Puntos Clave
- El Aeropuerto de Edimburgo suspendió vuelos por un problema de TI en control aéreo desde aproximadamente las 08:30.
- La actividad se reanudó a las 10:40 tras resolver el fallo en los sistemas de control de la pista.
- Vuelos se desviaron a Dublín, Glasgow y Manchester, afectando a miles de pasajeros en varias aerolíneas.
(EDINBURGH, SCOTLAND) Edinburgh fue escenario de una interrupción sostenida de sus operaciones aéreas cuando, a primera hora de la mañana del viernes 5 de diciembre de 2025, el aeropuerto suspendió todos los vuelos tras un fallo de TI en el control de tráfico aéreo que dejó la pista prácticamente inoperativa para salidas y llegadas. La interrupción afectó a múltiples tramos internacionales y nacionales, con desvíos hacia otros aeropuertos y un reinicio gradual de la actividad hacia las 10:40, cuando el aeropuerto confirmó que

“Flights have now resumed following the IT issue with our air traffic provider. We thank passengers for their patience and understanding.”
según el propio aeropuerto.
El origen de la incidencia fue descrito como un problema informático en el proveedor de control de tráfico aéreo de Edimburgo, Air Navigation Solutions, y se informó poco antes de las 09:30 local que existía una incidencia técnica que impedía operar vuelos desde el aeropuerto. Según los comunicados del aeropuerto,
“Due to an IT issue with our air traffic control provider, no flights are currently operating from Edinburgh Airport. Teams are working on the issue and will resolve as soon as possible.”
Estas palabras, citadas de forma exacta, quedaron registradas en las primeras alertas oficiales y marcaron el inicio de una cadena de desvíos y cancelaciones que dejó sin servicio a todas las operaciones de entrada y salida durante varias horas.
La suspensión afectó de forma general a todas las operaciones de entrada y salida. Los desvíos se produjeron hacia distintos aeropuertos alternativos en el Reino Unido y Europa, con varias llegadas desviadas a Glasgow y Manchester, y un caso destacado de un vuelo de Delta Air Lines procedente de Nueva York-JFK que debía aterrizar a las 09:45 y que terminó desviándose a Dublin, DUB. Otros vuelos llegaron a destinos cercanos por diferentes rutas, en un cuadro que reflejaba la magnitud de la avería técnica más que un incidente aéreo tradicional. La última llegada antes del cierre total de operaciones fue un vuelo de Loganair que se posó alrededor de las 08:40, momento a partir del cual la gestión de la sala de embarque y el control de tráfico se vieron forzados a trabajar en condiciones muy complicadas.
Con el objetivo de restablecer las operaciones de forma ordenada, el personal de la terminal y de las aerolíneas coordinó una reapertura gradual de los servicios a lo largo de la mañana. A las 10:40, Edinburgh Airport confirmó que
“Flights have now resumed following the IT issue with our air traffic provider. We thank passengers for their patience and understanding.”
En ese momento, varias aerolíneas ya habían logrado retomar servicios con normalidad, entre ellas United Airlines, que fue una de las primeras en aterrizar tras la reanudación de las operaciones. Este reinicio no solo permitió que se normalizaran las salidas y llegadas, sino que también permitió que se restaurara la conectividad para miles de viajeros atrapados por la interrupción.
La naturaleza técnica de la falla dejó claro que no hubo daños ni emergencias físicas de aeronaves. En las crónicas de la jornada, las autoridades y las empresas involucradas señalaron que el problema estaba centrado en el sistema de control de tráfico aéreo, no en la aeronavegación ni en un accidente. Las informaciones publicadas por los diferentes medios británicos, citadas en el reporte, subrayan que la interrupción fue unilateral y dependiente del fallo de TI, sin informes de lesiones ni de incidentes reportados de otro tipo. En esta línea, el aeropuerto mantuvo un tono institucional, agradeciendo la paciencia y la comprensión de los pasajeros durante la compleja gestión de la recuperación.
Para los pasajeros, la experiencia fue particularmente frustrante. Los viajeros que contaban con conexiones o con vuelos de larga distancia se vieron obligados a buscar reacomodos en otros horarios y rutas, con un calendario de operaciones que quedaba en suspenso durante varias horas. En escenarios de este tipo, las aerolíneas suelen activar procedimientos de reacomodo, reembolso o cambios de ruta, pero la efectividad de esas opciones depende de la rapidez con que se reactiven los sistemas de control y de la capacidad de los aeropuertos y las compañías para gestionar flujos de pasajeros y equipajes ante un incremento súbito de salidas desviadas.
Entre los pasajeros que se vieron directamente afectados se destacan casos como el de un vuelo de Delta procedente de Nueva York que terminó desviándose a DUB, mientras otros servicios se redirigieron a Glasgow y Manchester. Asimismo, la reanudación del servicio permitió que otros vuelos, como un servicio de United Airlines, aterrizaran poco después de la reapertura, señalando que la operación comenzaba a normalizarse, ya que muchos pasajeros dependían de conexiones internacionales o de vuelos hacia otros puntos de Europa y el Reino Unido.
El incidente plantea preguntas sobre la resiliencia de la infraestructura de aviación ante fallos tecnológicos, especialmente cuando la dependencia de sistemas de TI complejos es alta. Las autoridades de aviación y los operadores están bajo presión para demostrar que existen salvaguardas adecuadas para evitar que una interrupción en un proveedor de control de tráfico aéreo provoque un apagón operativo tan amplio en un nodo tan crucial como Aeropuerto de Edimburgo. En el plano humano, las experiencias varían desde la incomodidad de pasar horas en la sala de llegadas y salidas, hasta la angustia de viajeros con conexiones apretadas que ven cómo se deshilacha su itinerario.
El gobierno y las agencias de aviación en el Reino Unido suelen mantener protocolos de contingencia para escenarios de fallo en sistemas de control de tráfico aéreo, y el incidente de Edimburgo podría estimular revisiones de procedimientos y de la inversión en redundancias tecnológicas en el sector. Por ahora, las autoridades han subrayado que la interrupción fue causada por un problema de TI y que, una vez superada la incidencia, se restablecieron de manera gradual las operaciones para recuperar la normalidad en el Aeropuerto de Edimburgo.
Para los observadores y para los pasajeros, el episodio ilustra la fragilidad de las cadenas de suministro y la necesidad de una comunicación eficaz durante interrupciones que afectan a la movilidad de personas y mercancías. En el corto plazo, la prioridad es la claridad en la información para las personas que esperan en la terminal o que ya han reservado sus vuelos para un día que, por momentos, parecía desenfocado. En el mediano plazo, la atención se centrará en las lecciones aprendidas: qué fallos de TI fueron los que causaron la interrupción, qué medidas de mitigación se pondrán en marcha y cómo se comunicarán de manera más eficiente los aeropuertos y las aerolíneas ante incidentes similares.
Para quienes dependen de Aeropuerto de Edimburgo como punto de acceso a Escocia o como tránsito hacia destinos europeos, la experiencia del 5 de diciembre dejó claro que, incluso en una región con una sólida infraestructura, la tecnología puede convertirse en la primera línea de vulnerabilidad. Y a la hora de reconstruir la confianza, las narrativas de las personas afectadas —desde aquellos que vieron cancelaciones de última hora hasta quienes lograron retomar sus viajes tras la reapertura— serán tan importantes como las cifras de vuelos reanudados. En ese sentido, la historia de ese viernes recuerda que el viaje moderno, a pesar de su eficiencia tecnológica, sigue dependiendo de la coordinación humana para convertir interrupciones técnicas en rutas de regreso a la normalidad.
Para cualquiera que desee seguir eventos y actualizaciones oficiales, el aeropuerto mantiene sus comunicados como fuente principal de información mientras se evalúan las implicaciones de esta falla de TI y se normalizan las operaciones. En paralelo, los viajeros pueden consultar la página oficial de información de aviación y coordinación de tráfico para entender mejor las medidas de reanudación y las opciones de reembolso o reprogramación en casos de interrupciones prolongadas, disponibles en la plataforma gubernamental de transporte y aviación del Reino Unido información oficial.
Aprende Hoy
Control de tráfico aéreo → Servicio que gestiona movimientos de aeronaves en pista y espacio aéreo para mantener la seguridad y separación.
Air Navigation Solutions → Proveedor mencionado que suministra los sistemas de control de tráfico aéreo afectados por el fallo informático.
Desvío → Redirección de una llegada a otro aeropuerto distinto al previsto por razones operativas o de seguridad.
Cierre de pista → Suspensión temporal de despegues y aterrizajes en una pista por motivos operativos o de seguridad.
Este Artículo en Resumen
El 5 de diciembre de 2025, un fallo de TI en el proveedor de control aéreo de Edimburgo obligó a suspender todas las operaciones desde alrededor de las 08:30, provocando desvíos a Dublín, Glasgow y Manchester. Aerolíneas como Delta y easyJet resultaron afectadas. Las operaciones se reanudaron a las 10:40 sin daños ni heridos. El episodio evidenció la vulnerabilidad de los sistemas informáticos críticos en la aviación.
— Por VisaVerge.com
