Puntos Clave
- CAANZ otorgó a Merlin un Certificado Experimental de Aeronavegabilidad para pruebas del Sistema de Autonomía de Pilotaje.
- El 28 de octubre de 2025 Merlin alcanzó SOI 2 en la auditoría DO‑178, revisando cerca de la mitad del software crítico.
- Pruebas en Kerikeri con el Cessna 208B “Big Red”; busca un STC y coordina validación con la FAA para uso comercial.
(NEW ZEALAND) La Autoridad de Aviación Civil de Nueva Zelanda (CAANZ) dio este martes un paso decisivo en la certificación del Sistema de Autonomía de Pilotaje de Merlin, al otorgar a la empresa Merlin un Certificado Experimental de Aeronavegabilidad para sus pruebas de vuelo con tecnología de pilotaje autónomo en aviones de ala fija, con foco en el Cessna 208B Grand Caravan, apodado “Big Red”. Este logro sitúa a Merlin a la vanguardia de la aviación autónoma y abre la puerta a pruebas formales que podrían acelerar la obtención de una certificación completa para operaciones de despegue y aterrizaje completamente autónomas.

El hito llegó el 28 de octubre de 2025, cuando Merlin anunció haber alcanzado la Segunda Etapa de Participación (SOI 2) dentro de la auditoría de certificación DO-178 para software crítico de vuelo. En palabras claras, esto significa que aproximadamente la mitad del software de control de vuelo ya ha pasado por revisión regulatoria formal, lo que permite a CAANZ obtener una visión más profunda del diseño e implementación del software de Merlin considerado de seguridad crítica. Este avance llega en un momento en que las autoridades regulatorias miran de cerca cómo la tecnología de autonomía puede integrarse de forma fiable en operaciones reales.
El avión elegido para las pruebas es la misma plataforma emblemática de Merlin: un Cessna Grand Caravan 208B, de apodo “Big Red”, que ya ha sido equipado con el sistema Merlin Pilot, que incluye instrumentos de cabina digitales, avionics modernizados y servomotores digitales para habilitar el control autónomo. Merlin opera además un centro de pruebas dedicado en Kerikeri, Nueva Zelanda, inaugurado en mayo de 2023, que soporta tanto la certificación organizacional como la de producto. En el marco de su estrategia regulatoria, la compañía ha obtenido también un certificado de operador aéreo Part 135 para operaciones de carga futuras y un certificado de mantenimiento Part 145 para el servicio y reparación de aeronaves, condiciones que fortalecen su capacidad para realizar vuelos de prueba en diversas condiciones.
La certificación de Merlin se está gestionando en paralelo con la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) bajo un Acuerdo de Seguridad Aérea Bilateral, con miras a obtener una Certificación de Tipo Suplementaria (STC) que permitiría la implementación comercial de vuelos autónomos. Este enfoque conjunto entre jurisdicciones refleja el marco de cooperación internacional que muchos innovadores de la aviación autónoma emplean para acelerar el desarrollo y la validación de sus sistemas. A nivel operativo, CAANZ asume roles clave en la gestión de riesgos y la inteligencia regulatoria, lo que subraya la creciente confianza en la capacidad de Merlin para operar su plataforma de autonomía de manera segura. Los pilotos de prueba en Nueva Zelanda ya cuentan con autorizaciones para realizar pruebas simultáneas en múltiples aeronaves, lo que acelera la recopilación de datos y los plazos de certificación.
“Esta certificación en Nueva Zelanda representa una fuerte señal de confianza por parte de CAANZ y es un hito técnico importante en nuestra trayectoria de certificación. Las pruebas llevadas a cabo en la región juegan un papel crucial para avanzar la madurez de nuestra plataforma y respaldan directamente la operatividad en vuelo y los esfuerzos de certificación no solo con CAANZ, sino también con la FAA”, afirmó Matt George, fundador y director ejecutivo de Merlin.
En línea con esa evaluación, Tim Burns, director técnico de Merlin, añadió:
“SOI 2 refleja las prácticas de ingeniería y certificación disciplinadas que nuestro equipo ha implementado. Cada etapa de este proceso profundiza la confianza de los reguladores, reduce el riesgo del programa y avanza Merlin Pilot hacia la certificación y operaciones en el mundo real”.
La trayectoria de Merlin en este campo es parte de una ola global de desarrollo de aeronaves autónomas, con firmas como Joby Aviation y Reliable Robotics también avanzando en pruebas y certificaciones. Merlin ha asegurado más de 100 millones de dólares en contratos de defensa y está colaborando con GE Aerospace para ampliar su núcleo de autonomía en aplicaciones tanto civiles como militares. Este nivel de inversión y cooperación tecnológica subraya el objetivo de Merlin de convertir la autonomía de pilotaje en una capacidad operativa viable para cargas y transporte. Las imágenes de las pruebas, el progreso en la validación de software y las evaluaciones de seguridad continúan perfilando el camino hacia un despliegue comercial amplio, en Nueva Zelanda e internacionalmente.
La mirada estratégica de Merlin también enfatiza la integración del denominado Sistema de Autonomía de Pilotaje de Merlin en flotas de aeronaves diversas, con la meta de ampliar su alcance a otros tipos de aeronaves y automatizar funciones de vuelo adicionales. En el futuro cercano, la empresa prevé avanzar hacia operaciones completamente autónomas, sin intervención de un piloto de seguridad, una visión que, si se concreta, podría transformar tanto el transporte de carga como la logística de respuesta ante emergencias y defensa, dependiendo de las jurisdicciones y marcos regulatorios donde se implementen las soluciones.
El proceso de certificación en Nueva Zelanda se beneficia de la estructura regulatoria local y de una base de pruebas que permite evaluar la seguridad operativa en condiciones reales. El propio Merlin destaca el papel de Kerikeri como un entorno de validación de software y hardware, donde la cabina digital y los sistemas de control autónomo se someten a rigurosas pruebas. Este entorno de pruebas, según la empresa, facilita una revisión exhaustiva de cada componente crítico que compone el sistema de pilotaje autónomo, con una atención especial a la redundancia, la respuesta a fallos y la interoperabilidad con hardware existente del aeronave.
Para el sector aeronáutico de NZ, este hito representa una mayor probabilidad de convertir a Nueva Zelanda en un polo regional para la certificación de sistemas autónomos de vuelo. De manera concreta, Merlin ha hecho de Kerikeri no solo un laboratorio, sino un centro de certificación que se alinea con el plan de la compañía de someter sus soluciones a un escrutinio regulatorio riguroso y progresivo. Esta narrativa de rigor técnico, seguridad y cooperación internacional envuelve a un proyecto que, más allá de sus metas comerciales, plantea preguntas sobre la forma en que la aviación autónoma podría integrarse en el ecosistema logístico global, especialmente en lo que respecta a operaciones de carga y misiones de seguridad.
La empresa ya adelanta que continuará con pruebas de vuelo y auditorías de software, manteniendo como objetivo final la certificación total y el despliegue comercial de vuelos de carga autónomos en Nueva Zelanda y a nivel internacional. Entre los hitos de su hoja de ruta, Merlin plantea ampliar el sistema Merlin Pilot a otros tipos de aeronaves y automatizar funciones de vuelo adicionales. En síntesis, el objetivo de la empresa es avanzar hacia operaciones completamente autónomas sin necesidad de un piloto de seguridad, una meta ambiciosa que podría redefinir la forma en que se transportan mercancías y cómo se realizan operaciones críticas en entornos remotos y desafiantes.
Para quienes buscan información adicional, Merlin mantiene un canal de contacto para medios, y el propio proyecto ha generado expectación entre autoridades aeronáuticas y defensas de varios países. En términos prácticos, el siguiente paso será la continuación de las pruebas de vuelo y los complejos procesos de auditoría de software dentro del marco SOI, con la esperanza de que, a medida que se avance hacia una certificación más amplia, el segmento de operaciones de carga autónoma pueda empezar a operar en escenarios comerciales y estratégicos. La historia de Merlin en Nueva Zelanda no solo captura un avance técnico, también refleja el potencial de un marco regulatorio que podría servir de modelo para futuras iniciativas de aeronáutica autónoma en la región y más allá.
Para ampliar la información o concertar entrevistas, Merlin indica que la portavoz de la empresa, Kate Gundry, está disponible para consultas, y se ofrece contacto para prensa proporcionado por Merlin Labs. Este avance, que sitúa a Nueva Zelanda en una posición de liderazgo global en la certificación de vuelos autónomos, refuerza la idea de que la tecnología de alto nivel en autopilotos podría convertir el país en un centro estratégico para la aviación avanzada y la defensa, al tiempo que abre un camino hacia operaciones comerciales viables del sistema Merlin Pilot en escenarios internacionales.
La historia del desarrollo de Merlin y su Sistema de Autonomía de Pilotaje de Merlin continúa siendo observada con atención por el sector, dada su capacidad para cambiar la forma en que se concibe la seguridad en el aire, la eficiencia operativa y la resiliencia de las cadenas de suministro. En este contexto, el papel de la CAANZ, el alcance de la cooperación con la FAA y la inversión en tecnología se presentan como componentes decisivos para el progreso de una tecnología que promete transformar la aviación en los años por venir, siempre en un marco de control, supervisión y confianza pública.
Para más información técnica y regulatoria, la Autoridad de Aviación Civil de Nueva Zelanda mantiene enlaces y recursos oficiales que ofrecen una visión detallada de los procesos de certificación y de las medidas de seguridad aplicadas a proyectos de aeronáutica autónoma. Las autoridades señalan la importancia de seguir los desarrollos a medida que Merlin avanza hacia nuevas fases de revisión y, eventualmente, hacia la implementación de operaciones comerciales. En este sentido, el progreso de Merlin se presenta como un indicador claro de la dirección que está tomando la industria en la región y a nivel mundial, donde la seguridad y la confiabilidad siguen siendo el eje central de cada paso hacia la autonomía total de la pilotaje.
Notas finales: el proyecto continúa con su hoja de ruta para ampliar el alcance de la autonomía en distintas plataformas y para integrar más funciones de vuelo automatizadas. Con la mirada puesta en un eventual despliegue comercial de vuelos autónomos de carga y en posibles aplicaciones de defensa, Merlin y CAANZ insisten en que la seguridad y la validación regulatoria deben ir de la mano con la innovación tecnológica. Este progreso reforzará la reputación de Nueva Zelanda como un referente en certificación de aeronaves autónomas y podría allanar el camino para futuras colaboraciones internacionales y estándares compartidos en un campo que aún está en gestación, pero que ya marca una tendencia decisiva en la aviación moderna.
Para información adicional y documentación oficial, consulte la página de la Civil Aviation Authority de Nueva Zelanda, que ofrece detalles sobre la certificación y los procesos regulatorios aplicados a estos proyectos de pilotaje autónomo. CAANZ
Aprende Hoy
Certificado Experimental de Aeronavegabilidad → Aprobación regulatoria que autoriza vuelos de prueba controlados para demostrar seguridad y rendimiento.
SOI 2 (Segunda Etapa de Participación) → Etapa de la auditoría DO‑178 en la que el regulador revisa formalmente una parte sustancial del software crítico.
DO‑178 → Estándar de la industria para el desarrollo y la verificación del software aeronáutico de seguridad crítica.
STC (Certificación de Tipo Suplementaria) → Aprobación para modificar un tipo de aeronave certificada y permitir su uso comercial con la modificación.
Este Artículo en Resumen
CAANZ autorizó a Merlin a realizar vuelos de prueba estructurados del Sistema de Autonomía de Pilotaje en un Cessna 208B retrofiteado. El 28 de octubre de 2025 Merlin informó haber alcanzado SOI 2 en la auditoría DO‑178, lo que permite la revisión formal de gran parte del software de control de vuelo. Las pruebas se desarrollan en Kerikeri y se coordinan con la FAA para lograr un STC y facilitar la validación internacional hacia operaciones comerciales de carga.
— Por VisaVerge.com
