Puntos Clave
- Irán confirma segundo grupo de 55 nacionales deportados desde Estados Unidos.
- El primer vuelo el 29 de septiembre trasladó 120 iraníes, incluidas tres mujeres.
- El gobierno pide trato “propio y humano” durante las transferencias en tránsito.
(IRAN) El Ministerio de Exteriores de Irán confirmó que un segundo grupo de 55 nacionales iraníes está siendo deportado desde Estados Unidos y devuelto a Irán, aunque las autoridades no han divulgado un horario exacto de llegada ni han identificando a las personas implicadas. Según Mojtaba Shasti Karimi, director-general de asuntos consulares del Foreign Ministry, citado por la agencia voz oficial del gobierno iraní, la agencia de noticias Mizan, este grupo sería el segundo expulsado en los últimos meses bajo las políticas de inmigración más estrictas promovidas por la administración estadounidense. Karimi señaló que el grupo está siendo devuelto a Irán y que Irán ha emitido instrucciones a sus misiones diplomáticas en países de tránsito para garantizar un trato “propio y humano” durante la transferencia, sin detallar la ruta ni el momento de la llegada.

La situación llega después de una serie de informes de medios internacionales que han seguido de cerca los planes de deportación de iraníes desde Estados Unidos. En particular, un reportaje de la BBC, fechado el 5 de diciembre, indicaba que las autoridades estadounidenses planeaban deportar a más de 50 iraníes en un plazo de 48 horas, manteniéndolos en una instalación de ICE en Arizona y programando un vuelo charter para el 6 de diciembre a Egipto, y desde allí hacia Irán vía Kuwait.
“Certainly, if I go back to my country, my life will be in danger.”
CNN, por su parte, entrevistó a un hombre iraní que iba a viajar en esa misma ruta, quien dijo lo anterior. CNN indicó que no pudo verificar de forma independiente su relato ni el estado de su solicitud de asilo. Estas coberturas forman parte del contexto que rodea este nuevo anuncio de deportación, que Irán intenta articular como parte de un esfuerzos más amplios y de un marco bilateral tenso entre ambos países.
El primer vuelo de deportación y el volumen total también ocupan la atención pública. El 29 de septiembre pasado, una aeronave charter llevó a Irán a 120 iraníes, entre ellos tres mujeres, bajo escolta de seguridad.
“habían sido maltratados en las instalaciones estadounidenses”
Un detainee expulsado en aquella operación afirmó a Iran International que los detenidos habían sido maltratados en las instalaciones estadounidenses y que se utilizaron fuerzas durante la transferencia. En aquella ocasión, Hossein Noushabadi, director-general para asuntos parlamentarios y consulares del Foreign Ministry, calculó públicamente que las autoridades de inmigración de Estados Unidos tenían la intención de expulsar a “casi 400 iraníes en total.” Estas declaraciones formaron parte de un marco más amplio de crítica por parte de Irán sobre el trato recibido por sus ciudadanos, que a menudo incluía la afirmación de que algunos tenían permisos de residencia pero eran incluidos en las listas de expulsión y que Washington debía ser sensible a los derechos de los inmigrantes iraníes, a su ciudadanía y a las garantías del derecho internacional, incluida la posibilidad de acceso a servicios consulares y a un juicio justo.
En la narrativa oficial iraní, el énfasis está puesto en el funcionamiento de un plan de deportación coordinado entre las autoridades estadounidenses y los consulados iraníes. Noushabadi había señalado que la Secretaría de Inmigración de Estados Unidos tenía como objetivo expulsar a unos 400 iraníes, subrayando además que muchos de ellos habrían entrado ilegalmente a Estados Unidos, a menudo a través de México. Sus declaraciones, citadas en informes de seguimiento, urged Washington a “ser sensible a respetar los derechos de los inmigrantes iraníes, sus derechos de ciudadanía y los derechos reconocidos por el derecho internacional” y a no privar a estas personas de servicios consulares y del “derecho a un juicio justo.” Estas afirmaciones configuran el tono de la cobertura pública de Irán sobre el fenómeno, aunque las cifras y las rutas exactas siguen variando entre una entrega y otra.
La ausencia de un programa público detallado por parte de autoridades iraníes y estadounidenses sobre el itinerario específico de este segundo grupo ha llevado a que la prensa y los observadores de la región esperen con atención el arribo de la aeronave. En Teherán, la expectativa se ha centrado en confirmar la llegada de los 55 nacionales iraníes y en verificar su estado de salud y derechos durante el tránsito, en línea con las declaraciones de Karimi sobre un trato “propio y humano” durante la transferencia. Las autoridades iraníes han reiterado su llamado a una gestión que respete la dignidad de los ciudadanos y que asegure que se les proporcionen servicios consulares acordes a la ley internacional, especialmente en lo que respecta a derechos básicos y procedimientos justos.
En el plano diplomático, el canal de los hechos se enmarca dentro de una relación que ha vivido momentos de tensión entre Washington y Teherán. Para Irán, la deportación de sus nacionales desde Estados Unidos se presenta como una cuestión de dignidad nacional y de derechos consulares, así como de la necesidad de asegurar que los ciudadanos iraníes que residen en el extranjero, o que transitan por terceros países, no queden desprotegidos en situaciones de alto riesgo. En ese sentido, la agencia Mizan, citando la versión oficial, preserva la figura de un segundo grupo que, según las autoridades, ha sido apartado de la primera oleada de retornos y ahora se encuentra en la fase de traslado hacia Irán.
Entre tanto, la narrativa occidental ha seguido de cerca las rutas de los vuelos y los lugares de retención. El plan reportado por la BBC para un vuelo que enlazaría Egipto y Kuwait, y luego Irán, ilustra la complejidad logística de estas operaciones. CNN, al informar sobre el testimonio de un posible viajero, recordó que la historia de cada persona no es meramente un dato estadístico, sino una vida con riesgos ligados a su orientación sexual, a su estatus migratorio y a su percepción de seguridad al regresar. Aunque estas afirmaciones no siempre pueden ser verificadas de manera independiente, sí enfatizan la dimensión humana que rodea estas decisiones políticas.
En paralelo, la mención de 400 iraníes en el cómputo total, mencionada por Noushabadi, continúa siendo una cifra de interés para los observadores de derechos humanos y para las comunidades iraníes exiliadas que temen por la seguridad de sus familiares. La afirmación de que algunos de deportados podían poseer permisos de residencia subraya la complejidad de las reglas migratorias y de cómo se clasifican los casos en las listas de expulsión, así como la insistencia iraní en que se respeten las protecciones consulares y los derechos establecidos por la ley internacional.
A medida que avanza la jornada, la atención se centra en la verificación de la llegada del segundo grupo. Irán, a través de Mizan News Agency, que funciona bajo la autoridad judicial, ha descartado por el momento anunciar detalles específicos sobre el vuelo, el código de la aeronave o la ubicación exacta del aterrizaje. Sin embargo, el relato oficial deja claro que se mantiene un flujo coordinado que involucra a las misiones diplomáticas en países de tránsito para garantizar un proceso “humano” y conforme a las normas internacionales, especialmente en lo que respecta al tratamiento de aquellos que podrían estar en situación de vulnerabilidad.
La retórica oficial insiste en que estas operaciones de devolución deben entenderse no como castigos, sino como la culminación de un proceso regulado de retorno, en el que se supone que las autoridades iraníes siguen de cerca el trato de los individuos y mantienen abiertos los canales para la protección consular. Las declaraciones de Karimi, en diálogo con la agencia Mizan, buscan dar a entender que Irán está vigilando de cerca el procedimiento para evitar abusos y garantizar que cada persona reciba un trato adecuado durante la transferencia. En ese marco, la cobertura de medios locales e internacionales ha mantenido el foco en el movimiento de personas, en la ética de las deportaciones y en las implicaciones para las familias en Irán y para aquellos que, pese a haber salido del país, se han encontrado en situaciones de incerteza al regresar.
El relato de estas operaciones continúa evolucionando, con la expectativa de confirmación de la llegada de los 55 iraníes que componen el segundo grupo. Mientras el foco de la comunidad internacional se mantiene en las protecciones de derechos humanos y en las historias de las personas que esperan un regreso, en Irán el debate se mantiene articulado por las autoridades que reiteran la responsabilidad de garantizar que el retorno se haga con dignidad y dentro de los marcos legales internacionales. En este contexto, la cobertura de la Agencia de Noticias Mizan, que proporcionó la primera confirmación de este segundo grupo, se mantiene como fuente clave para entender el desarrollo de este proceso.
La historia, que ya había atraído la atención de medios como BBC y CNN, continúa dependiendo de la confirmación de los tiempos y de la identidad de las personas involucradas. Si bien todavía no se ha publicado un itinerario detallado ni un listado de los nombres, las autoridades iraníes mantienen la postura de que el retorno de estos 55 nacionales iraníes se consumará en un marco de garantías y con un enfoque de respeto a los derechos humanos. En la práctica, la población iraní observa con atención cómo evoluciona este segundo grupo de deportaciones, que, según la narrativa oficial, forma parte de un proceso mayor que podría abarcar a más individuos en los próximos meses.
Entre los temas que continúan resonando está la relación entre la seguridad en los puntos de tránsito y la protección de los derechos de los migrantes. Irán ha insistido en la necesidad de que las autoridades estadounidenses tomen en cuenta la situación de cada persona, especialmente cuando existen factores de vulnerabilidad, como la orientación sexual o el estatus de residencia. En el ámbito de la información oficial, la nota de la agencia Mizan sigue siendo la fuente que sitúa a este segundo grupo dentro del marco de las operaciones que se han ido desarrollando a lo largo de los meses, y que continúa generando debate entre observadores internacionales, defensores de los derechos de los migrantes y comunidades iraníes en el exterior.
Para el público hispanohablante, este conjunto de eventos subraya la fragilidad de las rutas migratorias y la importancia de la protección consular, especialmente en contextos de tensiones diplomáticas. La narrativa que emerge de estas operaciones revela un equilibrio entre la seguridad de los Estados y los derechos de las personas que, a menudo, ya han atravesado circunstancias difíciles en su intento por buscar protección o una vida más estable. En ese sentido, el relato se mueve entre los datos verificables de la logística de deportación y las historias humanas que, en última instancia, definen el real impacto de estas políticas.
El registro oficial de estos movimientos es, por ahora, el anuncio de que un segundo grupo de 55 nacionales iraníes está siendo devuelto a Irán, con la coordinación de las autoridades iraníes y la supervisión de la agencia Mizan, que ha transmitido las posiciones del Foreign Ministry. Aunque no se han divulgado nombres, identidades ni un calendario definitivo, la narrativa se mantiene en curso, y la población iraní espera con cautela la confirmación de la llegada. En el plano internacional, las plataformas de cobertura siguen citando a BBC y CNN para ilustrar el abanico de información y las dinámicas que rodean estas deportaciones, a la vez que subrayan la necesidad de transparencia y derechos humanos en todo el proceso. Este episodio, que ya ha marcado un hito en las deportaciones de iraníes desde Estados Unidos, continúa desarrollándose, con el segundo grupo en la mira y la expectativa de que la llegada al país se lleve a cabo en condiciones que respeten la dignidad y los derechos de cada individuo.
Para quienes acompañan a estas noticias y para la audiencia global, las próximas horas serán decisivas para confirmar la llegada de los 55 nacionales iraníes y para observar si la operación, que ya ha generado debate sobre su marco legal y humanitario, se mantendrá fiel a los principios que las autoridades iraníes dicen defender. En cualquier caso, la situación subraya la complejidad de las deportaciones en un contexto de tensiones internacionales y de diálogos que, por ahora, siguen atrapados en un limbo entre promesas de tratamiento digno y la realidad de un proceso que aún no ofrece un itinerario público claro.
El dato clave, repitiendo lo aportado por la agencia Mizan News Agency y citado por medios diversos, es que este es el segundo grupo de 55 nacionales iraníes being deported desde Estados Unidos, con instrucciones para garantizar un trato humano durante la transferencia y la expectativa de un aterrizaje en Irán sin confirmación de hora exacta. Con el cumplimiento de esas promesas y la llegada de la aeronave, se completará otro capítulo de una historia que, para muchos, representa la crónica de una migración forzada y la lucha por la dignidad en un marco regulatorio que sigue siendo objeto de escrutinio internacional.
Para quienes deseen profundizar en el contexto oficial, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán mantiene su canal institucional de información, y la cobertura de la Agencia de Noticias Mizan continúa siendo una fuente principal para entender el enfoque del gobierno en torno a estas operaciones. Se espera, a su vez, que más detalles se hagan públicos a medida que se avance en la verificación de identidades y en la confirmación de la llegada de los 55 nacionales iraníes que componen este segundo grupo. En lo inmediato, el foco de atención permanece en la confirmación de la llegada y en la garantía de que el proceso se lleve a cabo conforme a los estándares internacionales de derechos humanos y a la protección consular.
Notas: Esta pieza hace uso de información proporcionada por Mojtaba Shasti Karimi, director-general de asuntos consulares, y por Hossein Noushabadi, director-general para asuntos parlamentarios y consulares, así como de reportes de BBC y CNN sobre la operación de deportación, y de la cobertura de la Agencia de Noticias Mizan. Para más contexto oficial, puede consultarse la página del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán: Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán. En cuanto a normativa y procedimientos de inmigración de Estados Unidos, se recomienda consultar United States Citizenship and Immigration Services. Este artículo respeta la veracidad y reproduce fielmente las declaraciones y datos tal como fueron difundidos por las fuentes citadas y la agencia Mizan.
Aprende Hoy
Vuelo chárter → Aeronave contratada para transportar un grupo específico fuera de las rutas comerciales regulares.
ICE (Immigration and Customs Enforcement) → Agencia federal de EEUU encargada de la aplicación de la ley migratoria y de las deportaciones.
Acceso consular → Asistencia diplomática que un país presta a sus ciudadanos detenidos o en procesos de expulsión.
País de tránsito → Estado por el que pasan los deportados brevemente mientras se trasladan hacia su destino final.
Este Artículo en Resumen
Irán confirmó que 55 nacionales están siendo deportados desde Estados Unidos en un segundo vuelo chárter, sin detallar horarios ni rutas. El Foreign Ministry pidió a sus misiones en países de tránsito que velen por un trato “propio y humano”. La acción sigue al regreso de 120 iraníes el 29 de septiembre y se relaciona con reportes que sugieren que hasta casi 400 personas podrían ser expulsadas en total.
— Por VisaVerge.com
