Puntos Clave
- Harvard tiene más de $2,000 millones en fondos federales de investigación congelados, afectando proyectos de cáncer y neurodesarrollo.
- Desde enero de 2025 se revocaron más de 6,000 visas estudiantiles y unos 2,000 estudiantes internacionales perdieron estatus.
- La ofensiva de $3.7 mil millones ha dirigido recortes y condiciones ideológicas a grandes centros de investigación como Columbia.
(UNITED STATES) A medida que comienza el semestre de otoño de 2025, el sistema de educación superior de los Estados Unidos enfrenta lo que muchos líderes académicos llaman “El ataque más intenso” en la historia reciente del país. Universidades públicas y privadas lidian con recortes masivos, condiciones federales para recuperar apoyo y una campaña administrativa que ha congelado y cancelado grandes cantidades de financiamiento federal. La Universidad de Columbia figura entre las instituciones más afectadas, y el impacto se extiende a la investigación, la libertad académica y la vida de miles de estudiantes internacionales.

Desde enero hasta agosto de 2025 la administración del Presidente Trump ha congelado o rescindido subvenciones por miles de millones. Entre los casos más llamativos, la Universidad de Columbia perdió $400 millones en apoyo federal, mientras que Harvard ha visto más de $2,000 millones en fondos de investigación congelados. En total, analistas contabilizan una ofensiva de $3.7 mil millones dirigida a grandes centros de investigación con el argumento oficial de combatir lo que la administración califica como ideologías problemáticas y amenazas a la seguridad nacional.
Estas medidas han detenido proyectos sobre cáncer, neurodesarrollo y otras investigaciones críticas, dejando laboratorios a medias y personal temporal sin financiamiento.
Efectos inmediatos sobre campus y comunidades
Los recortes no se limitan a la pérdida de dinero; funcionan también como palanca política. La restauración de fondos exige a veces cambios institucionales profundos.
En el acuerdo que permitió cierta restauración con la Universidad de Columbia, la institución aceptó condiciones como:
– reestructurar disciplinas;
– aumentar mecanismos de control;
– ajustar planes de estudio.
Para muchos académicos y estudiantes esto ha creado un efecto paralizante sobre la libertad de cátedra y la discusión abierta. Profesores evitan temas controvertidos por temor a represalias y estudiantes temen sanciones por protestas.
Las medidas han afectado además programas de apoyo a comunidades históricamente marginadas. Entre los impactos:
– Limitación de recursos para HBCU (universidades históricamente negras), colegios tribales y otras instituciones que reciben ayuda federal dirigida a la equidad.
– Reforma fiscal (aprobada en julio de 2025) que elevó la tasa máxima sobre endowments grandes del 1.4% a 8%, reduciendo aún más recursos disponibles para becas y proyectos.
La respuesta institucional ha sido mixtamente legal y defensiva. Cientos de universidades, incluyendo Harvard, MIT y Yale, han interpuesto recursos, se han aliado en acuerdos de defensa mutua y han llevado demandas a tribunales federales. No obstante, algunos acuerdos —como el pago de $221 millones por parte de la Universidad de Columbia— han sido percibidos por críticos como resultado de coerción más que de negociación voluntaria.
Estudiantes internacionales y revocaciones de visa
Un frente crítico es la migración estudiantil. Desde inicios de 2025 más de 6,000 visas estudiantiles han sido canceladas, y aproximadamente 2,000 estudiantes internacionales han visto su estatus terminado tras investigaciones por actividad política o infracciones menores.
El Instituto de Educación Internacional (IIE) proyecta una caída potencial de hasta 150,000 estudiantes en matrícula para 2025–26, lo que representa un golpe económico y cultural para campus que dependen del talento internacional.
Además, Harvard perdió su certificación en el Student and Exchange Visitor Program (SEVP) en mayo de 2025 tras alegaciones relacionadas con conducta “pro-terrorista”, un precedente que alarma a otras instituciones. Para estudiantes que planean solicitar o renovar una visa de no inmigrante, el proceso ahora requiere:
– mayor documentación;
– entrevistas más estrictas;
– mayor seguimiento por parte de las universidades.
Quienes necesiten presentar el formulario DS-160
para visas de estudiante pueden encontrar el trámite en la página oficial del Departamento de Estado: https://ceac.state.gov/GenNIV/
El tono público también ha cambiado. El Secretario de Estado Marco Rubio afirmó el 28 de marzo de 2025: “no vamos a importar activistas; vienen a estudiar”. Esa postura ha llevado a mayor escrutinio de solicitantes con historial de activismo o participación en protestas, con consecuencias que van desde denegaciones hasta deportaciones administrativas.
Impactos prácticos para migrantes y comunidades internacionales:
– Riesgo elevado de cancelación de visa por participación en protestas o por acusaciones administrativas.
– Necesidad de documentación exhaustiva por parte de las universidades para certificar estatus y actividades académicas.
– Pérdida potencial de patrocinio institucional si la universidad pierde certificación SEVP.
– Reducción de oportunidades laborales posgrado vinculadas a proyectos de investigación cortados por falta de financiamiento.
Según análisis de VisaVerge.com, la combinación de congelamiento de fondos y restricciones migratorias podría provocar un éxodo sostenido de talento académico, con efectos duraderos en la capacidad investigadora y competitiva de EE. UU.
Reacciones políticas, legales y académicas
Los críticos comparan la campaña con movimientos históricos de represión ideológica. Rectores como Michael Ignatieff y otros advierten que la erosión de la autonomía universitaria es una amenaza para la democracia misma.
Académicos legales equiparan ciertas tácticas con una versión moderna y más sistémica del macartismo, con la diferencia de que ahora se usan herramientas administrativas y financieras para forzar cambios institucionales.
Desde la administración se sostiene que las medidas buscan responsabilizar a las universidades y proteger la seguridad nacional. Entre las acciones más destacadas:
– Orden ejecutiva del 20 de marzo de 2025 para cerrar el Departamento de Educación y transferir competencias a gobiernos estatales y comunidades.
– Intención de privatizar préstamos estudiantiles y crear una nueva autoridad federal fuera de la actual oficina de ayuda federal.
– Reformas al Higher Education Act orientadas a reducir la intervención federal directa en financiamiento y regulación.
En lo legal, muchas medidas continúan en tribunales. Las demandas buscan:
1. medidas cautelares que obliguen a restituir fondos;
2. anular condiciones coercitivas impuestas a instituciones.
El resultado de estos litigios definirá si las universidades recuperan autonomía o si el gobierno mantiene el nuevo marco de supervisión.
Consejos prácticos y próximos pasos
Para estudiantes internacionales:
– Mantener documentación clara de la inscripción, participaciones académicas y cualquier registro disciplinario.
– Consultar con la oficina de asuntos internacionales de su universidad y con abogados especializados en inmigración si enfrentan acciones administrativas.
– Revisar requisitos de la visa DS-160
y las pautas del consulado antes de viajar o renovar estatus (ver enlace oficial arriba).
Para universidades:
– Auditar contratos y subvenciones federales para identificar pagos suspendidos y condiciones asociadas.
– Obtener asesoría legal para disputar congelamientos de fondos y resolver certificaciones SEVP en riesgo.
– Preparar planes financieros de contingencia ante pérdida de matrícula internacional y reducción de endowment.
Para legisladores y público:
– Vigilar litigios pendientes y procedimientos de rulemaking que la administración abrió para 2025–26, donde se decidirá el futuro de la ayuda estudiantil y la rendición de cuentas institucional.
Conclusión: lo que está en juego
Lo que está en juego no es solo presupuesto: es la capacidad de las instituciones para enseñar, investigar y atraer estudiantes del mundo. Si estas políticas persisten, la escena académica estadounidense corre el riesgo de:
– fragmentarse geográficamente;
– aumentar la desigualdad entre estados y universidades;
– perder investigación clave;
– debilitar el liderazgo científico global.
En los próximos meses, la interacción entre tribunales, legisladores estatales y universidades determinará si las medidas federales se mantienen, se atemperan o se revierten. Mientras tanto, miles de estudiantes y académicos enfrentan decisiones urgentes sobre su estatus y su futuro profesional. El debate continuará con intensidad, y sus consecuencias definirán la educación superior estadounidense por décadas.
Aprende Hoy
SEVP → Programa Student and Exchange Visitor Program, que certifica instituciones para matricular a estudiantes extranjeros y supervisar su estatus.
Endowment → Fondo patrimonial universitario cuyo rendimiento financia becas y proyectos; la nueva tasa fiscal reduce su liquidez.
Pell Grants → Subvenciones federales para estudiantes de bajos ingresos; ahora pueden cubrir programas cortos de 8–15 semanas.
DS-160 → Formulario en línea requerido para solicitudes de visa de no inmigrante, incluido el trámite para visas de estudiante.
Rulemaking negociado → Proceso formal del Departamento de Educación para redactar nuevas reglas de ayuda y responsabilidad mediante negociación con partes interesadas.
Revocación de visa → Cancelación de la visa de un estudiante que puede causar pérdida de estatus y obligado retorno al país de origen.
HBCU → Historically Black Colleges and Universities; instituciones que atienden históricamente a estudiantes afroamericanos y reciben apoyo federal dirigido.
Este Artículo en Resumen
Congelamientos de fondos y revocaciones de visas en 2025 han paralizado investigaciones clave en Harvard y Columbia, amenazando la matrícula internacional y la capacidad investigadora de EE. UU.
— Por VisaVerge.com