio alcalde apoyaron a Ivery para argumentar que no representaba una amenaza real. Según el portavoz de la familia, Scott Sakiwama,
“Ivery was there to protest against ICE because he believed that ICE agents were disrespectful towards the Broadview Police Department and veterans.”
Aunque la noticia inicial indicó una imputación de agresión grave, esa acusación fue retirada a las dos semanas, tras una revisión de las circunstancias y una defensa activa de su familia y de la comunidad.
Las crónicas de estas detenciones señalan que, en la mayoría de los casos, los manifestantes fueron fichados, fotografiados y liberados tras varias horas, con cargos que oscilan entre desobediencia y resistencia hasta agresión contra funcionarios, y que algunas personas enfrentaron procedimientos de corte federal cuando se trataba de cargos alegadamente más graves. Expertos legales consultados subrayan que, en las cashes ferez, cargos federales podrían requerir una comparecencia ante un tribunal federal tan pronto como la misma tarde, aunque la mayoría de los casos involucran infracciones menores en comparación con delitos federales de mayor gravedad. Las autoridades, incluido el Sheriff del condado de Cook, han sostenido que las detenciones buscaban mantener despejados los pasos para que agentes y personal del centro de procesamiento de Broadview pudieran operar sin obstrucciones, citando incidentes de bloqueo de entradas y, en algunos casos, agresión a las fuerzas del orden. El Departamento de Seguridad Nacional, por su parte, acusó a los manifestantes de
“bloquear la entrada al edificio Broadview de ICE y agredir a las fuerzas del orden”.
Las escenas de confrontación en Broadview han dejado secuelas físicas para algunas personas. Testimonios de los organizadores y de los observadores señalan que varios manifestantes fueron golpeados o esposados tras bloquear vehículos de ICE y que al menos un participante fue trasladado en ambulancia para recibir atención médica luego de resultar herido durante la protesta. También se han documentado episodios de gas lacrimógeno y balas de goma utilizadas por agentes federales en choques anteriores, y se observó incluso a un manifestante arrojando un cartucho de gas lacrimógeno de vuelta a los agentes de ICE. En otro hecho, un neumático fue perforado en un vehículo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. Estos incidentes subrayan el alto costo humano de estas protestas, con vecinos y familiares de manifestantes relatando experiencias de lesiones y temor a represalias.
La línea entre lo policial y lo político se ha vuelto más marcada a medida que evolucionan las respuestas institucionales. En Illinois, las protestas y detenciones han impulsado acciones legislativas que buscan endurecer o clarificar las reglas de actuación frente a las protestas en o alrededor de sedes de inmigración. Los legisladores aprobaron una prohibición de arrestos civiles de inmigración en las cercanías de los tribunales estatales y la posibilidad de que los residentes demanden a agentes de inmigración por violaciones constitucionales. En la sesión legislativa, la senadora estatal Celina Villanueva, representante demócrata de Chicago, afirmó:
“This bill is about giving people a sense of safety, a sense of humanity, and the assurance that their government sees them and will stand up for them.”
Sus palabras, reproducidas textualmente, destacan la dimensión humana de una política que busca proteger derechos cívicos frente a las operaciones de inmigración, pero también alimentan el debate sobre los límites de la protesta y la actuación policial en estos contextos sensibles.
El testimonio de los procesados y las voces de sus familiares han convertido este episodio en una historia que trasciende el simple conteo de detenciones. En el frente legal, el cuadro es mixto: algunos reciben veredictos o acuerdos en semanas, otros esperan audiencias futuras mientras la conversación pública gira en torno a la legitimidad de las acciones de la Policía estatal de Illinois y de las fuerzas federales en la zona de Broadview. Además de la narrativa individual de Lee, Mills y Ivery, otras decenas de arrestos en octubre han encendido un debate sobre si las tácticas policiales en estas manifestaciones alivian o agravan la tensión entre seguridad y derechos civiles.
El centro de procesamiento de ICE de Broadview se mantiene como un punto neurálgico para las protestas y para la acción legal y política que giran en torno a la inmigración y a la seguridad pública en el área de Chicago. Si bien algunas voces piden garantías más fuertes para la equidad en el proceso y una revisión de la conducta policial en estas circunstancias, otras advierten sobre los riesgos para la seguridad de las instalaciones y el personal. En medio de ese tira y afloja, la comunidad continúa observando de cerca los próximos movimientos de las autoridades y los cambios propuestos por la legislatura estatal, incluyendo la posibilidad de que se refuercen las salvaguardas legales para ciudadanos frente a arrestos por motivos de inmigración fuera de entornos claramente protegidos.
A medida que avanza noviembre, las fechas judiciales se acercan para los casos de Lee y Mills, con la audiencia fijada para 25 de noviembre de 2025. En el caso de Ivery, la resolución más rápida que se dio fue la retirada de la acusación de agresión tras evaluación de circunstancias y apoyo comunitario, dejando un precedente que algunos activistas citan como señal de que la defensa de derechos civiles en estas protestas puede influir en el resultado de los procesos. Mientras tanto, la conversación pública continúa girando en torno a si las leyes existentes son suficientes para proteger la libertad de expresión sin comprometer la seguridad de los edificios gubernamentales y de las personas que trabajan allí.
En la atmósfera de tensión y debate, la mención de “manifestantes arrestados” se cruza con la realidad de que detrás de cada caso hay una historia personal, una vida que se ve afectada por decisiones judiciales, por las condiciones de detención, por la posibilidad de enfrentar cargos federales y por las respuestas de la comunidad, los legisladores y las autoridades. Lee, Mills y Paul Ivery, cada uno con su propio relato, se suman a una narrativa más amplia sobre la relación entre activismo ciudadano y el peso de las instituciones en un país que intenta equilibrar seguridad y derechos. En ese equilibrio, el tema de la protección de derechos civiles, de la transparencia en los procesos y de la supervisión de las prácticas policiales se mantiene en el centro de la conversación.
Para quienes siguen de cerca estos acontecimientos, la atención continúa puesta en el impacto humano de las protestas y en las respuestas institucionales. Los arrestos en el marco de las protestas frente al centro de procesamiento de ICE de Broadview han dejado claro que la dinámica entre la seguridad de una instalación y el derecho de los ciudadanos a expresar sus preocupaciones no es una simple cuestión de política pública, sino una experiencia que toca la vida de las personas y comunidades enteras. En ese sentido, la cobertura de estas historias no busca solo describir hechos, sino también capturar las voces de quienes están en la primera línea de un debate que toca a familias, a trabajadores y a activistas que, en sus propias palabras, buscan un país que, en palabras de Villanueva,
“diga que nos ve y que defenderá nuestros derechos”.
Para ampliar la comprensión pública, la cobertura de estos eventos debe continuar documentando cada arresto, cada citación, cada comparecencia y cada decisión judicial, sin perder de vista los nombres, las fechas y las circunstancias específicas que dan forma a una historia cuyo desenlace aún se está escribiendo. En el cruce entre las palabras de las personas afectadas y las respuestas de las autoridades, queda por verse cómo evolucionará la cooperación entre las agencias de seguridad y las autoridades estatales en Illinois, y qué impacto tendrán las medidas legislativas recién adoptadas sobre la vida cotidiana de los residentes de las comunidades circundantes y de las personas que se manifiestan cerca de Broadview. Mientras tanto, las palabras de quienes han vivido la experiencia siguen siendo el elemento más contundente de esta historia: una historia de derechos, de protestas y de la búsqueda de un marco compartido que garantice seguridad y dignidad para todos.
Para quienes deseen profundizar, existe un marco legal y administrativo que puede ofrecer guía sobre procesos y derechos para personas involucradas en estas situaciones. En particular, las personas interesadas en el aspecto de derechos y procesos migratorios pueden consultar recursos oficiales, como Form I-485 para entender ejemplos de trámites de inmigración. Este caso, que ha puesto de relieve el papel de la Policía estatal de Illinois y la Policía local en la respuesta a concentraciones frente a instalaciones federales, continúa evolucionando a medida que se definen nuevas políticas y se revisan las prácticas de aplicación. Si se mantiene el ritmo de los debates legislativos y de las decisiones judiciales, es probable que el tratamiento de estos incidentes en Broadview sirva como indicador de cómo Estados y ciudades equilibran derechos cívicos y seguridad en un entorno cada vez más disputado. Los próximos meses serán decisivos para la evolución de este episodio, que ha convertido a Broadview en un punto de referencia de protesta, política y justicia en Illinois y, por extensión, en Estados Unidos.
Aprende Hoy
Centro de procesamiento de Broadview → Instalación federal cerca de Chicago donde ICE procesa y transfiere a personas bajo custodia migratoria.
Delito menor (infracción/misdemeanor) → Falta penal menos grave que suele acarrear multas o penas cortas de cárcel y se tramita en tribunales estatales.
Agresión a un funcionario federal → Acusación grave por amenazar o atacar a agentes federales, que puede derivar en enjuiciamiento federal.
Este Artículo en Resumen
Las protestas frente al centro de procesamiento de ICE en Broadview han generado al menos 68 arrestos desde principios de octubre de 2025. Autoridades estatales y federales afirman que las detenciones respondieron a bloqueos de entradas y confrontaciones; la mayoría de los detenidos recibió citaciones o cargos menores y fue liberada tras el procesamiento. Algunos enfrentaron acusaciones más graves, como una agresión federal que fue desestimada. Audiencias programadas para el 25 de noviembre de 2025 definirán varios casos y podrían influir en futuras tácticas de protesta y control policial.
— Por VisaVerge.com
